Espiasse, el delincuente al que se lo tragó la tierra

Es uno de los 13 que se escapó de Ezeiza. El jueves detuvieron a uno más y sólo quedan 2 prófugos. Uno de ellos es él, que participó del asalto al cajero de Rawson donde dos policías fueron asesinados. Rey de fugas, aún no lo pueden encontrar.

28 JUN 2014 - 22:04 | Actualizado

El jueves pasado en Paraguay fue detenido Thiago Ximénez. Fue en Ciudad del Este cuando intentaba asaltar un camión de caudales. Tiene 29 años y es brasileño. Se lo sindica como uno de los cabecillas de la espectacular fuga que 13 presos, el año pasado, del Penal de Ezeiza. Ximénez fue el número 11 de los capturados. Sólo quedan prófugos dos: Mario Banera Paura y nuestro viejo conocido Martín Espiasse, del que hace un año nada sabe. Su paradero es una verdadera incógnita. Aunque dicen, estuvo dos veces a punto de ser detenido pero logró escapar: le habían avisado antes que vendrían por él.

Espiasse parece tener bien aceitada su vida en la clandestinidad. Pero al igual que con los otros recapturados, la policía piensa que debe salir a robar para sobrevivir. Por eso confían en que caerá. Aunque por ahora no tienen la más mínima pista. La captura de Ximénez se produjo el 14 de junio. Tiene un extenso prontuario pese a ser muy joven el que incluye varias fugas anteriores tanto en Brasil (donde nació) como en Paraguay y Argentina. La justicia no tiene dudas que fue uno de los dos cabecillas de la fuga de Ezeiza. El otro, Renato Dutra Pereyra, también brasileño murió en un tiroteo con policías brasileños en la ciudad de Foz do Iguazú.

Lo de Espiasse es un caso particular. Es oriundo de Trelew donde parte de su familia también se dedicó a la delincuencia. Y muchos de ellos tuvieron finales trágicos. El delincuente fue a parar a la cárcel de Ezeiza después de ser condenado a cadena perpetua por haber asesinado a dos policías en el intento a un asalto al cajero de Rawson ubicado en el ministerio de Economía, en uno de los hechos más sangrientos que recuerda la historia criminal de la provincia.

Fue en junio de 2007 cuando en el hecho fueron asesinados los policías Oscar Cruzado y Pablo Cruzado. Respecto a este asalto hay un dato que pinta de cuerpo entero la habilidad de Espiasse para escapar de la justicia: fue el último en ser detenido, pese a que era uno de los pocos delincuentes locales oriundos de la provincia. Tras ser detenido, juzgado y condenado en 2010 fue enviado a la Unidad Seis de Rawson. Pero, por su conducta, era intratable. Por eso decidieron su traslado a Ezeiza, un penal que también es máxima seguridad.

En nuestra provincia tuvo otras condenas en los años 2001 y 2003. Pero los antecedentes de uno de los delincuentes más temidos de Chubut tienen otros hechos sangrientos. En 1998 había asesinado al sargento Gabriel Jara cuando quiso hacer fugar a un hermano preso en Río Negro. Y se lo acusa de matar a su segunda esposa, en Córdoba.

Espiasse tiene en su haber un intento de fuga espectacular. Fue en Mendoza donde quiso escaparse del Hospital Central al que había sido llevado por una insuficiencia renal. Ocurrió en marzo de 2010. Salió corriendo de la Sala Judicial del Hospital con las esposas puestas y el suero que le colgaba de uno de los brazos. Como se vio acorralado por la custodia, se tiró al canal Guaymallén. Se fracturó, fue detenido y lo sacaron en camilla y atado para devolverlo al Penal de Almafuerte.

Antes, en Bahía Blanca, había puesto tres bombas caseras junto al muro del penal mientras los otros presos jugaban al fútbol. Sólo una explotó y no pudo abrir el boquete deseado. En Mendoza cumplía una condena por robo agravado, luego de que fuera atrapado mientras asaltaba un depósito de camperas. En esa provincia se hacía llamar Matías Nicolás Lago González. Ese mismo nombre habría utilizado cuando llegó a Ezeiza, aunque lo descubrieron.

En Ezeiza, Espiasse estaba alojado en el Pabellón 2 donde en agosto del año pasado junto a otros doce detenidos planeó una fuga con asombrosa precisión: cavaron un túnel subterráneo hasta afuera del cerco perimetral de la unidad y el 20 de ese mes se escaparon sin dejar rastros. Pero poco a poco fueron cayendo. En su mayoría cuando intentaban cometer algún delito. Y en varios casos con tiroteos con la policía.

Hay que recordar que el escándalo de aquella fuga hizo que al día siguiente de ser descubierta renunciara en el entonces jefe del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel, que se había hecho famoso por impulsar la agrupación “Vatayón Militante” que sacaba presos para participar en actos políticos del gobierno.

A Hortel también se lo conoció mucho en Chubut: mandó a construir un barco para que los presos de la Unidad Seis salgan a pescar desde el puerto de Rawson. También una planta procesadora en el interior del penal. Pero el barco nunca se hizo a la mar y por lo tanto, la planta nunca funcionó. Hay denuncias sobre supuesta malversación de fondos.

Lo cierto es que hasta ahora, Espiasse sigue burlando a la justicia. Su búsqueda es intensa porque también en el norte se lo considera un delincuente de mucha peligrosidad. Algunos especulan que, al igual que Ximénez (que logró cruzar la frontera como si nada) se encuentra en algún país limítrofe. Algunos aseguran que en Chile, donde tendría algunos contactos. Pero nada es seguro. Lo único seguro es que no lo encuentran y que parecería que se lo tragó la tierra.

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28 JUN 2014 - 22:04

El jueves pasado en Paraguay fue detenido Thiago Ximénez. Fue en Ciudad del Este cuando intentaba asaltar un camión de caudales. Tiene 29 años y es brasileño. Se lo sindica como uno de los cabecillas de la espectacular fuga que 13 presos, el año pasado, del Penal de Ezeiza. Ximénez fue el número 11 de los capturados. Sólo quedan prófugos dos: Mario Banera Paura y nuestro viejo conocido Martín Espiasse, del que hace un año nada sabe. Su paradero es una verdadera incógnita. Aunque dicen, estuvo dos veces a punto de ser detenido pero logró escapar: le habían avisado antes que vendrían por él.

Espiasse parece tener bien aceitada su vida en la clandestinidad. Pero al igual que con los otros recapturados, la policía piensa que debe salir a robar para sobrevivir. Por eso confían en que caerá. Aunque por ahora no tienen la más mínima pista. La captura de Ximénez se produjo el 14 de junio. Tiene un extenso prontuario pese a ser muy joven el que incluye varias fugas anteriores tanto en Brasil (donde nació) como en Paraguay y Argentina. La justicia no tiene dudas que fue uno de los dos cabecillas de la fuga de Ezeiza. El otro, Renato Dutra Pereyra, también brasileño murió en un tiroteo con policías brasileños en la ciudad de Foz do Iguazú.

Lo de Espiasse es un caso particular. Es oriundo de Trelew donde parte de su familia también se dedicó a la delincuencia. Y muchos de ellos tuvieron finales trágicos. El delincuente fue a parar a la cárcel de Ezeiza después de ser condenado a cadena perpetua por haber asesinado a dos policías en el intento a un asalto al cajero de Rawson ubicado en el ministerio de Economía, en uno de los hechos más sangrientos que recuerda la historia criminal de la provincia.

Fue en junio de 2007 cuando en el hecho fueron asesinados los policías Oscar Cruzado y Pablo Cruzado. Respecto a este asalto hay un dato que pinta de cuerpo entero la habilidad de Espiasse para escapar de la justicia: fue el último en ser detenido, pese a que era uno de los pocos delincuentes locales oriundos de la provincia. Tras ser detenido, juzgado y condenado en 2010 fue enviado a la Unidad Seis de Rawson. Pero, por su conducta, era intratable. Por eso decidieron su traslado a Ezeiza, un penal que también es máxima seguridad.

En nuestra provincia tuvo otras condenas en los años 2001 y 2003. Pero los antecedentes de uno de los delincuentes más temidos de Chubut tienen otros hechos sangrientos. En 1998 había asesinado al sargento Gabriel Jara cuando quiso hacer fugar a un hermano preso en Río Negro. Y se lo acusa de matar a su segunda esposa, en Córdoba.

Espiasse tiene en su haber un intento de fuga espectacular. Fue en Mendoza donde quiso escaparse del Hospital Central al que había sido llevado por una insuficiencia renal. Ocurrió en marzo de 2010. Salió corriendo de la Sala Judicial del Hospital con las esposas puestas y el suero que le colgaba de uno de los brazos. Como se vio acorralado por la custodia, se tiró al canal Guaymallén. Se fracturó, fue detenido y lo sacaron en camilla y atado para devolverlo al Penal de Almafuerte.

Antes, en Bahía Blanca, había puesto tres bombas caseras junto al muro del penal mientras los otros presos jugaban al fútbol. Sólo una explotó y no pudo abrir el boquete deseado. En Mendoza cumplía una condena por robo agravado, luego de que fuera atrapado mientras asaltaba un depósito de camperas. En esa provincia se hacía llamar Matías Nicolás Lago González. Ese mismo nombre habría utilizado cuando llegó a Ezeiza, aunque lo descubrieron.

En Ezeiza, Espiasse estaba alojado en el Pabellón 2 donde en agosto del año pasado junto a otros doce detenidos planeó una fuga con asombrosa precisión: cavaron un túnel subterráneo hasta afuera del cerco perimetral de la unidad y el 20 de ese mes se escaparon sin dejar rastros. Pero poco a poco fueron cayendo. En su mayoría cuando intentaban cometer algún delito. Y en varios casos con tiroteos con la policía.

Hay que recordar que el escándalo de aquella fuga hizo que al día siguiente de ser descubierta renunciara en el entonces jefe del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel, que se había hecho famoso por impulsar la agrupación “Vatayón Militante” que sacaba presos para participar en actos políticos del gobierno.

A Hortel también se lo conoció mucho en Chubut: mandó a construir un barco para que los presos de la Unidad Seis salgan a pescar desde el puerto de Rawson. También una planta procesadora en el interior del penal. Pero el barco nunca se hizo a la mar y por lo tanto, la planta nunca funcionó. Hay denuncias sobre supuesta malversación de fondos.

Lo cierto es que hasta ahora, Espiasse sigue burlando a la justicia. Su búsqueda es intensa porque también en el norte se lo considera un delincuente de mucha peligrosidad. Algunos especulan que, al igual que Ximénez (que logró cruzar la frontera como si nada) se encuentra en algún país limítrofe. Algunos aseguran que en Chile, donde tendría algunos contactos. Pero nada es seguro. Lo único seguro es que no lo encuentran y que parecería que se lo tragó la tierra.


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