Ayer entrado el mediodía se conoció la triste noticia que daba cuenta del fallecimiento de Luis Antonio Purita, el hombre que el pasado viernes 24 de octubre en horas de la noche fue víctima de la delincuencia que castiga a los vecinos de Trelew.
El doctor Fernando Bovcon, director del hospital Adolfo Margara de Trelew, confirmó que el deceso se produjo por un paro cardiorespiratorio producto de una isquemia cerebral grave. La víctima falleció pasadas las 12:30.
Aquel día había ido a trabajar a su kiosco junto a su hijo de 14 años. Todo parecía normal hasta que ingresaron dos delincuentes, extrajeron una pistola y en circunstancias poco claras le dispararon en el cuello. Una bala le afectó el cerebro. Desde aquel día Purita se encontraba en lucha por salir adelante.
El hecho de inseguridad vuelve a poner en el peor de los estados a una comunidad que observa cómo la vida vale cada vez menos. No es el primer vecino que muere en circunstancias laborales. Es un caso que se suma a otros de muchos que quedaron impunes o con condenas poco satisfactorias. Purita tenía 45 años. A estas horas los autores del hecho se encuentran caminando por las calles de la ciudad. La Policía asegura estar buscándolos.
El último adiós
A media tarde de ayer una nutrida concurrencia se acercó a la sala velatorio para despedir al vecino. El silencio era cortado por llantos de dolor e impotencia. Uno de sus amigos le dijo a Jornada que el próximo viernes habrá otra marcha de la que esperan un resultado más convocante que la anterior, donde hubo más gente que se quedó en su casa que la que se predispuso a marchar ante la situación de inseguridad en la que se encuentran sumergidos los vecinos.
Ayer entrado el mediodía se conoció la triste noticia que daba cuenta del fallecimiento de Luis Antonio Purita, el hombre que el pasado viernes 24 de octubre en horas de la noche fue víctima de la delincuencia que castiga a los vecinos de Trelew.
El doctor Fernando Bovcon, director del hospital Adolfo Margara de Trelew, confirmó que el deceso se produjo por un paro cardiorespiratorio producto de una isquemia cerebral grave. La víctima falleció pasadas las 12:30.
Aquel día había ido a trabajar a su kiosco junto a su hijo de 14 años. Todo parecía normal hasta que ingresaron dos delincuentes, extrajeron una pistola y en circunstancias poco claras le dispararon en el cuello. Una bala le afectó el cerebro. Desde aquel día Purita se encontraba en lucha por salir adelante.
El hecho de inseguridad vuelve a poner en el peor de los estados a una comunidad que observa cómo la vida vale cada vez menos. No es el primer vecino que muere en circunstancias laborales. Es un caso que se suma a otros de muchos que quedaron impunes o con condenas poco satisfactorias. Purita tenía 45 años. A estas horas los autores del hecho se encuentran caminando por las calles de la ciudad. La Policía asegura estar buscándolos.
El último adiós
A media tarde de ayer una nutrida concurrencia se acercó a la sala velatorio para despedir al vecino. El silencio era cortado por llantos de dolor e impotencia. Uno de sus amigos le dijo a Jornada que el próximo viernes habrá otra marcha de la que esperan un resultado más convocante que la anterior, donde hubo más gente que se quedó en su casa que la que se predispuso a marchar ante la situación de inseguridad en la que se encuentran sumergidos los vecinos.