La Liga Árabe crea fuerza militar por la guerra civil en Yemen

Los jefes de Estado de los países árabes aprobaron hoy la formación de una fuerza militar conjunta para hacer frente a "las amenazas contra su seguridad nacional, la expansión de grupos terroristas y las injerencias extranjeras", apenas cuatro días después de que una alianza de nueve naciones árabes y Pakistán lanzará una inédita ofensiva contra el convulsionado Yemen.

29 MAR 2015 - 13:39 | Actualizado

Al final de la cumbre en Egipto, la Liga Árabe dejó los detalles de la primera fuerza militar regional para más adelante, pero fuentes del gobierno anfitrión adelantaron a la cadena de noticias norteamericana CNN que podría tener unos 40.000 "soldados de élite" y contaría con aviones y barcos de combate.

De concretarse será la primera vez que el mundo árabe se une en una misma fuerza militar y, más aún, crea una fuerza militar estable que estaría habilitada para actuar dentro de la región a pedido de los gobiernos.

"Es una resolución importante dado la convulsión y las amenazas sin precedentes que se viven en el mundo árabe", celebró el secretario general de la Liga Árabe, Nabil el Araby al culminar la cumbre, que comenzó ayer en la ciudad de Sharm al Sheij, sobre las costas del Mar Rojo.

El jueves pasado una coalición regional de 10 países -Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Jordania, Qatar, Bahréin, Kuwait, Marruecos y Pakistán- respondió al pedido desesperado del acorralado presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, y lanzó una campaña de bombardeos aéreos para frenar al movimiento insurgente hutí.

Desde mediados del año pasado, los hutíes, un movimiento chiita con buenos vínculos con Irán y ahora también con el ex presidente yemení derrocado y exiliado en Arabia Saudita, Ali Abdullah Saleh, lograron ganar terreno hasta tomar la capital, Sanaa, y forzar al presidente, y aliado de Estados Unidos en su cruzada contra Al Qaeda en la región, a refugiarse en el sur del país.

Los países que asumieron la defensa militar del gobierno yemení hace cuatro días son naciones de mayoría sunnita, mientras que las pocas voces de la región que rechazaron la ofensiva y hasta amenazaron con responder pertenecen a la alianza chiíta-alawita, encabezada por Irán, Siria y el partido-milicia líbanés Hezbollah, lo que profundiza la brecha sectaria del conflicto.

Asimismo, mientras los primeros comparten una buena o muy buena relación con Estados Unidos, según el caso, el segundo grupo se cuenta entre los principales enemigos de la Casa Blanca.

"Yemen estaba al borde del abismo -justificó El Araby- y necesitaba una iniciativa árabe e internacional efectiva, luego que todos los medios para alcanzar una resolución pacífica fueron agotados".

Durante la cumbre, El Araby también defendió la intervención en Yemen y la creación de una fuerza militar estable por la "interferencia de potencias extranjeras" en los conflictos de la región.

"Algunos vecinos están interfiriendo, Israel por un lado, Turquía e Irán, por otro, en varios países", explicó más tarde, en un conferencia de prensa, citada por la agencia de noticias EFE, en referencia también a la guerra civil en Siria y el conflicto interno en Irak.

El caso de Irak demuestra que no todos los Estados árabes se sumarán, al menos de inmediato, en esta nueva fuerza militar regional.

Bagdad, controlado por gobiernos de mayoría chiita desde la invasión de Estados Unidos en 2003, pidió más tiempo en la cumbre de hoy para discutir la creación de una fuerza militar árabe.

Finalmente, como otros países, aprobó la resolución final, pero sin comprometerse a participar activamente del nuevo brazo armado de la organización regional.

Mientras el mundo árabe se prepara para formar una fuerza militar regional, claramente impulsada por las potencias de mayoría sunnita, y crecen los rumores sobre una posible ofensiva terrestre de estos mismos países en Yemen, dentro de ese país, el más pobre de Medio Oriente, la violencia no para de crecer.

Milicianos rebeldes hutíes y grupos tribales leales al presidente Hadi se enfrentaron hoy en intensos combates en la ciudad costera de Adén y en la provincia de Shebua, en el sureste del Yemen, según informaron a EFE fuentes tribales.

Los Comités Populares, integrados por miembros de diferentes tribus leales al gobierno de Hadi, y milicianos hutíes se enfrentaron anoche y esta madrugada en el barrio de Jour Meksar, en el centro de Adén, y en la zona de Dar Saad, ubicada en el norte de la ciudad.

Un testigo explicó por teléfono que los combates duraron toda la noche y que al amanecer decenas de cadáveres salpicaban las calles de la ciudad que fue el último bastión del presidente Hadi, hasta que abandonó el país y se refugió en la vecina Arabia Saudita, la misma potencia que lidera los bombardeos aéreos.

Según fuentes tribales, al menos 23 milicianos de ambos bandos fallecieron hoy.

Ayer, al comienzo de la cumbre de la Liga Árabe en Egipto, el presidente Hadi había calificado de "títeres de Irán" a los rebeldes chiítas que lo obligaron a huir del país y había advertido que no existe posibilidad de dialogar con ellos.

29 MAR 2015 - 13:39

Al final de la cumbre en Egipto, la Liga Árabe dejó los detalles de la primera fuerza militar regional para más adelante, pero fuentes del gobierno anfitrión adelantaron a la cadena de noticias norteamericana CNN que podría tener unos 40.000 "soldados de élite" y contaría con aviones y barcos de combate.

De concretarse será la primera vez que el mundo árabe se une en una misma fuerza militar y, más aún, crea una fuerza militar estable que estaría habilitada para actuar dentro de la región a pedido de los gobiernos.

"Es una resolución importante dado la convulsión y las amenazas sin precedentes que se viven en el mundo árabe", celebró el secretario general de la Liga Árabe, Nabil el Araby al culminar la cumbre, que comenzó ayer en la ciudad de Sharm al Sheij, sobre las costas del Mar Rojo.

El jueves pasado una coalición regional de 10 países -Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Jordania, Qatar, Bahréin, Kuwait, Marruecos y Pakistán- respondió al pedido desesperado del acorralado presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, y lanzó una campaña de bombardeos aéreos para frenar al movimiento insurgente hutí.

Desde mediados del año pasado, los hutíes, un movimiento chiita con buenos vínculos con Irán y ahora también con el ex presidente yemení derrocado y exiliado en Arabia Saudita, Ali Abdullah Saleh, lograron ganar terreno hasta tomar la capital, Sanaa, y forzar al presidente, y aliado de Estados Unidos en su cruzada contra Al Qaeda en la región, a refugiarse en el sur del país.

Los países que asumieron la defensa militar del gobierno yemení hace cuatro días son naciones de mayoría sunnita, mientras que las pocas voces de la región que rechazaron la ofensiva y hasta amenazaron con responder pertenecen a la alianza chiíta-alawita, encabezada por Irán, Siria y el partido-milicia líbanés Hezbollah, lo que profundiza la brecha sectaria del conflicto.

Asimismo, mientras los primeros comparten una buena o muy buena relación con Estados Unidos, según el caso, el segundo grupo se cuenta entre los principales enemigos de la Casa Blanca.

"Yemen estaba al borde del abismo -justificó El Araby- y necesitaba una iniciativa árabe e internacional efectiva, luego que todos los medios para alcanzar una resolución pacífica fueron agotados".

Durante la cumbre, El Araby también defendió la intervención en Yemen y la creación de una fuerza militar estable por la "interferencia de potencias extranjeras" en los conflictos de la región.

"Algunos vecinos están interfiriendo, Israel por un lado, Turquía e Irán, por otro, en varios países", explicó más tarde, en un conferencia de prensa, citada por la agencia de noticias EFE, en referencia también a la guerra civil en Siria y el conflicto interno en Irak.

El caso de Irak demuestra que no todos los Estados árabes se sumarán, al menos de inmediato, en esta nueva fuerza militar regional.

Bagdad, controlado por gobiernos de mayoría chiita desde la invasión de Estados Unidos en 2003, pidió más tiempo en la cumbre de hoy para discutir la creación de una fuerza militar árabe.

Finalmente, como otros países, aprobó la resolución final, pero sin comprometerse a participar activamente del nuevo brazo armado de la organización regional.

Mientras el mundo árabe se prepara para formar una fuerza militar regional, claramente impulsada por las potencias de mayoría sunnita, y crecen los rumores sobre una posible ofensiva terrestre de estos mismos países en Yemen, dentro de ese país, el más pobre de Medio Oriente, la violencia no para de crecer.

Milicianos rebeldes hutíes y grupos tribales leales al presidente Hadi se enfrentaron hoy en intensos combates en la ciudad costera de Adén y en la provincia de Shebua, en el sureste del Yemen, según informaron a EFE fuentes tribales.

Los Comités Populares, integrados por miembros de diferentes tribus leales al gobierno de Hadi, y milicianos hutíes se enfrentaron anoche y esta madrugada en el barrio de Jour Meksar, en el centro de Adén, y en la zona de Dar Saad, ubicada en el norte de la ciudad.

Un testigo explicó por teléfono que los combates duraron toda la noche y que al amanecer decenas de cadáveres salpicaban las calles de la ciudad que fue el último bastión del presidente Hadi, hasta que abandonó el país y se refugió en la vecina Arabia Saudita, la misma potencia que lidera los bombardeos aéreos.

Según fuentes tribales, al menos 23 milicianos de ambos bandos fallecieron hoy.

Ayer, al comienzo de la cumbre de la Liga Árabe en Egipto, el presidente Hadi había calificado de "títeres de Irán" a los rebeldes chiítas que lo obligaron a huir del país y había advertido que no existe posibilidad de dialogar con ellos.


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