Silva: "El Dakar es como correr 15 domingos de TC seguidas"
El chaqueño encarará desde mañana su quinto Dakar al volante de un prototipo de Colcar consciente de que es otro paso en su aprendizaje de este durísimo rally, pero confiado en la capacidad de los mecánicos argentinos y con la expectativa de meterse al menos entre los primeros veinte puestos de la categoría autos.
“Ésta es una carrera que requiere 11 meses y medio de preparación, que exige vencer muchas adversidades y ponerte metas, pero cuando terminás te deja lleno. El Dakar es como 15 domingos de TC seguidos”, expresó Silva a Télam en Tecnópolis, envuelto en la ansiedad típica de las vísperas de la largada.
Silva, de 43 años, llega a este Dakar 2015 después de ganar el campeonato argentino de cross country y el Desafío Ruta 40 (Bariloche-San Juan), y cuatro años después de su debut en el rally, en 2011, cuando se perdió en el desierto.
“Lo mío es ir aprendiendo y creciendo. En mi primer Dakar no sabía ni que había que desinflar el neumático en la arena. Nos falta mucho por hacer. En este Dakar vamos por más y sería buenísimo meternos entre el 10 y el 20, pero vamos a tener más de 10 MINI en la categoría”, evaluó el piloto de Colcar.
Silva confía “en la capacidad de los equipos y los técnicos argentinos. Y es cierto que nos va a costar alcanzar el nivel de desarrollo de los equipos europeos. Pero tiene algo muy especial trabajar para equipos
argentinos. Creo que nos podemos acercar muchísimo. Hoy estoy lejos de los que pelean con los de adelante, pero hay mucho trabajo por delante”, afirmó.
El chaqueño correrá este año con un motor de 8 cilindros, con 370 hp, 100 hp más que el Dakar anterior, y con una suspensión nueva que llegó en la semana previa a las verificaciones técnicas.
“Le metimos pata y tenemos mucha expectativa. Todo el equipo hizo un gran trabajo. Hoy ya me desperté con el nudito en la panza pero me dije que nos tenemos que calmar”, reconoció Silva en el Village Dakar montado en el predio de Tecnópolis.
Para Silva, “en esta carrera pasa algo muy especial, porque cuando llegás al último día pensás que es bueno que se acabe y no ves la hora de estar en tu casa, y al día siguiente ya lo extrañás”.
“Si corro el Dakar es por la gente, por el público que me lo contagió. Si le gusta a la gente le tiene que gustar a los patrocinantes porque yo soy un profesional de esto. Pensé así y fue de esta manera como se me despertó la pasión”, recordó sobre su decisión de correr el rally hace cuatro años.
En particular, “lo que más adrenalina me genera son las etapas con dunas porque nunca sabés qué hay atrás. Y se te puede terminar el Dakar”, advirtió.
Sobre esta edición, “creo que vamos a tener sorpresa en la segunda etapa, en ese camino desde Carlos Paz a San Juan, arenoso y pesado. Igual, aprendí que mirar los mapas meses antes, es enfermarte la cabeza sin sentido”, confió Silva.
“Ésta es una carrera que requiere 11 meses y medio de preparación, que exige vencer muchas adversidades y ponerte metas, pero cuando terminás te deja lleno. El Dakar es como 15 domingos de TC seguidos”, expresó Silva a Télam en Tecnópolis, envuelto en la ansiedad típica de las vísperas de la largada.
Silva, de 43 años, llega a este Dakar 2015 después de ganar el campeonato argentino de cross country y el Desafío Ruta 40 (Bariloche-San Juan), y cuatro años después de su debut en el rally, en 2011, cuando se perdió en el desierto.
“Lo mío es ir aprendiendo y creciendo. En mi primer Dakar no sabía ni que había que desinflar el neumático en la arena. Nos falta mucho por hacer. En este Dakar vamos por más y sería buenísimo meternos entre el 10 y el 20, pero vamos a tener más de 10 MINI en la categoría”, evaluó el piloto de Colcar.
Silva confía “en la capacidad de los equipos y los técnicos argentinos. Y es cierto que nos va a costar alcanzar el nivel de desarrollo de los equipos europeos. Pero tiene algo muy especial trabajar para equipos
argentinos. Creo que nos podemos acercar muchísimo. Hoy estoy lejos de los que pelean con los de adelante, pero hay mucho trabajo por delante”, afirmó.
El chaqueño correrá este año con un motor de 8 cilindros, con 370 hp, 100 hp más que el Dakar anterior, y con una suspensión nueva que llegó en la semana previa a las verificaciones técnicas.
“Le metimos pata y tenemos mucha expectativa. Todo el equipo hizo un gran trabajo. Hoy ya me desperté con el nudito en la panza pero me dije que nos tenemos que calmar”, reconoció Silva en el Village Dakar montado en el predio de Tecnópolis.
Para Silva, “en esta carrera pasa algo muy especial, porque cuando llegás al último día pensás que es bueno que se acabe y no ves la hora de estar en tu casa, y al día siguiente ya lo extrañás”.
“Si corro el Dakar es por la gente, por el público que me lo contagió. Si le gusta a la gente le tiene que gustar a los patrocinantes porque yo soy un profesional de esto. Pensé así y fue de esta manera como se me despertó la pasión”, recordó sobre su decisión de correr el rally hace cuatro años.
En particular, “lo que más adrenalina me genera son las etapas con dunas porque nunca sabés qué hay atrás. Y se te puede terminar el Dakar”, advirtió.
Sobre esta edición, “creo que vamos a tener sorpresa en la segunda etapa, en ese camino desde Carlos Paz a San Juan, arenoso y pesado. Igual, aprendí que mirar los mapas meses antes, es enfermarte la cabeza sin sentido”, confió Silva.