Visita con historia: le harán un estudio de ADN a Nía Owen Ritchie

Sería familiar de Catherine Roberts. Cotejarán su sangre con los restos de una mujer hallada hace 20 años en PUnta Cuevas, que serían de una integrante del primer contingente de galeses que arribó a la región.

Misterio histórico. Nía Owen Ritchie viajó para participar del proyecto.
10 ABR 2015 - 21:53 | Actualizado

Nía Owen Ritchie arribó ayer al aeropuerto “El Tehuelche” de Puerto Madryn, donde fue recibida por integrantes del equipo que filma el documental “Los huesos de Catherine Roberts” e investigadores del CENPAT, quienes realizarán los estudios genéticos para determinar si los restos hallados en Punta Cuevas hace veinte años corresponden a una mujer que integraba el primer contingente de galeses que arribó a la región, fallecida pocas semanas después del arribo del Mimosa.

Owen Ritchie es una posible descendiente de Catherine Roberts y su historia es parte de un documental que se filma en la zona y que cuenta de manera paralela la vida de la colona arribada en 1865, el hallazgo de los restos óseos en los alrededores del sitio histórico Punta Cuevas en 1995, y la vida de Nía en Gales, además de su viaje a la Patagonia para ayudar a develar el misterio sobre los restos.

El encuentro entre estas historias se debe a la investigación que un grupo de científicos del CENPAT, iniciada hace dos décadas con el hallazgo de los restos de una mujer, y varios elementos paralelos como un anillo, los clavos y la madera del ataúd de origen europeo, y la antigüedad de los restos que coinciden con la fecha del arribo de los galeses.

Nía Owen Ritchie es descendiente de la tía abuela materna de Catherine Roberts y viajó desde Llandrillo, en el norte de Gales, para participar del proyecto en el que están involucrados distintos investigadores, entre quienes se destacan Silvia Dahinten en antropología, Fernando Coronato en historia y Julieta Gómez Otero en arqueología. A ese grupo se sumaron el Dr. Carlos Vullo, genetista en Córdoba, y el arquitecto naval Cristian Murray, del Programa de Arqueología Subacuática (PROAS).

Prueba de ADN

Carlos Vullo, integrante del Equipo Argentino de Antropología Forense, es el encargado de realizar la extracción. Se estima que para el 20 de abril se sabrá el resultado. “Ya obtuvimos el perfil genético y con el análisis vamos a determinar porcentualmente si Catherine y Nía pertenecen al mismo linaje materno”, aseguró el especialista.

Gómez Otero y Dahinten, antropólogas del CENPAT, participaron de la excavación en 1995. “La madera del cajón es de pino silvestre del norte de Europa y está datada en menos de 200 años. La fecha también coincide con la llegada de los galeses. Además se encontraron clavos y un botón de nácar. Todo indicaría que la persona hallada era Catherine, pero falta la prueba de ADN”, comentó Gómez Otero. Dahinten afirmó al respecto: “Como científica es importante aportar a que se cierre un caso de historia local muy importante”.

Una búsqueda incesante

Por su parte Fernando Coronato, investigador del CENPAT y referente en la historia de los galeses que desembarcaron en la Patagonia, dijo: “Estoy interesado en la historia de Catherine desde antes del descubrimiento del cuerpo”.

Coronato inició una búsqueda por varios países para poder saldar la historia y se contactó a lo largo de estas dos décadas con algunos de los descendientes. A los primeros los localizó en la provincia canadiense de Saskatchewan. “En 1902 el hijo de Catherine formó parte del contingente de galeses que emigró a Canadá desde la Patagonia, y por eso no hay descendientes vivos de Catherine en la Argentina”, cuenta.

Los parientes que contactó en Canadá provienen del linaje paterno y el ADN mitocondrial se determina por vía materna. Había que seguir buscando. Coronato viajó a Gales y encontró nuevas pistas. Otros nombres de descendentes figuraban en la tumba de la madre de Catherine. Ahora, a 150 años de la llegada de los galeses y de la muerte de Catherine, Nía Owen Ritchie llegó a las costas de Chubut para poder ponerle punto final al misterio que comenzó hace un siglo y medio.

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10 ABR 2015 - 21:53

Nía Owen Ritchie arribó ayer al aeropuerto “El Tehuelche” de Puerto Madryn, donde fue recibida por integrantes del equipo que filma el documental “Los huesos de Catherine Roberts” e investigadores del CENPAT, quienes realizarán los estudios genéticos para determinar si los restos hallados en Punta Cuevas hace veinte años corresponden a una mujer que integraba el primer contingente de galeses que arribó a la región, fallecida pocas semanas después del arribo del Mimosa.

Owen Ritchie es una posible descendiente de Catherine Roberts y su historia es parte de un documental que se filma en la zona y que cuenta de manera paralela la vida de la colona arribada en 1865, el hallazgo de los restos óseos en los alrededores del sitio histórico Punta Cuevas en 1995, y la vida de Nía en Gales, además de su viaje a la Patagonia para ayudar a develar el misterio sobre los restos.

El encuentro entre estas historias se debe a la investigación que un grupo de científicos del CENPAT, iniciada hace dos décadas con el hallazgo de los restos de una mujer, y varios elementos paralelos como un anillo, los clavos y la madera del ataúd de origen europeo, y la antigüedad de los restos que coinciden con la fecha del arribo de los galeses.

Nía Owen Ritchie es descendiente de la tía abuela materna de Catherine Roberts y viajó desde Llandrillo, en el norte de Gales, para participar del proyecto en el que están involucrados distintos investigadores, entre quienes se destacan Silvia Dahinten en antropología, Fernando Coronato en historia y Julieta Gómez Otero en arqueología. A ese grupo se sumaron el Dr. Carlos Vullo, genetista en Córdoba, y el arquitecto naval Cristian Murray, del Programa de Arqueología Subacuática (PROAS).

Prueba de ADN

Carlos Vullo, integrante del Equipo Argentino de Antropología Forense, es el encargado de realizar la extracción. Se estima que para el 20 de abril se sabrá el resultado. “Ya obtuvimos el perfil genético y con el análisis vamos a determinar porcentualmente si Catherine y Nía pertenecen al mismo linaje materno”, aseguró el especialista.

Gómez Otero y Dahinten, antropólogas del CENPAT, participaron de la excavación en 1995. “La madera del cajón es de pino silvestre del norte de Europa y está datada en menos de 200 años. La fecha también coincide con la llegada de los galeses. Además se encontraron clavos y un botón de nácar. Todo indicaría que la persona hallada era Catherine, pero falta la prueba de ADN”, comentó Gómez Otero. Dahinten afirmó al respecto: “Como científica es importante aportar a que se cierre un caso de historia local muy importante”.

Una búsqueda incesante

Por su parte Fernando Coronato, investigador del CENPAT y referente en la historia de los galeses que desembarcaron en la Patagonia, dijo: “Estoy interesado en la historia de Catherine desde antes del descubrimiento del cuerpo”.

Coronato inició una búsqueda por varios países para poder saldar la historia y se contactó a lo largo de estas dos décadas con algunos de los descendientes. A los primeros los localizó en la provincia canadiense de Saskatchewan. “En 1902 el hijo de Catherine formó parte del contingente de galeses que emigró a Canadá desde la Patagonia, y por eso no hay descendientes vivos de Catherine en la Argentina”, cuenta.

Los parientes que contactó en Canadá provienen del linaje paterno y el ADN mitocondrial se determina por vía materna. Había que seguir buscando. Coronato viajó a Gales y encontró nuevas pistas. Otros nombres de descendentes figuraban en la tumba de la madre de Catherine. Ahora, a 150 años de la llegada de los galeses y de la muerte de Catherine, Nía Owen Ritchie llegó a las costas de Chubut para poder ponerle punto final al misterio que comenzó hace un siglo y medio.


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