Crean centros tecnológicos en los núcleos industriales argentinos

Centros de soluciones tecnológicas para la industria petrolera, aceitera, metal-mecánica, ganadera y electrónica se crearon con un subsidio de 120 millones de pesos a empresas que vincularán áreas productivas con las de investigación y desarrollo.

01 FEB 2015 - 12:55 | Actualizado

Estos centros tienen como fin "apuntalar el proceso de reindustrialización de Argentina", afirmó Fernando Peirano, subsecretario del Ministerio de Ciencia y Tecnología.

"El ministro (Lino Barañao) planteó avanzar en vincular el conocimiento con la producción y lograr un sistema cada vez más federal para ampliar temáticas, regiones y actores, con la inquietud de apuntalar este proceso de reindustrialización de Argentina", dijo a Télam Peirano, subsecretario de Políticas en Ciencia y Tecnología del Mincyt.

Entre los seis proyectos tecnológicos adjudicados se cuenta el Centro de Desarrollo de termocronología LaTeAndes, radicado en Salta, dedicado a trazas de fisión para la industria petrolera y minera; además, un laboratorio en San Luis de referencia nacional para la certificación de aceites con ácidos grasos Omega 3.

En la industria electrónica se cuentan el Centro de Desarrollo Tecnológico de Tierra del Fuego y el de Servicios Industriales de referencia internacional para el sector electro-metalmecánico, radicado en Florencio Varela.

En el área de Mecatrónica y Metalmecánica fue adjudicado un consorcio radicado en la localidad santafesina de Rafaela y el de biotecnología en reproducción bovina, en Corrientes y Pergamino.

Dos cámaras empresarias que lograron armar centros tecnológicos a través de fondos públicos fueron tomadas como ejemplo.

El Cideter, en la localidad santafesina de Las Parejas y cuya misión es reconvertir las pequeñas y medianas empresas que constituyen el Polo Productivo de Máquinas Agrícolas; y Ciiecca, en Córdoba, con el rol de integrar en mercados globales a empresas electrónicas, informáticas y comunicaciones.

Otro caso fue el Cites en Sunchales, del Grupo Sáncor Seguros, que contó con el asesoramiento del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas-Conicet para desarrollar servicios tecnológicos en biotecnología, nanotecnología e ingenierías.

"Estudiamos esas experiencias para entender su formato institucional y vimos que la evolución había sido lenta, por lo que diseñamos un instrumento que hiciera confluir factores clave para que estas historias de éxito se repitan en un plazo de tres años, catalizando procesos", contó Peirano.

La Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica fue la que adjudicó los aportes no reembolsables por un monto de 120 millones de pesos para los seis Cen-Tec.

El instrumento prevé la construcción de entre 800 y 1000 metros cuadrados de infraestructura; dos laboratorios emblemáticos que brinden servicios tecnológicos de cierta sofisticación, asegurando que se vincule, a través de horas de servicio subsidiadas, a las pequeñas y medianas empresas en el inicio de su actividad útil.

Peirano indicó que "en el mundo hay un resurgimiento del extensionismo y Argentina está -lo ha dicho el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) en muchas ocasiones- a la vanguardia de estas acciones de promoción".

"El vínculo entre el conocimiento y la producción hay que producirlo, construyendo una demanda en las Pymes y elaborando una respuesta eficiente en el sistema público, con herramientas e incentivos", planteó.

En opinión de Peirano, “la matriz productiva del país se modifica por un cambio de composición, haciéndole ganar peso a las empresas que tienen modelos de negocio basados en el conocimiento, para que vayan ocupando la centralidad”.

"Argentina tiene que ser un país que apuntale la apuesta por el empleo y la producción usando la tecnología disponible y también desarrollándola, para generar nuevas soluciones y competir por estar en esa vanguardia frontera, y estos centros están orientados a eso", enfatizó.

Y añadió: "El rol de las políticas públicas es no sólo como subsidio, abaratando costos con un 80 por ciento que financia el Estado, sino también generando una institucionalidad nueva que le da densidad a los entramados sociales y productivos en cada lugar, con el potencial que tienen cada región y grupo de empresas".

Según Peirano, “la falta de dimensión asociativa entre lo público y lo privado es lo que ha puesto una debilidad importante en nuestra competitividad y nos arrinconó a una situación que depende de un tipo de cambio, de cómo evolucionan los costos en Asia o de cómo se maneja el ingreso a mercados en Europa o Estados Unidos".

“La forma de conjurar esas amenazas de forma socialmente atendible es con el empleo como un vector de crecimiento y no como una variable de ajuste: es construir otra competitividad en el espacio público-privado", consideró.

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01 FEB 2015 - 12:55

Estos centros tienen como fin "apuntalar el proceso de reindustrialización de Argentina", afirmó Fernando Peirano, subsecretario del Ministerio de Ciencia y Tecnología.

"El ministro (Lino Barañao) planteó avanzar en vincular el conocimiento con la producción y lograr un sistema cada vez más federal para ampliar temáticas, regiones y actores, con la inquietud de apuntalar este proceso de reindustrialización de Argentina", dijo a Télam Peirano, subsecretario de Políticas en Ciencia y Tecnología del Mincyt.

Entre los seis proyectos tecnológicos adjudicados se cuenta el Centro de Desarrollo de termocronología LaTeAndes, radicado en Salta, dedicado a trazas de fisión para la industria petrolera y minera; además, un laboratorio en San Luis de referencia nacional para la certificación de aceites con ácidos grasos Omega 3.

En la industria electrónica se cuentan el Centro de Desarrollo Tecnológico de Tierra del Fuego y el de Servicios Industriales de referencia internacional para el sector electro-metalmecánico, radicado en Florencio Varela.

En el área de Mecatrónica y Metalmecánica fue adjudicado un consorcio radicado en la localidad santafesina de Rafaela y el de biotecnología en reproducción bovina, en Corrientes y Pergamino.

Dos cámaras empresarias que lograron armar centros tecnológicos a través de fondos públicos fueron tomadas como ejemplo.

El Cideter, en la localidad santafesina de Las Parejas y cuya misión es reconvertir las pequeñas y medianas empresas que constituyen el Polo Productivo de Máquinas Agrícolas; y Ciiecca, en Córdoba, con el rol de integrar en mercados globales a empresas electrónicas, informáticas y comunicaciones.

Otro caso fue el Cites en Sunchales, del Grupo Sáncor Seguros, que contó con el asesoramiento del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas-Conicet para desarrollar servicios tecnológicos en biotecnología, nanotecnología e ingenierías.

"Estudiamos esas experiencias para entender su formato institucional y vimos que la evolución había sido lenta, por lo que diseñamos un instrumento que hiciera confluir factores clave para que estas historias de éxito se repitan en un plazo de tres años, catalizando procesos", contó Peirano.

La Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica fue la que adjudicó los aportes no reembolsables por un monto de 120 millones de pesos para los seis Cen-Tec.

El instrumento prevé la construcción de entre 800 y 1000 metros cuadrados de infraestructura; dos laboratorios emblemáticos que brinden servicios tecnológicos de cierta sofisticación, asegurando que se vincule, a través de horas de servicio subsidiadas, a las pequeñas y medianas empresas en el inicio de su actividad útil.

Peirano indicó que "en el mundo hay un resurgimiento del extensionismo y Argentina está -lo ha dicho el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) en muchas ocasiones- a la vanguardia de estas acciones de promoción".

"El vínculo entre el conocimiento y la producción hay que producirlo, construyendo una demanda en las Pymes y elaborando una respuesta eficiente en el sistema público, con herramientas e incentivos", planteó.

En opinión de Peirano, “la matriz productiva del país se modifica por un cambio de composición, haciéndole ganar peso a las empresas que tienen modelos de negocio basados en el conocimiento, para que vayan ocupando la centralidad”.

"Argentina tiene que ser un país que apuntale la apuesta por el empleo y la producción usando la tecnología disponible y también desarrollándola, para generar nuevas soluciones y competir por estar en esa vanguardia frontera, y estos centros están orientados a eso", enfatizó.

Y añadió: "El rol de las políticas públicas es no sólo como subsidio, abaratando costos con un 80 por ciento que financia el Estado, sino también generando una institucionalidad nueva que le da densidad a los entramados sociales y productivos en cada lugar, con el potencial que tienen cada región y grupo de empresas".

Según Peirano, “la falta de dimensión asociativa entre lo público y lo privado es lo que ha puesto una debilidad importante en nuestra competitividad y nos arrinconó a una situación que depende de un tipo de cambio, de cómo evolucionan los costos en Asia o de cómo se maneja el ingreso a mercados en Europa o Estados Unidos".

“La forma de conjurar esas amenazas de forma socialmente atendible es con el empleo como un vector de crecimiento y no como una variable de ajuste: es construir otra competitividad en el espacio público-privado", consideró.


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