"El sueño de cualquier árbitro es conducir un Boca-River, pero personalmente creo que las historias laborales, y en este caso arbitrales, no se escriben en un partido, sino en una trayectoria", estimó el hijo de otro juez como el "Pichi" Juan Carlos Loustau.
"Ahora estoy cumpliendo 20 años desde que llené la planilla para ser árbitro. En todo este tiempo hubo momentos en los que recibí halagos, pero eso es irreal. Lo normal es que el barco se mueva y haya que enderezar el timón. Pero no soy de los que evalúa con prejuicio las situaciones de cada partido. Y siempre miro para adelante", avisó.
Fue entonces que Loustau, quien el pasado 15 del corriente mes cumplió 40 años, reconoció que es "diifícil ser profeta en tu tierra. Es que si en este país se discutió a Lionel Messi, entonces ¿qué nos queda a los árbitros?", se preguntó.
"Nosotros somos los que tenemos que aplicar las reglas de juego para ser justos, pero también sabemos que el árbitro argentino es respetado en Sudamérica y el mundo", apreció.
"Y personalmente el paso del tiempo me dio un aplomo y experiencia para ser cada día mejor. Pero en eso también tuvo que ver mi viejo, que es un referente de la vida. Sólo tengo palabras de agradecimiento para con él y mi madre, que me hicieron vivir una infancia feliz", concluyó en diálogo con Espn Radio el oriundo de la ciudad bonaerense de Lomas de Zamora.
"El sueño de cualquier árbitro es conducir un Boca-River, pero personalmente creo que las historias laborales, y en este caso arbitrales, no se escriben en un partido, sino en una trayectoria", estimó el hijo de otro juez como el "Pichi" Juan Carlos Loustau.
"Ahora estoy cumpliendo 20 años desde que llené la planilla para ser árbitro. En todo este tiempo hubo momentos en los que recibí halagos, pero eso es irreal. Lo normal es que el barco se mueva y haya que enderezar el timón. Pero no soy de los que evalúa con prejuicio las situaciones de cada partido. Y siempre miro para adelante", avisó.
Fue entonces que Loustau, quien el pasado 15 del corriente mes cumplió 40 años, reconoció que es "diifícil ser profeta en tu tierra. Es que si en este país se discutió a Lionel Messi, entonces ¿qué nos queda a los árbitros?", se preguntó.
"Nosotros somos los que tenemos que aplicar las reglas de juego para ser justos, pero también sabemos que el árbitro argentino es respetado en Sudamérica y el mundo", apreció.
"Y personalmente el paso del tiempo me dio un aplomo y experiencia para ser cada día mejor. Pero en eso también tuvo que ver mi viejo, que es un referente de la vida. Sólo tengo palabras de agradecimiento para con él y mi madre, que me hicieron vivir una infancia feliz", concluyó en diálogo con Espn Radio el oriundo de la ciudad bonaerense de Lomas de Zamora.