Tras el desarrollo del juicio oral que se extendió desde el primero de diciembre, tanto la fiscalía como la defensa fueron firmes en sus diferentes hipótesis, informando el cuerpo colegiado, integrado por los doctores Darío Arguiano, Fabio Monti y Marcelo Nieto Di Biase, que este miércoles podrían llegar a comunicar el veredicto.
Según lo expuso el doctor Rodríguez, durante el debate se ha probado que el acusado mantuvo una discusión con su mujer y Flores, sabiendo lo que hacía y conociendo el poder vulnerante del arma calibre 38, efectuó dos disparos que fueron a dar en una mesa ubicada entre ambos y el restante en el abdomen de la víctima, provocándole la herida que trajo como consecuencia su muerte el día posterior.
Además, Rodríguez remarcó las características del hecho vinculado con la violencia de género, a causa de los golpes que la víctima habitualmente presentaba en distintas partes del cuerpo, además de otras manifestaciones efectuadas a familiares y amigas por la propia afectada.
El fiscal le restó credibilidad a la versión sobre la agresión con un cuchillo de parte de la mujer, indicando que el imputado tuvo tiempo de armar la escena, acomodando el cuchillo y tapando el impacto sobre la mesa, acordándose de todos los detalles y olvidando solo las circunstancias en que disparó.
Por su parte, el defensor Martín Castro rechazó lo actuado por el Ministerio Público Fiscal, marcando como error el vincular la situación a un contexto de violencia de género, argumentando una verdadera y legítima defensa de su asistido. Habló de un acuerdo por parte de los testigos para inculpar a Flores en ese marco, para lo que olvidaron algunas acciones de su defendido en las que ayudó hasta monetariamente a su pareja.
Contrariamente a lo declarado por testigos, el defensor definió la conducta de Flores como legal y justificada, remarcando agresiones y reiteradas amenazas de las que era objeto, presentándolo como una persona sumisa, que padeció diversos hechos violentos.
En el final, los jueces dieron la posibilidad de expresarse al acusado y, al acceder, este manifestó: “jamás he tenido antes, ni tuve intención de lastimarla. Lo que he dicho fue lo que realmente pasó”.
Tras el desarrollo del juicio oral que se extendió desde el primero de diciembre, tanto la fiscalía como la defensa fueron firmes en sus diferentes hipótesis, informando el cuerpo colegiado, integrado por los doctores Darío Arguiano, Fabio Monti y Marcelo Nieto Di Biase, que este miércoles podrían llegar a comunicar el veredicto.
Según lo expuso el doctor Rodríguez, durante el debate se ha probado que el acusado mantuvo una discusión con su mujer y Flores, sabiendo lo que hacía y conociendo el poder vulnerante del arma calibre 38, efectuó dos disparos que fueron a dar en una mesa ubicada entre ambos y el restante en el abdomen de la víctima, provocándole la herida que trajo como consecuencia su muerte el día posterior.
Además, Rodríguez remarcó las características del hecho vinculado con la violencia de género, a causa de los golpes que la víctima habitualmente presentaba en distintas partes del cuerpo, además de otras manifestaciones efectuadas a familiares y amigas por la propia afectada.
El fiscal le restó credibilidad a la versión sobre la agresión con un cuchillo de parte de la mujer, indicando que el imputado tuvo tiempo de armar la escena, acomodando el cuchillo y tapando el impacto sobre la mesa, acordándose de todos los detalles y olvidando solo las circunstancias en que disparó.
Por su parte, el defensor Martín Castro rechazó lo actuado por el Ministerio Público Fiscal, marcando como error el vincular la situación a un contexto de violencia de género, argumentando una verdadera y legítima defensa de su asistido. Habló de un acuerdo por parte de los testigos para inculpar a Flores en ese marco, para lo que olvidaron algunas acciones de su defendido en las que ayudó hasta monetariamente a su pareja.
Contrariamente a lo declarado por testigos, el defensor definió la conducta de Flores como legal y justificada, remarcando agresiones y reiteradas amenazas de las que era objeto, presentándolo como una persona sumisa, que padeció diversos hechos violentos.
En el final, los jueces dieron la posibilidad de expresarse al acusado y, al acceder, este manifestó: “jamás he tenido antes, ni tuve intención de lastimarla. Lo que he dicho fue lo que realmente pasó”.