Manu Chao; la música como vehículo de compromiso social

El cantautor franco-español se presentó anoche en el estadio de Ferro Carril Oeste donde interpretó junto a su actual formación, La Ventura, canciones que atravesaron su historia musical, entre juegos con el público y dando lugar a voces de denuncias.

20 MAR 2015 - 12:38 | Actualizado

Acceder al predio no fue tarea sencilla: el tráfico se comenzaba a congestionar en Yerbal, y el puente de Caballito –que cruza las vías del ferrocarril Sarmiento- había sido cortado para el público peatonal, al igual que la avenida Avellaneda a la altura de Seguí.

A pie y a la par de una de las tantas peregrinaciones que se acercaba desde diferentes puntos a la cancha de Avellaneda 1240, corazón de Caballito, la calle Fragata Presidente Sarmiento comenzaba a dar indicios de recital al igual que la avenida, colmada de gente, fans que buscaban reventa de entradas, puestos de remeras y carritos de hamburguesas.

Pasadas las 21 las intersecciones del predio, llenas de vida y regadas de cerveza, comenzaron a vaciarse dejando paulatinamente al descubierto el clásico rito previo a los conciertos de rock, reggae y ska.

Pero fue media hora más tarde cuando José Manuel Arturo Tomás Chao Ortega, más conocido como Manu Chao, irrumpió sobre el escenario junto a sus viejos compañeros: Gambeat en bajo, Madjij "Il magico" Fahem en guitarra y Philippe "Garbancito" Teboul en batería.

Desde el comienzo el artista, que marcó en 1998 el inicio de su carrera solista con el lanzamiento del álbum "Clandestino", dejó asentado entre las almas que la esperanza es lo último que se pierde, alzando las voces y generando el retorno del público con "pase lo que pase, sea lo que sea, próxima estación Esperanza", frase que se cantó a lo largo de las dos horas que duró el espectáculo.

Un colorido estandarte que invocaba la leyenda "Nuestra lucha es por la vida. Fuera Monsanto!" revestía el fondo del escenario y demostraba que el trovador, fiel a sus convicciones sociales, no había claudicado en su lucha.

Con campo desbordado, plateas casi completas y los balcones -de edificios lindantes al estadio- repletos, el ex fundador de la mítica Mano Negra inauguró la noche con una intensa seguidilla de temas como "Cinco Razones", "Me llaman calle", "Si yo fuera Maradona", la siempre coreada "Me gustas tú" y "El dorado 1997", que instauró el pogo como un elemento más de la geografía.

Parafraseando a Tonino Carotone, el trotamundos de 53 años introdujo la trascendente "Clandestino", mientras el cuarteto envolvía la atmósfera con vibraciones mántricas y daba paso a otros temas con contundencia social como la explosiva "Rainin in paradize" o acerca de desamores de "Mi vida".

El concierto tuvo dos intervenciones, primero Felix Díaz –líder de la comunidad Qom- quien, junto a dos mujeres que sostenían con orgullo la bandera wiphala, exigió la devolución de los territorios, enfatizó su rechazo a Monsanto y convocó a una concentración por sus derechos; y luego, Sofía Gatica, miembro de la agrupación Madres de Ituzaingó que clamó por el alejamiento de la planta de Monsanto de la localidad cordobesa de Malvinas Argentinas.

Tras los momentos concedidos, Manu Chao acompañado por el rappero Demián Gutierres, cantante de Perro Verde, le puso sentimiento a "Fuera Monsanto" y el pedido se extendió y se cantó a lo largo y a lo ancho del estadio.

El derrotero del recital, que cargado de energía hizo bailar a todo el público, aún cuando la energía parecía agotada, y que figuró varios amagues de despedida, hizo un repaso por los clásicos "Desaparecido", "Lágrimas de oro", "La rumba de Barcelona", "Mentira" , "Bienvenido a Tijuana" y "Mala vida", entre más.

El artista continuará con su gira "La Ventura 2015" el sábado en el Estadio Polideportivo Islas Malvinas de Mar del Plata, el 23 en el Estadio Ruca Che de Neuquén, el miércoles 25 en el Estadio Andés Talleres de Mendoza y el viernes en el Anfiteatro Municipal de Villa María, Córdoba.

20 MAR 2015 - 12:38

Acceder al predio no fue tarea sencilla: el tráfico se comenzaba a congestionar en Yerbal, y el puente de Caballito –que cruza las vías del ferrocarril Sarmiento- había sido cortado para el público peatonal, al igual que la avenida Avellaneda a la altura de Seguí.

A pie y a la par de una de las tantas peregrinaciones que se acercaba desde diferentes puntos a la cancha de Avellaneda 1240, corazón de Caballito, la calle Fragata Presidente Sarmiento comenzaba a dar indicios de recital al igual que la avenida, colmada de gente, fans que buscaban reventa de entradas, puestos de remeras y carritos de hamburguesas.

Pasadas las 21 las intersecciones del predio, llenas de vida y regadas de cerveza, comenzaron a vaciarse dejando paulatinamente al descubierto el clásico rito previo a los conciertos de rock, reggae y ska.

Pero fue media hora más tarde cuando José Manuel Arturo Tomás Chao Ortega, más conocido como Manu Chao, irrumpió sobre el escenario junto a sus viejos compañeros: Gambeat en bajo, Madjij "Il magico" Fahem en guitarra y Philippe "Garbancito" Teboul en batería.

Desde el comienzo el artista, que marcó en 1998 el inicio de su carrera solista con el lanzamiento del álbum "Clandestino", dejó asentado entre las almas que la esperanza es lo último que se pierde, alzando las voces y generando el retorno del público con "pase lo que pase, sea lo que sea, próxima estación Esperanza", frase que se cantó a lo largo de las dos horas que duró el espectáculo.

Un colorido estandarte que invocaba la leyenda "Nuestra lucha es por la vida. Fuera Monsanto!" revestía el fondo del escenario y demostraba que el trovador, fiel a sus convicciones sociales, no había claudicado en su lucha.

Con campo desbordado, plateas casi completas y los balcones -de edificios lindantes al estadio- repletos, el ex fundador de la mítica Mano Negra inauguró la noche con una intensa seguidilla de temas como "Cinco Razones", "Me llaman calle", "Si yo fuera Maradona", la siempre coreada "Me gustas tú" y "El dorado 1997", que instauró el pogo como un elemento más de la geografía.

Parafraseando a Tonino Carotone, el trotamundos de 53 años introdujo la trascendente "Clandestino", mientras el cuarteto envolvía la atmósfera con vibraciones mántricas y daba paso a otros temas con contundencia social como la explosiva "Rainin in paradize" o acerca de desamores de "Mi vida".

El concierto tuvo dos intervenciones, primero Felix Díaz –líder de la comunidad Qom- quien, junto a dos mujeres que sostenían con orgullo la bandera wiphala, exigió la devolución de los territorios, enfatizó su rechazo a Monsanto y convocó a una concentración por sus derechos; y luego, Sofía Gatica, miembro de la agrupación Madres de Ituzaingó que clamó por el alejamiento de la planta de Monsanto de la localidad cordobesa de Malvinas Argentinas.

Tras los momentos concedidos, Manu Chao acompañado por el rappero Demián Gutierres, cantante de Perro Verde, le puso sentimiento a "Fuera Monsanto" y el pedido se extendió y se cantó a lo largo y a lo ancho del estadio.

El derrotero del recital, que cargado de energía hizo bailar a todo el público, aún cuando la energía parecía agotada, y que figuró varios amagues de despedida, hizo un repaso por los clásicos "Desaparecido", "Lágrimas de oro", "La rumba de Barcelona", "Mentira" , "Bienvenido a Tijuana" y "Mala vida", entre más.

El artista continuará con su gira "La Ventura 2015" el sábado en el Estadio Polideportivo Islas Malvinas de Mar del Plata, el 23 en el Estadio Ruca Che de Neuquén, el miércoles 25 en el Estadio Andés Talleres de Mendoza y el viernes en el Anfiteatro Municipal de Villa María, Córdoba.


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