Uno de los agresores pidió disculpas, pero contó su versión de “ruidos molestos” y “exhibiciones”

Diego Castelan reconoció ser uno de los protagonistas del ataque contra el hostel, pero aclaró que no se trató bajo ningún punto de vista de un hecho antisemita. Explicó que los turistas insultaron a su esposa, orinaban sobre un cerco que lindaba con su propiedad y hasta le pedían droga a su hijo.

21 ENE 2015 - 22:05 | Actualizado

Uno de los tres agresores que atacaron el hostel en Lago Puelo pidió “disculpas a la sociedad” por el lamentable incidente, aunque contó su versión de los hechos, en donde denunció un total descontrol en el camping, exhibicionismo por parte de los turistas y agresiones verbales contra su familia.

En diálogo con FM La 90 de Lago Puelo (90.5), Diego Castelan también dio cuenta de los ataques que se dieron también contra su casa particular, que se encuentra a metros del predio.

“No justifico mi actitud, ante la sociedad pido disculpas. Apedrearon mi casa, estaba mi nene durmiendo y la verdad me puse muy mal, me puse muy nervioso, entré a los piedrazos también al predio, no lo justifico para nada, me corté la mano, rompí un vidrio. La Policía no me daba respuestas. De esta gente no salió nadie, hasta que aparecieron los dueños”.

Consultado de si se trató de un ataque antisemita, contestó sin dudar: “Yo voy a hablar por mí. Yo entré, me hago cargo. No hay ataque antisemita. Hay cansancio, quiero dormir. Son las 3, me levanto a las 6 para ir a trabajar porque soy chofer de la ambulancia y mi mujer es enfermera. Entonces, a las 4 tengo tremendo quilombo que suena dentro de mi casa, escucho gritos toda la noche y lo que estoy pidiendo es por favor pongámonos las pilas. ¿Hasta cuándo tengo que soportar?”.

Castelan explicó que la situación todas las noches en el camping se la transmitió a los concejales para que se respetaran las ordenanzas y que incluso acudió al Juez de Paz. Pero hizo la denuncia y “no pasó nada”.

“Me recalenté”

“No justifico mi reacción bajo ningún punto de vista -reiteró-. Pero desgraciadamente me puse muy nervioso, me recalenté ante la impotencia que siento como vecino. No me sentí respaldado por la Justicia, sinceramente no me siento respaldado. No tengo ningún problema con la Policía, me trataron muy bien, dentro del quilombo que había, los gritos y mientras hablaba con la Policía seguían apedreando mi casa. Tampoco es un ataque antisemita, por Dios. No mezclemos las cosas, no digamos cosas que no son”.

Manifestó que no estaba borracho al momento del episodio dentro del establecimiento. “No estaba borracho. Tomé dos vinos y nada más. Me bajó la presión en el hospital, que lo pueden averiguar por la cantidad de sangre que perdí. Me descompuse. Sufrí por el corte en la muñeca”.

Críticas

Precisó que no robó nada del lugar, luego de que los dueños del hostel denunciaran que se habían llevado objetos personales de las mochilas de los turistas .

Mostró su crítica hacia el dueño del hostel, ya que según su punto de vista no hizo nada para que las cosas no se desbordaran y llegaran a un punto límite. Por ello lamentó que gran cantidad de gente se quede al menos momentánemente sin empleo por el cierre del hospedaje. “Pido mil disculpas a la gente que trabaja ahí. Si la Justicia hubiera actuado, si el dueño hubiera puesto un poco de sí para controlar esta situación y educar un poquito a su gente, estas cosas no habrían ocurrido. Yo no tengo la culpa de que el dueño no le hable a su gente, a sus inquilinos, a la gente que va ahí, a sus acampantes y les diga: ´gente, chicos, contrólense, por favor, del otro lado de la calle hay familias y criaturas. Del otro lado de la calle hay gente que se levanta al otro día a trabajar”.

Camping descontrolado

“Esto en realidad empieza ya desde el año pasado de cuando estábamos construyendo nuestra casa y ya sentíamos salir ruidos molestos, exhibiciones, pedíamos por favor, hablábamos con el dueño, no pasaba nunca nada cuidando la casa a medio construir”, relató Castelan.

“Como vecino no puedo vivir así en un estrés constante durante tres meses de verano debido a un verdadero descontrol en el que no es un camping familiar, porque no veo familia, nenes ni ancianos. Insultaron a mi señora, cosa que me puso aún peor”.Aseguró que hizo varias denuncias. “Había quilombo, gritos, aullidos, exhibiciones. Salir a jugar al patio a la pelota con mi nene y encontrarme con un hombre orinando contra el cerco, a doce metros de distancia”.

“En una ocasión orinaron mi cerco, de mi casa, bajándose de un micro, no sé cómo fue, fue un problema también, una discusión con los vecinos, agresiones verbales, agresión a mi mujer. Se nos ríen en la cara, dicen que no entienden. El otro día me insultaron, agredieron mi casa a piedrazos”.

“¿No es violento que a mí me agredan, que se rían en mi casa, que exhiban sus miembros viriles frente a mi casa porque en ese momento se le ocurrió? ¿No es violento vivir hasta las 5 con la música al ´repalazo´ y los decibeles volando?”, se preguntó el vecino de Lago Puelo.

Asimismo, relató que los turistas se acercaban hasta su propia casa y le pidieron a su hijo que los proveyera de droga. “A mi hijo mayor le preguntaron por estupefacientes. Les dijo que no. Hubo una pequeña discusión. Le pidieron que por favor les vendiera, que les consiguiera directamente marihuana, pastillas, cosas así”.

Enterate de las noticias de POLITICA a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.
21 ENE 2015 - 22:05

Uno de los tres agresores que atacaron el hostel en Lago Puelo pidió “disculpas a la sociedad” por el lamentable incidente, aunque contó su versión de los hechos, en donde denunció un total descontrol en el camping, exhibicionismo por parte de los turistas y agresiones verbales contra su familia.

En diálogo con FM La 90 de Lago Puelo (90.5), Diego Castelan también dio cuenta de los ataques que se dieron también contra su casa particular, que se encuentra a metros del predio.

“No justifico mi actitud, ante la sociedad pido disculpas. Apedrearon mi casa, estaba mi nene durmiendo y la verdad me puse muy mal, me puse muy nervioso, entré a los piedrazos también al predio, no lo justifico para nada, me corté la mano, rompí un vidrio. La Policía no me daba respuestas. De esta gente no salió nadie, hasta que aparecieron los dueños”.

Consultado de si se trató de un ataque antisemita, contestó sin dudar: “Yo voy a hablar por mí. Yo entré, me hago cargo. No hay ataque antisemita. Hay cansancio, quiero dormir. Son las 3, me levanto a las 6 para ir a trabajar porque soy chofer de la ambulancia y mi mujer es enfermera. Entonces, a las 4 tengo tremendo quilombo que suena dentro de mi casa, escucho gritos toda la noche y lo que estoy pidiendo es por favor pongámonos las pilas. ¿Hasta cuándo tengo que soportar?”.

Castelan explicó que la situación todas las noches en el camping se la transmitió a los concejales para que se respetaran las ordenanzas y que incluso acudió al Juez de Paz. Pero hizo la denuncia y “no pasó nada”.

“Me recalenté”

“No justifico mi reacción bajo ningún punto de vista -reiteró-. Pero desgraciadamente me puse muy nervioso, me recalenté ante la impotencia que siento como vecino. No me sentí respaldado por la Justicia, sinceramente no me siento respaldado. No tengo ningún problema con la Policía, me trataron muy bien, dentro del quilombo que había, los gritos y mientras hablaba con la Policía seguían apedreando mi casa. Tampoco es un ataque antisemita, por Dios. No mezclemos las cosas, no digamos cosas que no son”.

Manifestó que no estaba borracho al momento del episodio dentro del establecimiento. “No estaba borracho. Tomé dos vinos y nada más. Me bajó la presión en el hospital, que lo pueden averiguar por la cantidad de sangre que perdí. Me descompuse. Sufrí por el corte en la muñeca”.

Críticas

Precisó que no robó nada del lugar, luego de que los dueños del hostel denunciaran que se habían llevado objetos personales de las mochilas de los turistas .

Mostró su crítica hacia el dueño del hostel, ya que según su punto de vista no hizo nada para que las cosas no se desbordaran y llegaran a un punto límite. Por ello lamentó que gran cantidad de gente se quede al menos momentánemente sin empleo por el cierre del hospedaje. “Pido mil disculpas a la gente que trabaja ahí. Si la Justicia hubiera actuado, si el dueño hubiera puesto un poco de sí para controlar esta situación y educar un poquito a su gente, estas cosas no habrían ocurrido. Yo no tengo la culpa de que el dueño no le hable a su gente, a sus inquilinos, a la gente que va ahí, a sus acampantes y les diga: ´gente, chicos, contrólense, por favor, del otro lado de la calle hay familias y criaturas. Del otro lado de la calle hay gente que se levanta al otro día a trabajar”.

Camping descontrolado

“Esto en realidad empieza ya desde el año pasado de cuando estábamos construyendo nuestra casa y ya sentíamos salir ruidos molestos, exhibiciones, pedíamos por favor, hablábamos con el dueño, no pasaba nunca nada cuidando la casa a medio construir”, relató Castelan.

“Como vecino no puedo vivir así en un estrés constante durante tres meses de verano debido a un verdadero descontrol en el que no es un camping familiar, porque no veo familia, nenes ni ancianos. Insultaron a mi señora, cosa que me puso aún peor”.Aseguró que hizo varias denuncias. “Había quilombo, gritos, aullidos, exhibiciones. Salir a jugar al patio a la pelota con mi nene y encontrarme con un hombre orinando contra el cerco, a doce metros de distancia”.

“En una ocasión orinaron mi cerco, de mi casa, bajándose de un micro, no sé cómo fue, fue un problema también, una discusión con los vecinos, agresiones verbales, agresión a mi mujer. Se nos ríen en la cara, dicen que no entienden. El otro día me insultaron, agredieron mi casa a piedrazos”.

“¿No es violento que a mí me agredan, que se rían en mi casa, que exhiban sus miembros viriles frente a mi casa porque en ese momento se le ocurrió? ¿No es violento vivir hasta las 5 con la música al ´repalazo´ y los decibeles volando?”, se preguntó el vecino de Lago Puelo.

Asimismo, relató que los turistas se acercaban hasta su propia casa y le pidieron a su hijo que los proveyera de droga. “A mi hijo mayor le preguntaron por estupefacientes. Les dijo que no. Hubo una pequeña discusión. Le pidieron que por favor les vendiera, que les consiguiera directamente marihuana, pastillas, cosas así”.


NOTICIAS RELACIONADAS