Vecinos piden puestos de comida rápida en la calle

Esquel no cuenta con los clásicos carritos, como en las ciudades vecinas. Y dicen que los fines de semana es una “ciudad fantasma” y la gente prefiere irse a otras localidades.

27 AGO 2014 - 21:46 | Actualizado

En las ciudades suele existir el clásico carrito de choripán o los puestos para degustar un lomito, una hamburguesa o un pancho. Es parte del folclore en muchos lugares, a la salida de los estadios y cerca de recitales o eventos con nutrida concurrencia.

Sin ir más lejos, en Trevelin un vecino los fines de semana instala su carrito y en la plaza Fontana se pueden apreciar los típicos puestos de venta de tortas, tartas, etcétera, sin entrar en detalles de cómo es la reglamentación allí.

En Esquel hay quienes vienen preguntando por qué no trabajan en normas para habilitar la comercialización de esos productos que no sólo serían de demanda local, sino de los visitantes que llegan con esa costumbre tan argentina de comer algo al paso cuando se sale de un espectáculo o se sale a pasear.

El tema, propuesto por oyentes de FM Tiempo, fue trasladado a los concejales que opinaron al respecto, todos de manera positiva, entendiendo que con controles bromatológicos y de higiene, se podría abrir esa alternativa para familias que quieren encarar un emprendimiento así.

Horacio Iturrioz, presidente del Concejo Deliberante, dijo que ese asunto está en discusión en la Comisión de Promoción Social, y el aspecto que hay que trabajar es el Código Alimentario Nacional, sobre lo que existe una mirada local. Para el concejal del Frente para la Victoria hay que buscar un mecanismo que garantice la implementación con todas las reglas, de manera que la Municipalidad no termine pagando un juicio por intoxicación, pero “no es cuestión tampoco de oponerse a una choripanera”, y reflexionó que es como filosofía querer hacer algo y que haya una negativa. Iturrioz sostuvo que se debe encontrar la forma justa para la elaboración local, más cuando se trata de alimentos que necesitan todos los cuidados. “Habría que ver qué cosas se habilitan, en qué lugar y cómo se hacen los controles, pero que hay que tener una mirada más permisiva”.

Muchos plantean por qué en la semana de Esquel se permite ese tipo de comercialización y el resto del año no. El titular del cuerpo se pregunta lo mismo, y apostó a que antes de fin de año se encontrará una solución.

El concejal Juan Devetak (PJ) afirmó que “soy un defensor de esa idea que discutimos varias veces en el Concejo, y hasta hay pedidos de vecinos para la habilitación para ese tipo de venta”.

Siempre surge el Código Alimentario Nacional, y una alternativa sería con una ordenanza modificar algunos artículos para no colisionar con esa norma. Otro punto que plantea la Municipalidad es que es casi imposible controlar la elaboración de esos alimentos para la venta en espacios públicos. “Pero el sentido común nos dice que casi en todas las ciudades existe esta actividad”, señaló el edil e insistió en que comparte que con los controles estrictos, se puede habilitar este tipo de comercio en Esquel.

“Ciudad fantasma”

“Yo estoy de acuerdo que se venda en la calle choripán y otros alimentos”, dijo la concejal de Chubut Somos Todos, Zulema Andén, y acotó que en la ciudad ha llegado “Pescado para Todos” y la venta ambulante es algo habitual en todas las ciudades del país.

Enfatizó que con la negativa que existe –y algo que no está mal- a que los fines de semana los chicos que necesitan recaudar fondos para diferentes cuestiones pasen por las casas ofreciendo empanadas y otros comestibles.

Ejemplificó que en El Bolsón la feria en la plaza es un clásico para los visitantes y es una iniciativa para imitar, siempre y cuando se tomen recaudos. Planteó que la plaza es un espacio ideal para compartir en familia y amigos, y disfrutar de los paisajes.

En la semana de Esquel se permite la venta de alimentos, al igual que en la feria de invierno, y esto no se repite a lo largo del año. “Somos una ciudad fantasma los fines de semana”, criticó Andén dando a entender que se está perdiendo ese sentido de compartir con el otro. Los esquelenses van a Trevelin a socializar porque en su ciudad no tienen esa posibilidad. “Merecemos un replanteo”, indicó.#

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27 AGO 2014 - 21:46

En las ciudades suele existir el clásico carrito de choripán o los puestos para degustar un lomito, una hamburguesa o un pancho. Es parte del folclore en muchos lugares, a la salida de los estadios y cerca de recitales o eventos con nutrida concurrencia.

Sin ir más lejos, en Trevelin un vecino los fines de semana instala su carrito y en la plaza Fontana se pueden apreciar los típicos puestos de venta de tortas, tartas, etcétera, sin entrar en detalles de cómo es la reglamentación allí.

En Esquel hay quienes vienen preguntando por qué no trabajan en normas para habilitar la comercialización de esos productos que no sólo serían de demanda local, sino de los visitantes que llegan con esa costumbre tan argentina de comer algo al paso cuando se sale de un espectáculo o se sale a pasear.

El tema, propuesto por oyentes de FM Tiempo, fue trasladado a los concejales que opinaron al respecto, todos de manera positiva, entendiendo que con controles bromatológicos y de higiene, se podría abrir esa alternativa para familias que quieren encarar un emprendimiento así.

Horacio Iturrioz, presidente del Concejo Deliberante, dijo que ese asunto está en discusión en la Comisión de Promoción Social, y el aspecto que hay que trabajar es el Código Alimentario Nacional, sobre lo que existe una mirada local. Para el concejal del Frente para la Victoria hay que buscar un mecanismo que garantice la implementación con todas las reglas, de manera que la Municipalidad no termine pagando un juicio por intoxicación, pero “no es cuestión tampoco de oponerse a una choripanera”, y reflexionó que es como filosofía querer hacer algo y que haya una negativa. Iturrioz sostuvo que se debe encontrar la forma justa para la elaboración local, más cuando se trata de alimentos que necesitan todos los cuidados. “Habría que ver qué cosas se habilitan, en qué lugar y cómo se hacen los controles, pero que hay que tener una mirada más permisiva”.

Muchos plantean por qué en la semana de Esquel se permite ese tipo de comercialización y el resto del año no. El titular del cuerpo se pregunta lo mismo, y apostó a que antes de fin de año se encontrará una solución.

El concejal Juan Devetak (PJ) afirmó que “soy un defensor de esa idea que discutimos varias veces en el Concejo, y hasta hay pedidos de vecinos para la habilitación para ese tipo de venta”.

Siempre surge el Código Alimentario Nacional, y una alternativa sería con una ordenanza modificar algunos artículos para no colisionar con esa norma. Otro punto que plantea la Municipalidad es que es casi imposible controlar la elaboración de esos alimentos para la venta en espacios públicos. “Pero el sentido común nos dice que casi en todas las ciudades existe esta actividad”, señaló el edil e insistió en que comparte que con los controles estrictos, se puede habilitar este tipo de comercio en Esquel.

“Ciudad fantasma”

“Yo estoy de acuerdo que se venda en la calle choripán y otros alimentos”, dijo la concejal de Chubut Somos Todos, Zulema Andén, y acotó que en la ciudad ha llegado “Pescado para Todos” y la venta ambulante es algo habitual en todas las ciudades del país.

Enfatizó que con la negativa que existe –y algo que no está mal- a que los fines de semana los chicos que necesitan recaudar fondos para diferentes cuestiones pasen por las casas ofreciendo empanadas y otros comestibles.

Ejemplificó que en El Bolsón la feria en la plaza es un clásico para los visitantes y es una iniciativa para imitar, siempre y cuando se tomen recaudos. Planteó que la plaza es un espacio ideal para compartir en familia y amigos, y disfrutar de los paisajes.

En la semana de Esquel se permite la venta de alimentos, al igual que en la feria de invierno, y esto no se repite a lo largo del año. “Somos una ciudad fantasma los fines de semana”, criticó Andén dando a entender que se está perdiendo ese sentido de compartir con el otro. Los esquelenses van a Trevelin a socializar porque en su ciudad no tienen esa posibilidad. “Merecemos un replanteo”, indicó.#


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