Embanderados con los colores del Partido de los Trabajadores (PT), los simpatizantes matizaban la espera en la Plaza del Patriarca, frente a la Catedral y la Municipalidad paulistas, cantando Corazón Valiente, la canción emblema de la campaña electoral de Dilma.
La legislación electoral brasileña permite para los días previos a las elecciones reuniones proselitistas y caminatas, pero no la difusión de mensajes de los candidatos ni la propaganda por medios audiovisuales.
La numerosa concentación de simpatizantes del PT sorprendía incluso hoy a algunos ocasionales peatones que se trasladaban a sus lugares de trabajo en el centro de San Pablo, un tradicional feudo electoral de la socialdemocracia.
Identificados algunos con distintos sindicatos, hombres, mujeres y niños no dejaban de bailar y de tocar sus bombos, mientras desde los parlantes se arengaba e impulsaba el voto por Rousseff.
Embanderados con los colores del Partido de los Trabajadores (PT), los simpatizantes matizaban la espera en la Plaza del Patriarca, frente a la Catedral y la Municipalidad paulistas, cantando Corazón Valiente, la canción emblema de la campaña electoral de Dilma.
La legislación electoral brasileña permite para los días previos a las elecciones reuniones proselitistas y caminatas, pero no la difusión de mensajes de los candidatos ni la propaganda por medios audiovisuales.
La numerosa concentación de simpatizantes del PT sorprendía incluso hoy a algunos ocasionales peatones que se trasladaban a sus lugares de trabajo en el centro de San Pablo, un tradicional feudo electoral de la socialdemocracia.
Identificados algunos con distintos sindicatos, hombres, mujeres y niños no dejaban de bailar y de tocar sus bombos, mientras desde los parlantes se arengaba e impulsaba el voto por Rousseff.