"Lo que propone Obama no es muy distinto a lo que hizo Bush"

Lo aseguró Rami Khouri, director del Instituto Issam Fares para Políticas Públicas y Política Internacional de la American University de Beirut. "Con su guerra contra el terrorismo y es probable que termine reclutando a más extremistas de los que mata", agregó.

14 SEP 2014 - 16:48 | Actualizado

Desde su casa en la capital libanesa, Rami Khouri habló por teléfono con Télam y analizó la propuesta de Obama para cazar y destruir a los combatientes del EI con ataques aéreos contra sus posiciones en el oeste y norte de Irak, en la región fronteriza de Siria y en gran parte del norte de ese país. Además, Washington prometió armar y entrenar a las fuerzas iraquíes y kurdas, y a milicias opositoras sirias que combaten a los extremistas islamistas en el terreno.

"El problema de usar la fuerza militar sin un apoyo fuerte y real de la gente en Medio Oriente es que fortalece a los grupos islamistas más extremos", sentenció el analista, que proviene de una familia palestina cristiana de Nazaret.

En un rápido repaso de las últimas dos décadas, Khouri recordó que la estrategia estadounidense para destruir a Al Qaeda y grupos similares con bombas y ataques en Afganistán, Pakistán, Yemen, Sudán y Somalia no sólo no mejoró la situación en esos convulsionados países, sino que ayudó a que surgieran nuevos grupos extremistas armados o que otros ya existentes crezcan y se expandan a países vecinos.

"Este tipo de estrategia militar no tiene éxito, excepto que uno también tenga una estrategia política importante y coordinada en el terreno. Es necesario tener una estrategia política que elimine las razones por las que mucha gente se une a estos grupos islamistas", explicó.

Durante su discurso a la nación del miércoles pasado, Obama puso como ejemplo su lucha contra Al Qaeda y sus grupos aliados en Yemen y Somalia, dos países actualmente sumergidos en la violencia y el caos.

"La estrategia antiterrorista de Obama en Yemen y Somalia no fue un éxito, fue contraproducente. Creó resentimiento, odio y caos, y ayudó a que estos grupos islamistas reclutaran a más personas. Este es uno de los peligros que supone la nueva estrategia para combatir al Estado Islámico", alertó Khouri.

Mientras que consideró que Washington no puede en este momento impulsar una estrategia política para debilitar a la milicia extremista en Siria, un país donde un heterogéneo abanico de grupos armados y el Ejército se enfrentan en una compleja y devastadora guerra civil, sí cree que podría hacerlo en Irak.

"Allí hay quienes se unieron al Estado Islámico porque comparten su ideología o porque pagan bien, pero hay muchos sunnitas que pelean junto a ellos porque se oponen a los últimos siete u ocho años del gobierno chiita de (Nuri al) Maliki, que los oprimió y los encarceló", sostuvo.

Tras apoyar sin fisuras la gestión de Maliki, Obama celebró esta semana la aprobación de un nuevo gobierno iraquí, en el que Maliki no pudo conservar un lugar central, pero sí se ganó un cargo simbólico, el de primer vicepresidente.

En este punto Khouri consideró necesario marcar las diferencias entre el antiguo enemigo número uno de la Casa Blanca, Al Qaeda, y el Estado Islámico, esta milicia extremista que se hizo mundialmente famosa este año tras ocupar parte de Irak y Siria, matar a cientos de personas, forzar el desplazamiento de más de medio millón de civiles en el norte iraquí en apenas tres meses y decapitar en cámara a dos periodistas estadounidenses.

"Los combatientes del Estado Islámico quieren crear un Estado, algo que Al Qaeda nunca quiso. Ambos grupos comparten una ideología similar como la vuelta de los principios puros del Islam, pero Al Qaeda actuaba más como un grupo guerrillero", sostuvo el analista.

El Estado Islámico, en cambio, busca asentarse en un territorio determinado.

"Ellos manejan el sistema de agua, los hospitales, garantizan que las panaderías y los negocios estén abiertos, y dan dinero a las familias más pobres de las zonas que controlan. Ayudan a la gente para conseguir que esta misma gente los apoye. Muchas de estas personas no comparten su ideología, pero si ellos proveen seguridad, buenos servicios y alimentos a precios razonables, los aceptarán y apoyarán", explicó.

Pese a estos objetivos locales, hace meses que Obama y la mayoría de los líderes de las potencias occidentales advierten que esta milicia extremista representa una amenaza contra sus países y sus intereses. Khouri no está tan seguro.

"El EI no ha amenazado con atacar a Estados Unidos y todo indica que está más interesado en controlar un territorio, en vez de expandirse. Es verdad que decapitaron a dos periodistas estadounidenses, pero básicamente dijeron: - si nos atacan, nosotros los atacaremos", sostuvo el analista.

Desde Líbano, uno de los países de Medio Oriente que más sufrió los efectos de la guerra civil siria, el analista de la American University reconoce que pese a los incontables artículos escritos en la prensa internacional y el anuncio de una nueva aventura militar estadounidense en Medio Oriente, "no se sabe mucho sobre el Estado Islámico".

"Están muy bien organizados, son eficientes, son metódicos en todo lo que hacen, muy peligrosos, pero no sabemos mucho más. Todo es muy secreto. No hacen muchas declaraciones públicas ni dan entrevistas. Por ejemplo, no está claro que quieran expandirse al resto de Medio Oriente y mucho menos que quieran atacar a Estados Unidos", concluyó.

14 SEP 2014 - 16:48

Desde su casa en la capital libanesa, Rami Khouri habló por teléfono con Télam y analizó la propuesta de Obama para cazar y destruir a los combatientes del EI con ataques aéreos contra sus posiciones en el oeste y norte de Irak, en la región fronteriza de Siria y en gran parte del norte de ese país. Además, Washington prometió armar y entrenar a las fuerzas iraquíes y kurdas, y a milicias opositoras sirias que combaten a los extremistas islamistas en el terreno.

"El problema de usar la fuerza militar sin un apoyo fuerte y real de la gente en Medio Oriente es que fortalece a los grupos islamistas más extremos", sentenció el analista, que proviene de una familia palestina cristiana de Nazaret.

En un rápido repaso de las últimas dos décadas, Khouri recordó que la estrategia estadounidense para destruir a Al Qaeda y grupos similares con bombas y ataques en Afganistán, Pakistán, Yemen, Sudán y Somalia no sólo no mejoró la situación en esos convulsionados países, sino que ayudó a que surgieran nuevos grupos extremistas armados o que otros ya existentes crezcan y se expandan a países vecinos.

"Este tipo de estrategia militar no tiene éxito, excepto que uno también tenga una estrategia política importante y coordinada en el terreno. Es necesario tener una estrategia política que elimine las razones por las que mucha gente se une a estos grupos islamistas", explicó.

Durante su discurso a la nación del miércoles pasado, Obama puso como ejemplo su lucha contra Al Qaeda y sus grupos aliados en Yemen y Somalia, dos países actualmente sumergidos en la violencia y el caos.

"La estrategia antiterrorista de Obama en Yemen y Somalia no fue un éxito, fue contraproducente. Creó resentimiento, odio y caos, y ayudó a que estos grupos islamistas reclutaran a más personas. Este es uno de los peligros que supone la nueva estrategia para combatir al Estado Islámico", alertó Khouri.

Mientras que consideró que Washington no puede en este momento impulsar una estrategia política para debilitar a la milicia extremista en Siria, un país donde un heterogéneo abanico de grupos armados y el Ejército se enfrentan en una compleja y devastadora guerra civil, sí cree que podría hacerlo en Irak.

"Allí hay quienes se unieron al Estado Islámico porque comparten su ideología o porque pagan bien, pero hay muchos sunnitas que pelean junto a ellos porque se oponen a los últimos siete u ocho años del gobierno chiita de (Nuri al) Maliki, que los oprimió y los encarceló", sostuvo.

Tras apoyar sin fisuras la gestión de Maliki, Obama celebró esta semana la aprobación de un nuevo gobierno iraquí, en el que Maliki no pudo conservar un lugar central, pero sí se ganó un cargo simbólico, el de primer vicepresidente.

En este punto Khouri consideró necesario marcar las diferencias entre el antiguo enemigo número uno de la Casa Blanca, Al Qaeda, y el Estado Islámico, esta milicia extremista que se hizo mundialmente famosa este año tras ocupar parte de Irak y Siria, matar a cientos de personas, forzar el desplazamiento de más de medio millón de civiles en el norte iraquí en apenas tres meses y decapitar en cámara a dos periodistas estadounidenses.

"Los combatientes del Estado Islámico quieren crear un Estado, algo que Al Qaeda nunca quiso. Ambos grupos comparten una ideología similar como la vuelta de los principios puros del Islam, pero Al Qaeda actuaba más como un grupo guerrillero", sostuvo el analista.

El Estado Islámico, en cambio, busca asentarse en un territorio determinado.

"Ellos manejan el sistema de agua, los hospitales, garantizan que las panaderías y los negocios estén abiertos, y dan dinero a las familias más pobres de las zonas que controlan. Ayudan a la gente para conseguir que esta misma gente los apoye. Muchas de estas personas no comparten su ideología, pero si ellos proveen seguridad, buenos servicios y alimentos a precios razonables, los aceptarán y apoyarán", explicó.

Pese a estos objetivos locales, hace meses que Obama y la mayoría de los líderes de las potencias occidentales advierten que esta milicia extremista representa una amenaza contra sus países y sus intereses. Khouri no está tan seguro.

"El EI no ha amenazado con atacar a Estados Unidos y todo indica que está más interesado en controlar un territorio, en vez de expandirse. Es verdad que decapitaron a dos periodistas estadounidenses, pero básicamente dijeron: - si nos atacan, nosotros los atacaremos", sostuvo el analista.

Desde Líbano, uno de los países de Medio Oriente que más sufrió los efectos de la guerra civil siria, el analista de la American University reconoce que pese a los incontables artículos escritos en la prensa internacional y el anuncio de una nueva aventura militar estadounidense en Medio Oriente, "no se sabe mucho sobre el Estado Islámico".

"Están muy bien organizados, son eficientes, son metódicos en todo lo que hacen, muy peligrosos, pero no sabemos mucho más. Todo es muy secreto. No hacen muchas declaraciones públicas ni dan entrevistas. Por ejemplo, no está claro que quieran expandirse al resto de Medio Oriente y mucho menos que quieran atacar a Estados Unidos", concluyó.


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