Un abogado ciego quiere trabajar por la igualdad

Julio Alberto Guerreiro tiene 29 años, vive en Comodoro Rivadavia y se recibió en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Actualmente se desempeña en el Concejo Deliberante. Sueña con su propio estudio. “Uno debe actuar desde su pequeño lugar”, asegura.

16 NOV 2014 - 22:19 | Actualizado

Por Ismael Tebes

Tantas veces como se puede ver sin mirar habrá alguien con sentimiento en la mirada, capaz de ir más allá. Demostrando que no hace faltar ver para poder creer y que la vara está a la misma altura para todos, Julio Alberto Guerreiro (29) prefiere resumir entre líneas su ceguera: “No es un obstáculo éste pequeño inconveniente que uno tiene”, cuente este flamante abogado matriculado, egresado de la Universidad de la Patagonia San Juan Bosco, amante de la radio y del deporte.

“Yo nací prematuro, a los siete meses. En la incubadora sufrí un desprendimiento de retina aunque para todo lo que pasé digamos que fue lo más leve. Nunca me cuestioné mi discapacidad, la fui llevando día y día, mi familia se involucró mucho y el esfuerzo necesario lo hicieron para que yo avanzara”, cuenta el profesional que hace sus primeras armas en el Concejo Deliberante y acaba de matricularse, para ejercer quizás en su propio estudio.

“En el secundario en general siempre fui constante, tomaba el estudio con responsabilidad y nunca me llevé materias. En la Universidad tuve que dar dos veces Práctica Profesional, la única materia que atrasaba un año. No se podía dar libre y tuve que recursarla”. Lejos de hacerse a un costado de la realidad, “Mumy” prefiere sentirse parte. “Me gusta leer, mantenerme informado y escuchar mucha radio. Quiero involucrarme en las cosas que pasan porque no me gusta aislarme de la realidad”.

Y parte de esa integración le permite hoy ser un activo participante de las redes sociales; elegir qué leer a través de una biblioteca virtual o conectarse al mundo de otra manera. “La digitalización de libros nos ayuda mucho, nos da una gran mano porque antes se nos hacía imposible. Me grababan los libros de estudio. Hace dos años incorporé la computadora con un programa a través del Conectar Igualdad: en las redes sociales me manejo bien porque puedo leer los mensajes o lo que la gente publica en su muro y puedo ponerle un “me gusta” o algún comentario”.

La política juega un lugar preponderante porque es la herramienta y el vehículo para cambiar la realidad y dar respuestas. “Uno debe actuar desde su pequeño lugar. Considero que lo puedo hacer pero por ahora tengo mucho que aprender. Y resolver en qué me voy a especializar para ejercer”.

Y en cuanto a las situaciones más frecuentes que le transmiten sus pares resulta el incumplimiento de las obras sociales, la falta de articulación con las organizaciones y las barreras de una ciudad poco preparada para la igualdad plena. “Hasta que los problemas no nos ocurren no planificamos ni tenemos conciencia y nos manejamos individualmente. A mí en lo personal me ha ido muy bien porque siempre integré buenos grupos humanos y entonces, nunca noté ningún tipo de discriminación. Creo que estoy logrando pequeños objetivos. Quizás tenga que tener más paciencia y saber que todo lleva su tiempo y que tengo que adecuarme a los tiempos de los demás. A veces siento que soy un poco ansioso”.#

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16 NOV 2014 - 22:19

Por Ismael Tebes

Tantas veces como se puede ver sin mirar habrá alguien con sentimiento en la mirada, capaz de ir más allá. Demostrando que no hace faltar ver para poder creer y que la vara está a la misma altura para todos, Julio Alberto Guerreiro (29) prefiere resumir entre líneas su ceguera: “No es un obstáculo éste pequeño inconveniente que uno tiene”, cuente este flamante abogado matriculado, egresado de la Universidad de la Patagonia San Juan Bosco, amante de la radio y del deporte.

“Yo nací prematuro, a los siete meses. En la incubadora sufrí un desprendimiento de retina aunque para todo lo que pasé digamos que fue lo más leve. Nunca me cuestioné mi discapacidad, la fui llevando día y día, mi familia se involucró mucho y el esfuerzo necesario lo hicieron para que yo avanzara”, cuenta el profesional que hace sus primeras armas en el Concejo Deliberante y acaba de matricularse, para ejercer quizás en su propio estudio.

“En el secundario en general siempre fui constante, tomaba el estudio con responsabilidad y nunca me llevé materias. En la Universidad tuve que dar dos veces Práctica Profesional, la única materia que atrasaba un año. No se podía dar libre y tuve que recursarla”. Lejos de hacerse a un costado de la realidad, “Mumy” prefiere sentirse parte. “Me gusta leer, mantenerme informado y escuchar mucha radio. Quiero involucrarme en las cosas que pasan porque no me gusta aislarme de la realidad”.

Y parte de esa integración le permite hoy ser un activo participante de las redes sociales; elegir qué leer a través de una biblioteca virtual o conectarse al mundo de otra manera. “La digitalización de libros nos ayuda mucho, nos da una gran mano porque antes se nos hacía imposible. Me grababan los libros de estudio. Hace dos años incorporé la computadora con un programa a través del Conectar Igualdad: en las redes sociales me manejo bien porque puedo leer los mensajes o lo que la gente publica en su muro y puedo ponerle un “me gusta” o algún comentario”.

La política juega un lugar preponderante porque es la herramienta y el vehículo para cambiar la realidad y dar respuestas. “Uno debe actuar desde su pequeño lugar. Considero que lo puedo hacer pero por ahora tengo mucho que aprender. Y resolver en qué me voy a especializar para ejercer”.

Y en cuanto a las situaciones más frecuentes que le transmiten sus pares resulta el incumplimiento de las obras sociales, la falta de articulación con las organizaciones y las barreras de una ciudad poco preparada para la igualdad plena. “Hasta que los problemas no nos ocurren no planificamos ni tenemos conciencia y nos manejamos individualmente. A mí en lo personal me ha ido muy bien porque siempre integré buenos grupos humanos y entonces, nunca noté ningún tipo de discriminación. Creo que estoy logrando pequeños objetivos. Quizás tenga que tener más paciencia y saber que todo lleva su tiempo y que tengo que adecuarme a los tiempos de los demás. A veces siento que soy un poco ansioso”.#


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