Masacre de Iguala: incendiaron el Congreso de Guerrero

En la protesta, en la cual condenaron la "criminalización" de la lucha social y repudiaron a las instituciones, participaron unos 800 maestros y fueron incendiados además varios automóviles estacionados en el lugar.

13 NOV 2014 - 12:00 | Actualizado

Manifestantes incendiaron anoche el Congreso regional del sureño estado Guerrero, en el marco de las protestas que se suceden en México por la desaparición y supuesto asesinato de 43 estudiantes, un caso que mantiene en jaque al presidente Enrique Peña Nieto y preocupa a la Iglesia local, el papa Francisco, a distintos países y a grupos defensores de derechos humanos.

"Si no hay solución habrá revolución" y "Fuera Peña Nieto" fueron algunas de las consignas de los integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadoras de la Educación en Guerrero (Ceteg), un movimiento de maestros que suele realizar manifestaciones radicales.

En la protesta, en la cual condenaron la "criminalización" de la lucha social y repudiaron a las instituciones, participaron unos 800 maestros, según estimaciones periodísticas, muchos con el rostro cubierto, que incendiaron además varios automóviles estacionados en el lugar.

Los maestros causaron también daños en la Contraloría y oficinas de la Secretaría de Educación Pública, donde quemaron muebles y documentos, reseñó la agencia DPA.

Los maestros habían participado el lunes en un bloqueo al aeropuerto de Acapulco y el martes incendiaron la sede regional del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), lo que derivó en un enfrentamiento con policías.

Por otro lado, el gobierno de Estados Unidos hizo un llamado a la calma, mientras que las autoridades mexicanas continúan investigando el caso registrado en la localidad mexicana de Iguala, en el estado de Guerrero.

"Urgimos a todas las partes a mantener la calma durante el proceso", dijo en rueda de prensa la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, tras los informes de "crecientes tensiones" registradas en los últimos días en México a causa del episodio, que tuvo lugar en la Escuela Normal Rural "Raúl Isidro Burgos" de Ayotzinapa.

"Este crimen atroz y bárbaro debe ser investigado de forma completa y transparente y los culpables deben ser llevados ante la justicia sin demora y castigados consecuentemente con el respeto a las garantías procesales y el respeto por el estado de derecho", añadió Psaki.

Preguntada sobre si Washington apoya una posible asistencia técnica de Naciones Unidas para esclarecer el caso, se limitó a señalar que es "una cuestión que deben discutir México y la ONU".

Al respecto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) anunció que llegó a un acuerdo sobre los términos de asistencia técnica a México.

Restos calcinados hallados en un basurero y en un río cerca del lugar donde desaparecieron los jóvenes fueron enviados a la Universidad de Innsbruck, Austria, para su análisis, luego de que dos detenidos acusados del ataque confesaran que en ese sitio los estudiantes fueron asesinados y calcinados.

La mayoría de las manifestaciones de apoyo a las familias de los desaparecidos han sido pacíficas, pero en los últimos días se registraron algunos incidentes violentos, principalmente en Guerrero.

Por su parte, obispos mexicanos emitieron un enérgico pronunciamiento en el cual se manifestaron contra la violencia que sacude al país, y pidieron que no haya "más sangre".

"Basta ya, no queremos más sangre, no queremos más muertes, no queremos más desaparecidos, no queremos más dolor ni vergüenza", clamaron los miembros de la Conferencia del Episcopado Mexicano durante su 98 asamblea plenaria pocas horas después que, desde el Vaticano, el papa Francisco mostrara también su preocupación y pesimismo por el destino de los desaparecidos de Ayotzinapa.

Los obispos señalaron que comparten con sus compatriotas "la pena y el sufrimiento de las familias, que se suman a los miles de víctimas anónimas en diversas regiones de nuestro país".

"Nos unimos al clamor generalizado por un México en el que la verdad y la justicia provoquen una profunda transformación del orden institucional, judicial y político, que asegure que jamás hechos como estos vuelvan a repetirse", indicaron.

Los prelados reconocieron "con tristeza" que la situación del país "ha empeorado, desatando una verdadera crisis nacional. Muchas personas viven sometidas por el miedo y la desconfianza al encontrarse indefensas ante la amenaza de grupos criminales".

13 NOV 2014 - 12:00

Manifestantes incendiaron anoche el Congreso regional del sureño estado Guerrero, en el marco de las protestas que se suceden en México por la desaparición y supuesto asesinato de 43 estudiantes, un caso que mantiene en jaque al presidente Enrique Peña Nieto y preocupa a la Iglesia local, el papa Francisco, a distintos países y a grupos defensores de derechos humanos.

"Si no hay solución habrá revolución" y "Fuera Peña Nieto" fueron algunas de las consignas de los integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadoras de la Educación en Guerrero (Ceteg), un movimiento de maestros que suele realizar manifestaciones radicales.

En la protesta, en la cual condenaron la "criminalización" de la lucha social y repudiaron a las instituciones, participaron unos 800 maestros, según estimaciones periodísticas, muchos con el rostro cubierto, que incendiaron además varios automóviles estacionados en el lugar.

Los maestros causaron también daños en la Contraloría y oficinas de la Secretaría de Educación Pública, donde quemaron muebles y documentos, reseñó la agencia DPA.

Los maestros habían participado el lunes en un bloqueo al aeropuerto de Acapulco y el martes incendiaron la sede regional del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), lo que derivó en un enfrentamiento con policías.

Por otro lado, el gobierno de Estados Unidos hizo un llamado a la calma, mientras que las autoridades mexicanas continúan investigando el caso registrado en la localidad mexicana de Iguala, en el estado de Guerrero.

"Urgimos a todas las partes a mantener la calma durante el proceso", dijo en rueda de prensa la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, tras los informes de "crecientes tensiones" registradas en los últimos días en México a causa del episodio, que tuvo lugar en la Escuela Normal Rural "Raúl Isidro Burgos" de Ayotzinapa.

"Este crimen atroz y bárbaro debe ser investigado de forma completa y transparente y los culpables deben ser llevados ante la justicia sin demora y castigados consecuentemente con el respeto a las garantías procesales y el respeto por el estado de derecho", añadió Psaki.

Preguntada sobre si Washington apoya una posible asistencia técnica de Naciones Unidas para esclarecer el caso, se limitó a señalar que es "una cuestión que deben discutir México y la ONU".

Al respecto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) anunció que llegó a un acuerdo sobre los términos de asistencia técnica a México.

Restos calcinados hallados en un basurero y en un río cerca del lugar donde desaparecieron los jóvenes fueron enviados a la Universidad de Innsbruck, Austria, para su análisis, luego de que dos detenidos acusados del ataque confesaran que en ese sitio los estudiantes fueron asesinados y calcinados.

La mayoría de las manifestaciones de apoyo a las familias de los desaparecidos han sido pacíficas, pero en los últimos días se registraron algunos incidentes violentos, principalmente en Guerrero.

Por su parte, obispos mexicanos emitieron un enérgico pronunciamiento en el cual se manifestaron contra la violencia que sacude al país, y pidieron que no haya "más sangre".

"Basta ya, no queremos más sangre, no queremos más muertes, no queremos más desaparecidos, no queremos más dolor ni vergüenza", clamaron los miembros de la Conferencia del Episcopado Mexicano durante su 98 asamblea plenaria pocas horas después que, desde el Vaticano, el papa Francisco mostrara también su preocupación y pesimismo por el destino de los desaparecidos de Ayotzinapa.

Los obispos señalaron que comparten con sus compatriotas "la pena y el sufrimiento de las familias, que se suman a los miles de víctimas anónimas en diversas regiones de nuestro país".

"Nos unimos al clamor generalizado por un México en el que la verdad y la justicia provoquen una profunda transformación del orden institucional, judicial y político, que asegure que jamás hechos como estos vuelvan a repetirse", indicaron.

Los prelados reconocieron "con tristeza" que la situación del país "ha empeorado, desatando una verdadera crisis nacional. Muchas personas viven sometidas por el miedo y la desconfianza al encontrarse indefensas ante la amenaza de grupos criminales".


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