El acordeonista Raúl Barboza inicia un ciclo en Café Vinilo

El acordeonista argentino, residente en París, regresó al país para una temporada musical que arranca mañana con un concierto en Café Vinilo, y que se extenderá a lo largo de diversas ciudades de la extensa geografía del país.

07 ENE 2015 - 16:19 | Actualizado

En el local del barrio de Palermo situado en Gorriti 3780, donde tocará a partir de las 21 junto a Nardo González en guitarra y Roly Valenzuela en contrabajo, Barboza dará inicio a un extenso ciclo que desarrollará en ese club musical todos los jueves de enero y febrero.

Pero además, el músico que reside en Francia desde 1987 y es asistente habitual de festivales musicales de notable prestigio como Montreaux, Montreal y Alte Oper Frankfut, tiene previsto en su estadía argentina -que se extenderá hasta mediados de marzo- pasar por lugares como el Festival del Taninero en Puerto Tirol, Chaco (9 de enero), La Fiesta Nacional del Chamamé en Corrientes (el 19) y la ciudad de Merlo en San Luis (6 de febrero), entre otros destinos.

"El ciclo de Vinilo se ha constituido en algo muy agradable para mí en estos años porque es un lugar donde tengo la posibilidad de estar en contacto con gente que va a escuchar mi propuesta musical, que no es mejor ni peor que otras pero sí diferente, en el sentido de que hago una música que intenta manifestar mi contemporaneidad", señala Barboza, recién arribado a la Argentina, en charla con Télam.

"Yo creo que (Tránsito) Cocomarola, Ernesto Montiel, Gardel o Grela manifestaron el presente que ellos estaban viviendo con su música; ¿cómo fue antes de Cocomarola y Montiel? yo no lo sé, pero sí­ sé que el alma del ser humano no se queda encerrada, no es una piedra sino que tiene movimiento y yo quiero que mi alma tenga movimiento, que exprese mi hoy musical: lo que viví, lo que estoy viviendo y lo que pueda venir", destaca.

Nacido en la provincia de Buenos Aires pero hijo de padres misioneros, Barboza fue primero conocido como "Raulito, el mago", y se transformó a lo largo del tiempo en una de las principales referencias del chamamé en Europa y a escala planetaria, con más de 30 placas discográficas propias grabadas en todo el mundo.

"Musicalmente -cuenta- estoy haciendo lo que hice siempre: salgo a la calle y escucho los sonidos, algunos estridentes y otros bellos; en la ciudad, a veces se escucha un grito, un llanto, la prisa, la gente que revuelve los desechos por la noche; al viajar la diversidad de los paisajes, las montañas, los ríos, las llanuras, las distintas maneras de hablar, de saludarse, de hacer un asado, y todo eso intento traducirlo con mi música, que por eso tiene muchos matices".

"Yo no toco -aclara- un solo registro porque busco traducir en música sonidos o acciones como el andar de un ferrocarril o el galope de un animal y que el que escucha sepa que se trata de eso".

En relación con su modo interpretativo y lo que sucede sobre el escenario, Barboza cuenta que con este trío con el que está tocando "no buscamos ensayar una pieza para tocarla igual".

"No es mi manera de ver la música popular, para nosotros la música es como una conversación, no pautamos de qué vamos a estar hablando sino que simplemente dialogamos", asegura.

"Yo sé -agrega Barboza terminando de cerrar la idea sobre una forma interpretativa abierta a la improvisación- que tengo muchas cosas en mi memoria y que si se da la ocasión puedo contar todo eso; por eso al tocar con mis músicos tratamos de escucharnos, de mirarnos para saber si en el espí­ritu del otro parece algo que no estaba pautado y podemos dejar que el pájaro vuele, muestre su color, su canto y lo que la naturaleza le dio".

Barboza viene de grabar este año el disco "Chamamemusette" en el que toca junto al acordeonista francés Francis Varis y el percusionista brasileño Ze Luis Nascimento, en una búsqueda musical que intenta acortar distancias culturales, y donde propuso a Varis interpretar según la tradición del Litoral y él lo hizo según la francesa.

"Mi deseo -señala- es como hace el sembrador, desparramar la semilla para que despierte esta música en otros lugares, para que no esté encerrada en la laguna del Iberá y Corrientes sino para que viaje y tenga alas y para que pueda entrar en contacto y comunicación con otras comunidades y culturas".

Además del ciclo en Café Vinilo que arranca mañana, Raúl Barboza estará tocando en el Festival del Taninero de Puerto Tirol, Chaco (9 de enero); la Fiesta nacional del Chamamé de Corrientes (el 19); en la ciudad de 9 de Julio de la provincia de Buenos Aires (el 23); en Carlos Casares, provincia de Buenos Aires (el 24).

En el transcurso de febrero las actuaciones continuarán en Merlo, San Luis (el 6 ); en el Festival Nacional de Chamamé de Federal, Entre Ríos (el 7); mientras que en marzo, Barboza y su trío se presentarán en el Teatro Municipal de Paraná, Entre Ríos (el 7); en el Teatro de la Media Legua de Martínez, Buenos Aires (el 13); la Sala Lavardén de Rosario (el 14 )y en San José de Feliciano, Entre Ríos (el 15).

07 ENE 2015 - 16:19

En el local del barrio de Palermo situado en Gorriti 3780, donde tocará a partir de las 21 junto a Nardo González en guitarra y Roly Valenzuela en contrabajo, Barboza dará inicio a un extenso ciclo que desarrollará en ese club musical todos los jueves de enero y febrero.

Pero además, el músico que reside en Francia desde 1987 y es asistente habitual de festivales musicales de notable prestigio como Montreaux, Montreal y Alte Oper Frankfut, tiene previsto en su estadía argentina -que se extenderá hasta mediados de marzo- pasar por lugares como el Festival del Taninero en Puerto Tirol, Chaco (9 de enero), La Fiesta Nacional del Chamamé en Corrientes (el 19) y la ciudad de Merlo en San Luis (6 de febrero), entre otros destinos.

"El ciclo de Vinilo se ha constituido en algo muy agradable para mí en estos años porque es un lugar donde tengo la posibilidad de estar en contacto con gente que va a escuchar mi propuesta musical, que no es mejor ni peor que otras pero sí diferente, en el sentido de que hago una música que intenta manifestar mi contemporaneidad", señala Barboza, recién arribado a la Argentina, en charla con Télam.

"Yo creo que (Tránsito) Cocomarola, Ernesto Montiel, Gardel o Grela manifestaron el presente que ellos estaban viviendo con su música; ¿cómo fue antes de Cocomarola y Montiel? yo no lo sé, pero sí­ sé que el alma del ser humano no se queda encerrada, no es una piedra sino que tiene movimiento y yo quiero que mi alma tenga movimiento, que exprese mi hoy musical: lo que viví, lo que estoy viviendo y lo que pueda venir", destaca.

Nacido en la provincia de Buenos Aires pero hijo de padres misioneros, Barboza fue primero conocido como "Raulito, el mago", y se transformó a lo largo del tiempo en una de las principales referencias del chamamé en Europa y a escala planetaria, con más de 30 placas discográficas propias grabadas en todo el mundo.

"Musicalmente -cuenta- estoy haciendo lo que hice siempre: salgo a la calle y escucho los sonidos, algunos estridentes y otros bellos; en la ciudad, a veces se escucha un grito, un llanto, la prisa, la gente que revuelve los desechos por la noche; al viajar la diversidad de los paisajes, las montañas, los ríos, las llanuras, las distintas maneras de hablar, de saludarse, de hacer un asado, y todo eso intento traducirlo con mi música, que por eso tiene muchos matices".

"Yo no toco -aclara- un solo registro porque busco traducir en música sonidos o acciones como el andar de un ferrocarril o el galope de un animal y que el que escucha sepa que se trata de eso".

En relación con su modo interpretativo y lo que sucede sobre el escenario, Barboza cuenta que con este trío con el que está tocando "no buscamos ensayar una pieza para tocarla igual".

"No es mi manera de ver la música popular, para nosotros la música es como una conversación, no pautamos de qué vamos a estar hablando sino que simplemente dialogamos", asegura.

"Yo sé -agrega Barboza terminando de cerrar la idea sobre una forma interpretativa abierta a la improvisación- que tengo muchas cosas en mi memoria y que si se da la ocasión puedo contar todo eso; por eso al tocar con mis músicos tratamos de escucharnos, de mirarnos para saber si en el espí­ritu del otro parece algo que no estaba pautado y podemos dejar que el pájaro vuele, muestre su color, su canto y lo que la naturaleza le dio".

Barboza viene de grabar este año el disco "Chamamemusette" en el que toca junto al acordeonista francés Francis Varis y el percusionista brasileño Ze Luis Nascimento, en una búsqueda musical que intenta acortar distancias culturales, y donde propuso a Varis interpretar según la tradición del Litoral y él lo hizo según la francesa.

"Mi deseo -señala- es como hace el sembrador, desparramar la semilla para que despierte esta música en otros lugares, para que no esté encerrada en la laguna del Iberá y Corrientes sino para que viaje y tenga alas y para que pueda entrar en contacto y comunicación con otras comunidades y culturas".

Además del ciclo en Café Vinilo que arranca mañana, Raúl Barboza estará tocando en el Festival del Taninero de Puerto Tirol, Chaco (9 de enero); la Fiesta nacional del Chamamé de Corrientes (el 19); en la ciudad de 9 de Julio de la provincia de Buenos Aires (el 23); en Carlos Casares, provincia de Buenos Aires (el 24).

En el transcurso de febrero las actuaciones continuarán en Merlo, San Luis (el 6 ); en el Festival Nacional de Chamamé de Federal, Entre Ríos (el 7); mientras que en marzo, Barboza y su trío se presentarán en el Teatro Municipal de Paraná, Entre Ríos (el 7); en el Teatro de la Media Legua de Martínez, Buenos Aires (el 13); la Sala Lavardén de Rosario (el 14 )y en San José de Feliciano, Entre Ríos (el 15).


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