Parece haberse encontrado la solución al problema ambiental que generan los desechos de langostinos en Rawson. Según un parte de prensa, el envío que realizó el municipio hacia una fábrica de Mar del Plata con 24 toneladas de cabeza y cáscara de langostinos para convertirlo en harina, tuvo respuestas positivas.
Fue una prueba piloto pero la más positiva de todas las propuestas al gran problema que la capital padece desde hace muchos años y podría solucionarse definitivamente. En temporada alta se podría transportar entre 100 y 120 toneladas de langostino, mientras que en temporada baja, la mitad.
Hace tres meses la Secretaría de Producción y Medio Ambiente trabaja con pruebas piloto para verificar qué se puede hacer con las cáscaras de langostino, buscando emplearlo y sacarlo de la ciudad.
Ya hubo res propuestas: una, excavar y enterrar los langostinos, algo que no deja de ser perjudicial y por esa razón el resultado no fue el esperado. Además, es un proyecto que tiene un costo constante para el municipio que debe pagar la maquinaria para realizar las cavas y luego taparlas y la intención es bajar los costos municipales.
Por otro lado, se ha realizado también una gestión ante las autoridades del GIRSU para transferirlo a la planta OMEGA sobre la Ruta Nacional 3. Luego de unos meses y con muy buena voluntad por parte de los directivos del GIRSU, han manifestado que se puede trasladar los desechos y enterrarlos pero manteniendo costos elevados por cada contenedor para las empresas. Esto fue debidamente comunicado a las empresas pesqueras para que estén al tanto de la situación.
Opción más apropiada
Y la restante opción para tratar este problema fue trasladarlo a la ciudad de Mar del Plata en determinadas condiciones, para ser procesado en una planta de harina donde el proceso finaliza con un tipo de producto balanceado apto para exportar a China.
Jorge Aleua, responsable de la Secretaría de Producción y Medio Ambiente, declaró que han enviado dos camiones y “uno no llegó en condiciones ya que tenía mucho nylon y cartón”.
La realidad muestra que cuando se descarga el contenido en la ciudad de Mar del Plata se hace directamente mediante máquinas que empiezan a procesar. Lo que sucede es que al contener muchos residuos ajenos al langostino, las máquinas sufren averías y allí surgió el primer problema, pero con una solución a la vista.
El propio Aleua explicó que la semana pasada cuando enviaron las 24 toneladas, se solicitó a las empresas que no tiraran el nylon y el cartón al mismo contenedor ya que provoca daños a la maquinaria. “Las empresas colaboraron y el contenido llegó en condiciones; el producto se llevó a cabo con todo éxito”, expresó el secretario, argumentando que “hay que mejorar la parte operativa en cuanto a velocidad de la carga para poder trasladarlo rápidamente a la fábrica”.
Una de las opciones que surgió a partir de ello es enfriarlo. Es una de las maneras óptimas para lograr un resultado excelente y a pesar que no es fácil hacerlo en las fábricas pesqueras, hay una empresa en la ciudad de Rawson que se encarga de esa labor con unas cámaras acondicionadas para recibir este producto.
Según Aleua, dicha empresa manifestó que tienen interés en este tema y que el producto iría enfriado, siendo la mejor calidad para el proceso posterior y el resultante producto. El tiempo que se tardó en el primer envío fue de 6 horas para llenar la batea y 18 horas de transporte, pero según los responsables esto se puede mejorar con la utilización de bolsones (los mismos que se usan para trasladar cal o arena) y el proceso consistiría en poner los langostinos en los bolsones y luego cargarlos en los camiones refrigerados, logrando las condiciones óptimas.
Parece haberse encontrado la solución al problema ambiental que generan los desechos de langostinos en Rawson. Según un parte de prensa, el envío que realizó el municipio hacia una fábrica de Mar del Plata con 24 toneladas de cabeza y cáscara de langostinos para convertirlo en harina, tuvo respuestas positivas.
Fue una prueba piloto pero la más positiva de todas las propuestas al gran problema que la capital padece desde hace muchos años y podría solucionarse definitivamente. En temporada alta se podría transportar entre 100 y 120 toneladas de langostino, mientras que en temporada baja, la mitad.
Hace tres meses la Secretaría de Producción y Medio Ambiente trabaja con pruebas piloto para verificar qué se puede hacer con las cáscaras de langostino, buscando emplearlo y sacarlo de la ciudad.
Ya hubo res propuestas: una, excavar y enterrar los langostinos, algo que no deja de ser perjudicial y por esa razón el resultado no fue el esperado. Además, es un proyecto que tiene un costo constante para el municipio que debe pagar la maquinaria para realizar las cavas y luego taparlas y la intención es bajar los costos municipales.
Por otro lado, se ha realizado también una gestión ante las autoridades del GIRSU para transferirlo a la planta OMEGA sobre la Ruta Nacional 3. Luego de unos meses y con muy buena voluntad por parte de los directivos del GIRSU, han manifestado que se puede trasladar los desechos y enterrarlos pero manteniendo costos elevados por cada contenedor para las empresas. Esto fue debidamente comunicado a las empresas pesqueras para que estén al tanto de la situación.
Opción más apropiada
Y la restante opción para tratar este problema fue trasladarlo a la ciudad de Mar del Plata en determinadas condiciones, para ser procesado en una planta de harina donde el proceso finaliza con un tipo de producto balanceado apto para exportar a China.
Jorge Aleua, responsable de la Secretaría de Producción y Medio Ambiente, declaró que han enviado dos camiones y “uno no llegó en condiciones ya que tenía mucho nylon y cartón”.
La realidad muestra que cuando se descarga el contenido en la ciudad de Mar del Plata se hace directamente mediante máquinas que empiezan a procesar. Lo que sucede es que al contener muchos residuos ajenos al langostino, las máquinas sufren averías y allí surgió el primer problema, pero con una solución a la vista.
El propio Aleua explicó que la semana pasada cuando enviaron las 24 toneladas, se solicitó a las empresas que no tiraran el nylon y el cartón al mismo contenedor ya que provoca daños a la maquinaria. “Las empresas colaboraron y el contenido llegó en condiciones; el producto se llevó a cabo con todo éxito”, expresó el secretario, argumentando que “hay que mejorar la parte operativa en cuanto a velocidad de la carga para poder trasladarlo rápidamente a la fábrica”.
Una de las opciones que surgió a partir de ello es enfriarlo. Es una de las maneras óptimas para lograr un resultado excelente y a pesar que no es fácil hacerlo en las fábricas pesqueras, hay una empresa en la ciudad de Rawson que se encarga de esa labor con unas cámaras acondicionadas para recibir este producto.
Según Aleua, dicha empresa manifestó que tienen interés en este tema y que el producto iría enfriado, siendo la mejor calidad para el proceso posterior y el resultante producto. El tiempo que se tardó en el primer envío fue de 6 horas para llenar la batea y 18 horas de transporte, pero según los responsables esto se puede mejorar con la utilización de bolsones (los mismos que se usan para trasladar cal o arena) y el proceso consistiría en poner los langostinos en los bolsones y luego cargarlos en los camiones refrigerados, logrando las condiciones óptimas.