Violó a su hijastra de 9 años, lo liberan, lo recapturan y quedaría 12 años preso

Es un portero mendocino del Área 16 en Rawson. La madre de la nena sabía todo pero no denunció. Debieron pasar más de 4 años para que fuera a juicio.

07 FEB 2015 - 22:09 | Actualizado

Por Rolando Tobarez / Twitter: @rtobarez

El Ministerio Público Fiscal pedirá una pena de 12 años de prisión para un portero mendocino que violó a su hijastra en el Área 16 de Rawson, cuando la nena tenía nueve años. El hombre –de 45 años- ya había sido acusado pero lo liberaron por un tecnicismo procesal. Ante la queja de la fiscal Silvia Pereira, el Superior Tribunal de Justicia reabrió el caso. El sujeto fue recapturado y seguirá preso hasta el juicio oral y público, que ya fue admitido.

El caso se remonta a agosto de 2010, cuando al hombre le otorgaron la guarda de la menor. Como convivían, aprovechaba cuando la madre se iba a trabajar y quedaban solos para ultrajar a la niña.

La noche del 10 de abril de 2012, la fiscal fue avisada de que la chica estaba internada en el Hospital Santa Teresita. Cuando llegó con la Brigada de Investigaciones, la encontró muy golpeada. Entrevistó a sus tíos. Le relataron que de visita en la casa, un par de veces habían visto cómo el hombre y la nena salían juntos de una pieza. O que él se quedaba en el baño cuando ella se duchaba.

La Escuela informó que por varios días la menor había faltado, los mismos días que su padrastro faltó al trabajo. La hacía faltar por falsas descomposturas. Era la manera de quedarse solos.

Agresivo y amenazante

La vicedirectora de la escuela reveló que el padrastro hablaba de la nena con comentarios y dichos agresivos y amenazantes. “Por ejemplo, decirle que la van a mandar a un internado si sigue causando problemas o que la cambiará a la Escuela donde él trabaja para poder ver y vigilar todo lo que ella hace y que no lo haga quedar mal”. Nunca explicó las inasistencias de la nena.

No había denuncia de la madre de la nena pero los tíos le contaron a la fiscal de un hogar con “maltratos y golpes”. El acusado ya había sido procesado por “abuso deshonesto” por Jorge Pfleger, cuando era juez en Trelew.

Sospecha

Con estos antecedentes y la nena internada, Pereira sospechó. Ordenó una pericia ginecológica que confirmó la violación. La víctima también lo admitió. Además, el juez de Familia de Rawson emitió una prohibición de acercamiento de la pareja a la nena, para evitar más agresiones.

El juez Sergio Piñeda ordenó la detención del padrastro. Se dictó la prisión preventiva pero los jueces Patricia Asaro y José García lo dejaron en libertad por un argumento de los defensores públicos Sergio Rey y Marco Nápoli: la fiscal se había excedido en sus facultades al ordenar una pericia cuando ni siquiera había denuncia.

La fiscal apeló, ya que el abuso de una menor se puede investigar sin denuncia. Como la madre no quiso denunciar nada, el Estado se convierte en su representación legal. Los jueces podían decidir sobre la prisión preventiva pero no anular la pesquisa. Pero los mismos Asaro y García rechazaron la queja por considerar que su decisión no era “recurrible”.

El caso llegó al Superior. Pereira argumentó que dejar libre al sospechoso equivalía a declararlo inocente. Y que se violaban los derechos de la niña al no dejar investigar a un fiscal, visto el nulo interés de la madre. El Superior le dio la razón y consideró que Pereira “fue privada ilegal y arbitrariamente del ejercicio de la acción que la ley le confiere, lo cual demuestra la arbitrariedad de la decisión adoptada por Asaro y García”. Así el caso empezó de cero.

Relato salvaje

En su declaración en Cámara Gesell, la nena relató episodios de abuso sexual de su padrastro desde que tenía entre seis y siete años. Todo con un alto grado de angustia.

Su madre no estaba y sus hermanos iban a la escuela. El sujeto la amenazaba con matar al resto de la familia si se negaba a su abuso.

El Equipo Técnico Multidisciplinar constató el “estado de violencia verbal y agresividad” que se vivía en esa casa, especialmente de parte del acusado.

También se verificó que la madre ocultó el abuso, y tenía “falta de vínculos” con su hija.

“Destaca el posicionamiento materno de seguir silenciando a su hija respecto a las situaciones de maltrato y abuso sexual infantil, produciendo en la menor un castigo emocional, pudiendo llegar hasta provocar la retractación o el silenciamiento de la niña en el fuero penal”.

Angustia

En cuanto al psicodiagnóstico de la niña, “se observa alto monto de angustia al referirse a su madre y a la pareja de la misma o al momento de los hechos, tiene miedos nocturnos y pensamientos intrusivos”.

Su relato era creíble. “No existen elementos fabulatorios o influencia de un tercero en la acusación de la niña, siendo lo señalado en su testimonio, producto de sus recuerdos parciales de hechos vividos en la realidad, con las características propias de una niña que se encuentra sufriendo secuelas de trauma grave”.

Seductor

El domingo 8 de abril de 2012, la nena terminó escapando de su casa con ayuda de sus tíos y su rostro ensangrentado. Ni quiso ver a su madre y padrastro. Terminó en el Hospital, aquella noche donde la encontró la fiscal.

El acusado está preso en el Centro de Detención de Trelew. Según su examen psicológico, registra “conflictos a nivel sexual”. E intentó seducir a la perito “con intención de manipular las entrevistas”.

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07 FEB 2015 - 22:09

Por Rolando Tobarez / Twitter: @rtobarez

El Ministerio Público Fiscal pedirá una pena de 12 años de prisión para un portero mendocino que violó a su hijastra en el Área 16 de Rawson, cuando la nena tenía nueve años. El hombre –de 45 años- ya había sido acusado pero lo liberaron por un tecnicismo procesal. Ante la queja de la fiscal Silvia Pereira, el Superior Tribunal de Justicia reabrió el caso. El sujeto fue recapturado y seguirá preso hasta el juicio oral y público, que ya fue admitido.

El caso se remonta a agosto de 2010, cuando al hombre le otorgaron la guarda de la menor. Como convivían, aprovechaba cuando la madre se iba a trabajar y quedaban solos para ultrajar a la niña.

La noche del 10 de abril de 2012, la fiscal fue avisada de que la chica estaba internada en el Hospital Santa Teresita. Cuando llegó con la Brigada de Investigaciones, la encontró muy golpeada. Entrevistó a sus tíos. Le relataron que de visita en la casa, un par de veces habían visto cómo el hombre y la nena salían juntos de una pieza. O que él se quedaba en el baño cuando ella se duchaba.

La Escuela informó que por varios días la menor había faltado, los mismos días que su padrastro faltó al trabajo. La hacía faltar por falsas descomposturas. Era la manera de quedarse solos.

Agresivo y amenazante

La vicedirectora de la escuela reveló que el padrastro hablaba de la nena con comentarios y dichos agresivos y amenazantes. “Por ejemplo, decirle que la van a mandar a un internado si sigue causando problemas o que la cambiará a la Escuela donde él trabaja para poder ver y vigilar todo lo que ella hace y que no lo haga quedar mal”. Nunca explicó las inasistencias de la nena.

No había denuncia de la madre de la nena pero los tíos le contaron a la fiscal de un hogar con “maltratos y golpes”. El acusado ya había sido procesado por “abuso deshonesto” por Jorge Pfleger, cuando era juez en Trelew.

Sospecha

Con estos antecedentes y la nena internada, Pereira sospechó. Ordenó una pericia ginecológica que confirmó la violación. La víctima también lo admitió. Además, el juez de Familia de Rawson emitió una prohibición de acercamiento de la pareja a la nena, para evitar más agresiones.

El juez Sergio Piñeda ordenó la detención del padrastro. Se dictó la prisión preventiva pero los jueces Patricia Asaro y José García lo dejaron en libertad por un argumento de los defensores públicos Sergio Rey y Marco Nápoli: la fiscal se había excedido en sus facultades al ordenar una pericia cuando ni siquiera había denuncia.

La fiscal apeló, ya que el abuso de una menor se puede investigar sin denuncia. Como la madre no quiso denunciar nada, el Estado se convierte en su representación legal. Los jueces podían decidir sobre la prisión preventiva pero no anular la pesquisa. Pero los mismos Asaro y García rechazaron la queja por considerar que su decisión no era “recurrible”.

El caso llegó al Superior. Pereira argumentó que dejar libre al sospechoso equivalía a declararlo inocente. Y que se violaban los derechos de la niña al no dejar investigar a un fiscal, visto el nulo interés de la madre. El Superior le dio la razón y consideró que Pereira “fue privada ilegal y arbitrariamente del ejercicio de la acción que la ley le confiere, lo cual demuestra la arbitrariedad de la decisión adoptada por Asaro y García”. Así el caso empezó de cero.

Relato salvaje

En su declaración en Cámara Gesell, la nena relató episodios de abuso sexual de su padrastro desde que tenía entre seis y siete años. Todo con un alto grado de angustia.

Su madre no estaba y sus hermanos iban a la escuela. El sujeto la amenazaba con matar al resto de la familia si se negaba a su abuso.

El Equipo Técnico Multidisciplinar constató el “estado de violencia verbal y agresividad” que se vivía en esa casa, especialmente de parte del acusado.

También se verificó que la madre ocultó el abuso, y tenía “falta de vínculos” con su hija.

“Destaca el posicionamiento materno de seguir silenciando a su hija respecto a las situaciones de maltrato y abuso sexual infantil, produciendo en la menor un castigo emocional, pudiendo llegar hasta provocar la retractación o el silenciamiento de la niña en el fuero penal”.

Angustia

En cuanto al psicodiagnóstico de la niña, “se observa alto monto de angustia al referirse a su madre y a la pareja de la misma o al momento de los hechos, tiene miedos nocturnos y pensamientos intrusivos”.

Su relato era creíble. “No existen elementos fabulatorios o influencia de un tercero en la acusación de la niña, siendo lo señalado en su testimonio, producto de sus recuerdos parciales de hechos vividos en la realidad, con las características propias de una niña que se encuentra sufriendo secuelas de trauma grave”.

Seductor

El domingo 8 de abril de 2012, la nena terminó escapando de su casa con ayuda de sus tíos y su rostro ensangrentado. Ni quiso ver a su madre y padrastro. Terminó en el Hospital, aquella noche donde la encontró la fiscal.

El acusado está preso en el Centro de Detención de Trelew. Según su examen psicológico, registra “conflictos a nivel sexual”. E intentó seducir a la perito “con intención de manipular las entrevistas”.


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