Según Salomone, se trata de un fenómeno que llega desde el Pacífico y que se sentirá en Sarmiento y en Comodoro Rivadavia con menor fuerza, pues terminará de concentrarse sobre la zona de Camarones para alcanzar su pico máximo mañana domingo, en Trelew, cuando se prevén frío, intensos vientos y más de 30 milímetros de agua caída.
El resto del Valle Inferior y Puerto Madryn también sentirán el peso de la tormenta, que luego se perderá en el mar. Las previsiones indican que durante el sábado podrían caer 10 milímetros para totalizar unos 40 durante todo el fin de semana.
Aun así, Salomone aclaró que no tendrá los niveles del temporal registrado en abril pasado, que alcanzó los 102 milímetros de agua caída. “No tendrá esa dimensión”, explicó el técnico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, pues en aquella ocasión “llovieron 102 milímetros en tres días, por lo que es inferior” aun cuando “hay que estar atentos porque el domingo será con frío y fuertes vientos del sur”.
Jorge Salomone explicó que si bien la situación “puede provocar inconvenientes en las ciudades, por eso el municipio y la cooperativa ya están trabajando”, la situación es beneficiosa para “el campo” pues “es la época en donde empiezan los calores” y reveló que “después de la lluvia empezarán a registrarse mejores temperaturas, entonces empiezan a crecer los pastos”.
Explicó, en ese marco, que “ya con la lluvia de abril los pastizales estaban mejor” pero “no hay que olvidar que pasamos 7 años de sequía que hizo que las majadas ovinas en la meseta estuvieran muy mal. Y también va a mejorar en el Valle porque las pasturas se van a beneficiar. Eso no ocurrió en abril porque el corte del agua es en mayo y un mes antes tuvimos una fuerte lluvia que impidió terminar las labores de, por ejemplo, siembra”.
El año
“La verdad es que se trata de un año atípico”, señaló más adelante, y reseñó que “en los tres primeros meses, incluso hasta abril, llovieron 10 milímetros. Muy seco. En abril la tormenta fue de 102 milímetros. Ahí llovió 2/3 de lo que llueve en el año, aproximadamente un 60 por ciento. Después prácticamente no llovió, estuvo seco hasta ahora que va a empezar a llover otra vez con un 25% del promedio anual. Lo que se ve es una irregularidad manifiesta aun cuando respeta el promedio respecto de la zona. Pasa de estar seco a una gran caída de agua en poco tiempo. Y esto es consecuencia también de un cambio climático. Algo que se está manifestando en todas las estadísticas”.
El INTA pronostica a partir de lo que detectan en imágenes de satélites internacionales, los que “van mostrando cómo van desarrollándose las tormentas”, explicó Salomone. Esto muestra “las nubes y sus profundidades y esos frentes de tormenta que uno va viendo muy rojos empiezan a dar pautas de que está pasando o que va a pasar en ciertas zonas”.
“En este caso la tormenta viene desde el sur, desde el Pacífico y después se va hacia el norte, diferente a cuando vienen desde Neuquén”, explicó.
Según Salomone, se trata de un fenómeno que llega desde el Pacífico y que se sentirá en Sarmiento y en Comodoro Rivadavia con menor fuerza, pues terminará de concentrarse sobre la zona de Camarones para alcanzar su pico máximo mañana domingo, en Trelew, cuando se prevén frío, intensos vientos y más de 30 milímetros de agua caída.
El resto del Valle Inferior y Puerto Madryn también sentirán el peso de la tormenta, que luego se perderá en el mar. Las previsiones indican que durante el sábado podrían caer 10 milímetros para totalizar unos 40 durante todo el fin de semana.
Aun así, Salomone aclaró que no tendrá los niveles del temporal registrado en abril pasado, que alcanzó los 102 milímetros de agua caída. “No tendrá esa dimensión”, explicó el técnico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, pues en aquella ocasión “llovieron 102 milímetros en tres días, por lo que es inferior” aun cuando “hay que estar atentos porque el domingo será con frío y fuertes vientos del sur”.
Jorge Salomone explicó que si bien la situación “puede provocar inconvenientes en las ciudades, por eso el municipio y la cooperativa ya están trabajando”, la situación es beneficiosa para “el campo” pues “es la época en donde empiezan los calores” y reveló que “después de la lluvia empezarán a registrarse mejores temperaturas, entonces empiezan a crecer los pastos”.
Explicó, en ese marco, que “ya con la lluvia de abril los pastizales estaban mejor” pero “no hay que olvidar que pasamos 7 años de sequía que hizo que las majadas ovinas en la meseta estuvieran muy mal. Y también va a mejorar en el Valle porque las pasturas se van a beneficiar. Eso no ocurrió en abril porque el corte del agua es en mayo y un mes antes tuvimos una fuerte lluvia que impidió terminar las labores de, por ejemplo, siembra”.
El año
“La verdad es que se trata de un año atípico”, señaló más adelante, y reseñó que “en los tres primeros meses, incluso hasta abril, llovieron 10 milímetros. Muy seco. En abril la tormenta fue de 102 milímetros. Ahí llovió 2/3 de lo que llueve en el año, aproximadamente un 60 por ciento. Después prácticamente no llovió, estuvo seco hasta ahora que va a empezar a llover otra vez con un 25% del promedio anual. Lo que se ve es una irregularidad manifiesta aun cuando respeta el promedio respecto de la zona. Pasa de estar seco a una gran caída de agua en poco tiempo. Y esto es consecuencia también de un cambio climático. Algo que se está manifestando en todas las estadísticas”.
El INTA pronostica a partir de lo que detectan en imágenes de satélites internacionales, los que “van mostrando cómo van desarrollándose las tormentas”, explicó Salomone. Esto muestra “las nubes y sus profundidades y esos frentes de tormenta que uno va viendo muy rojos empiezan a dar pautas de que está pasando o que va a pasar en ciertas zonas”.
“En este caso la tormenta viene desde el sur, desde el Pacífico y después se va hacia el norte, diferente a cuando vienen desde Neuquén”, explicó.