El hecho se registró el 13 de junio del año pasado, luego de que Carlos Pallavidini (33) llegara a Paraná y fuera a jugar al casino.
Un rato más tarde, el policía fue un maxikiosco a comprar una tarjeta para su celular, donde sacó su pistola reglamentaria y le exigió a la empleada del local que le diera la recaudación del día, según determinó la pesquisa.
Cuando Pallavidini vio que el local disponía de cámaras de seguridad, se asustó y huyó rápidamente del lugar sin robar nada, pero fue detenido pocas cuadras más adelante por dos policías que patrullaban la zona.
El tribunal de la Sala 1 de la Cámara del Crimen no hizo lugar al planteo del abogado defensor del policía, quien aseguró que su cliente se arrepintió de lo que estaba por hacer y desistió voluntariamente del robo.
La fiscalía había pedido para el policía la pena de cinco años por el delito de robo calificado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa, agravado por su condición de funcionario policial y por utilizar el arma reglamentaria que le proveyó la provincia de Santa Fe, hecho por el que fue finalmente condenado.
El hecho se registró el 13 de junio del año pasado, luego de que Carlos Pallavidini (33) llegara a Paraná y fuera a jugar al casino.
Un rato más tarde, el policía fue un maxikiosco a comprar una tarjeta para su celular, donde sacó su pistola reglamentaria y le exigió a la empleada del local que le diera la recaudación del día, según determinó la pesquisa.
Cuando Pallavidini vio que el local disponía de cámaras de seguridad, se asustó y huyó rápidamente del lugar sin robar nada, pero fue detenido pocas cuadras más adelante por dos policías que patrullaban la zona.
El tribunal de la Sala 1 de la Cámara del Crimen no hizo lugar al planteo del abogado defensor del policía, quien aseguró que su cliente se arrepintió de lo que estaba por hacer y desistió voluntariamente del robo.
La fiscalía había pedido para el policía la pena de cinco años por el delito de robo calificado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa, agravado por su condición de funcionario policial y por utilizar el arma reglamentaria que le proveyó la provincia de Santa Fe, hecho por el que fue finalmente condenado.