¿Un canciller uruguayo, nuevo Secretario de la OEA?

El saliente canciller de Uruguay, Luis Almagro, parece definitivamente encaminado a convertirse en el próximo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) porque continúa ampliando el apoyo de los países de la región para llegar a esa plaza, en un camino que aparece allanado, además, porque a un mes y medio de la esa elección quedó como único candidato.

31 ENE 2015 - 19:46 | Actualizado

Con los avales de República Dominicana, Panamá, Honduras y Nicaragua que sumó en los últimos días, en el marco de la III Cumbre de la Celac que deliberó en Costa Rica, Almagro está a un voto de los que necesita para resultar elegido en la compulsa que se hará el 18 de marzo en la sede central de la OEA, en Washington.

Ese día, los representantes de los 35 países del organismo deben decidir quién reemplazará al chileno José Miguel Insulza, que cumplió dos mandatos: fue elegido en el 2005 y reelecto en el 2010. Aunque Insulza había pedido una transición de 4 meses, y ello implicaba hacer la elección en febrero, finalmente la designación será a mediados de marzo.

Almagro sumó estos últimos 4 apoyos a los que ya había cosechado antes: oficialmente habían adelantado su voto favorable Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador, Surinam, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y Granadinas y Antigua y Barbuda.

Con el reciente anuncio del ex vicepresidente guatemalteco Eduardo Stein de que retiraba su postulación por cuestiones de salud, el funcionario uruguayo quedó como único candidato.

No obstante, eso puede cambiar hasta el mismo día de la elección, según lo establecen los reglamentos de la OEA que habilitan hasta último momento la presentación de una candidatura.

Esto hace que los aspirantes al máximo cargo en la organización regional deban llevar adelante negociaciones e intercambios diplomáticos hasta el mismo momento de la votación, ante la posibilidad de que surja un nuevo contrincante acompañado por otros países o que no estén garantizados los 18 votos que aseguran la victoria.

Así debió hacerlo Insulza cuando en 2005 debió atravesar una contienda sin precedentes contra el entonces canciller de México, Luis Ernesto Derbez, quien le disputó el cargo a lo largo de un proceso de cinco votaciones, todas con empates de 17 votos, hasta que el mexicano desistió y abandonó la pelea.

Antes del retiro de Stein también se habían barajado los nombres de dos mexicanos: el de la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena; y el del representante permanente ante la misma OEA, Emilio Rabasa.

Otros nombre que circuló fue el de Diego García Sayán, peruano, ex ministro de Justicia y de RREE de su país, y ahora integrante de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).

La eventual elección de Almagro rompería una regla tácita que se siguió en las últimas décadas, por la que Sudamérica y los países al norte del itsmo de Panamá se alternaban en el sillón principal de la OEA. Ahora, la plaza pasaría de un chileno a un uruguayo.

Será la segunda vez que un uruguayo comande la OEA, porque José Mora Otero tuvo a cargo esa tarea de 1956 a 1968, periodo en el que se decidió la expulsión de Cuba.

El 18 de marzo también debe decidirse en Washington quien será el próximo secretario general adjunto, cargo al que aspiran los representantes de Belice, Néstor Méndez, y de Guyana, Bayney R. Karran.

Quienes aspiren a la secretaría general deberán presentar sus propuestas ante el Consejo Permanente el miércoles 18 de febrero, y un día después deben extenderlas a los miembros de las organizaciones de la sociedad civil acreditadas ante la OEA, que en la actualidad son 450.

El 25 de mayo Insulza termina su mandato de diez años al frente de la institución regional creada en 1948 y que, además de sus 35 estados americanos integrantes, tiene a otros 69 países y a la Unión Europea con el estatus de observadores.

Las deliberaciones de marzo de la OEA serán claves también para comprobar si el flamante reinicio de relaciones entre Estados Unidos y Cuba alcanza para que la isla acepte regresar, aunque sea en un proceso lento, a la organización, 5 años después de que se levantara la suspensión que rigió desde 1962.

Aquella decisión de enero de 1962 quedó sin efecto en la asamblea de cancilleres de junio del 2009, realizada en Honduras, pero el Ejecutivo cubano jamás mostró predisposición a reinsertarse en el organismo. Sí anunció, en cambio, que el presidente Raúl Castro estará en abril en Panamá, en la Cumbre de las Américas.

La cumbre se hace desde 1994 bajo el patrocinio de la propia OEA y la de este año será la primera en la que Cuba tenga representación.

31 ENE 2015 - 19:46

Con los avales de República Dominicana, Panamá, Honduras y Nicaragua que sumó en los últimos días, en el marco de la III Cumbre de la Celac que deliberó en Costa Rica, Almagro está a un voto de los que necesita para resultar elegido en la compulsa que se hará el 18 de marzo en la sede central de la OEA, en Washington.

Ese día, los representantes de los 35 países del organismo deben decidir quién reemplazará al chileno José Miguel Insulza, que cumplió dos mandatos: fue elegido en el 2005 y reelecto en el 2010. Aunque Insulza había pedido una transición de 4 meses, y ello implicaba hacer la elección en febrero, finalmente la designación será a mediados de marzo.

Almagro sumó estos últimos 4 apoyos a los que ya había cosechado antes: oficialmente habían adelantado su voto favorable Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador, Surinam, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y Granadinas y Antigua y Barbuda.

Con el reciente anuncio del ex vicepresidente guatemalteco Eduardo Stein de que retiraba su postulación por cuestiones de salud, el funcionario uruguayo quedó como único candidato.

No obstante, eso puede cambiar hasta el mismo día de la elección, según lo establecen los reglamentos de la OEA que habilitan hasta último momento la presentación de una candidatura.

Esto hace que los aspirantes al máximo cargo en la organización regional deban llevar adelante negociaciones e intercambios diplomáticos hasta el mismo momento de la votación, ante la posibilidad de que surja un nuevo contrincante acompañado por otros países o que no estén garantizados los 18 votos que aseguran la victoria.

Así debió hacerlo Insulza cuando en 2005 debió atravesar una contienda sin precedentes contra el entonces canciller de México, Luis Ernesto Derbez, quien le disputó el cargo a lo largo de un proceso de cinco votaciones, todas con empates de 17 votos, hasta que el mexicano desistió y abandonó la pelea.

Antes del retiro de Stein también se habían barajado los nombres de dos mexicanos: el de la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena; y el del representante permanente ante la misma OEA, Emilio Rabasa.

Otros nombre que circuló fue el de Diego García Sayán, peruano, ex ministro de Justicia y de RREE de su país, y ahora integrante de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).

La eventual elección de Almagro rompería una regla tácita que se siguió en las últimas décadas, por la que Sudamérica y los países al norte del itsmo de Panamá se alternaban en el sillón principal de la OEA. Ahora, la plaza pasaría de un chileno a un uruguayo.

Será la segunda vez que un uruguayo comande la OEA, porque José Mora Otero tuvo a cargo esa tarea de 1956 a 1968, periodo en el que se decidió la expulsión de Cuba.

El 18 de marzo también debe decidirse en Washington quien será el próximo secretario general adjunto, cargo al que aspiran los representantes de Belice, Néstor Méndez, y de Guyana, Bayney R. Karran.

Quienes aspiren a la secretaría general deberán presentar sus propuestas ante el Consejo Permanente el miércoles 18 de febrero, y un día después deben extenderlas a los miembros de las organizaciones de la sociedad civil acreditadas ante la OEA, que en la actualidad son 450.

El 25 de mayo Insulza termina su mandato de diez años al frente de la institución regional creada en 1948 y que, además de sus 35 estados americanos integrantes, tiene a otros 69 países y a la Unión Europea con el estatus de observadores.

Las deliberaciones de marzo de la OEA serán claves también para comprobar si el flamante reinicio de relaciones entre Estados Unidos y Cuba alcanza para que la isla acepte regresar, aunque sea en un proceso lento, a la organización, 5 años después de que se levantara la suspensión que rigió desde 1962.

Aquella decisión de enero de 1962 quedó sin efecto en la asamblea de cancilleres de junio del 2009, realizada en Honduras, pero el Ejecutivo cubano jamás mostró predisposición a reinsertarse en el organismo. Sí anunció, en cambio, que el presidente Raúl Castro estará en abril en Panamá, en la Cumbre de las Américas.

La cumbre se hace desde 1994 bajo el patrocinio de la propia OEA y la de este año será la primera en la que Cuba tenga representación.


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