Habló la enfermera contagiada de ébola en España

Teresa Romero reconoció que pudo haber cometido alguna falla en el momento en el que se quitó el traje de aislamiento tras mantener contacto directo con uno de los misioneros repatriados desde África, por lo que ese podría ser el foco del contagio.

08 OCT 2014 - 12:23 | Actualizado

Según explicó el médico que atiende a la paciente, ella misma le confirmó -hasta en cuatro ocasiones- que "al retirarse el traje ha habido un contacto de una parte con la cara".

"Al parecer, con los guantes", añadió el doctor Germán Ramírez, del departamento de Medicina Interna del Hospital de La Paz, a cargo del tratamiento de la paciente Teresa Romero.

En sus primeras declaraciones telefónicas a la prensa desde que se supo que está infectada con el virus del ébola, la enfermera indicó que había cumplido con el protocolo.

"Está confusa, pero es posible que haya tenido ese contacto", insistió el médico.

"Una parte del traje le tocó la cara, al parecer los guantes", dijo el médico en conferencia de prensa y ante las preguntas de los periodistas.

"Hemos identificado este punto. Pudo ser un accidente, y en el primer momento puede que no lo haya recordado por la situación clínica", añadió.

"Parece que encontramos cuál es el origen" del contagio, indicó el doctor, quien, no obstante, sostuvo que hay que "seguir profundizando".

Ramírez manifestó que "los primeros interesados en saber el origen del contagio somos nosotros", y que si no se supo antes es porque "este tipo de maniobras puede pasar desapercibida, incluso para ella".

Preguntado sobre el protocolo respecto al traje de aislamiento, el médico afirmó que cada vez que los profesionales entran en la zona de exposición al virus, "hay personas vigilando cómo se pone y saca el traje".

Antes de que la paciente infectada reconociera este posible fallo, la Fiscalía de Madrid había abierto diligencias para determinar las circunstancias en las que se produjo el contagio.

Las investigaciones tienen como objetivo determinar si se cometió algún delito contra la seguridad de los trabajadores, que puede ser penado con hasta tres años de prisión.

No obstante, en caso de que se confirme que se trató de un "descuido" o un "accidente", no habría consecuencias penales.

08 OCT 2014 - 12:23

Según explicó el médico que atiende a la paciente, ella misma le confirmó -hasta en cuatro ocasiones- que "al retirarse el traje ha habido un contacto de una parte con la cara".

"Al parecer, con los guantes", añadió el doctor Germán Ramírez, del departamento de Medicina Interna del Hospital de La Paz, a cargo del tratamiento de la paciente Teresa Romero.

En sus primeras declaraciones telefónicas a la prensa desde que se supo que está infectada con el virus del ébola, la enfermera indicó que había cumplido con el protocolo.

"Está confusa, pero es posible que haya tenido ese contacto", insistió el médico.

"Una parte del traje le tocó la cara, al parecer los guantes", dijo el médico en conferencia de prensa y ante las preguntas de los periodistas.

"Hemos identificado este punto. Pudo ser un accidente, y en el primer momento puede que no lo haya recordado por la situación clínica", añadió.

"Parece que encontramos cuál es el origen" del contagio, indicó el doctor, quien, no obstante, sostuvo que hay que "seguir profundizando".

Ramírez manifestó que "los primeros interesados en saber el origen del contagio somos nosotros", y que si no se supo antes es porque "este tipo de maniobras puede pasar desapercibida, incluso para ella".

Preguntado sobre el protocolo respecto al traje de aislamiento, el médico afirmó que cada vez que los profesionales entran en la zona de exposición al virus, "hay personas vigilando cómo se pone y saca el traje".

Antes de que la paciente infectada reconociera este posible fallo, la Fiscalía de Madrid había abierto diligencias para determinar las circunstancias en las que se produjo el contagio.

Las investigaciones tienen como objetivo determinar si se cometió algún delito contra la seguridad de los trabajadores, que puede ser penado con hasta tres años de prisión.

No obstante, en caso de que se confirme que se trató de un "descuido" o un "accidente", no habría consecuencias penales.


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