Libia interceptó barco con 600 inmigrantes

La Guarda Costa libia interceptó un barco con 600 inmigrantes y refugiados que intentaban llegar a Europa y los envió a los ya abarrotados centros de detención que salpican su costa y en donde miles de africanos y asiáticos esperan a que sus países se hagan cargo de ellos, informaron hoy medios locales.

24 MAY 2015 - 16:43 | Actualizado

Con el operativo de ayer ya suman más de mil los inmigrantes y refugiados que los guardacostas libios lograron detener en alta mar esta última semana, antes de que entraran en aguas territoriales europeas, según la agencia de noticias EFE.

La mayoría de las personas que estaban dentro de los barcos interceptados en los últimos días fueron inmediatamente llevados a los numerosos campamentos de detención que Libia inauguró o reabrió a lo largo de su costa mediterránea para ubicar a los miles de inmigrantes y refugiados que semana tras semana llegan a su país para luego cruzar el mar y encontrar una nueva vida en Europa.

Sólo en los últimos dos meses, más de 5.000 inmigrantes y refugiados fueron interceptados o rescatados en alta mar cuando trataban de cruzar el Mediterráneo rumbo a Italia.

Ellos han sido los afortunados. Más de un millar falleció en el camino.

Pero los más desafortunados, sin lugar a dudas, son los que ni siquiera llegan a zarpar o a abandonar las aguas territoriales libias.

Actualmente ese país norafricano vive una guerra civil, que amenaza con dividir al país en dos o, al menos, profundizar el vacío de poder.

En 2011 las potencias occidentales facilitaron armas y millones de dólares a un heterogéneo frente de insurgentes que intentaba derrocar al otrora todopoderoso, Muammar Kaddafi. Cuando eso no fue suficiente, bombardearon el país de la mano de la OTAN hasta que el autoritario presidente fue derrocado.

Desde entonces el país está tironeado entre una multiplicidad de milicias que se niegan a abandonar las armas ni su cuota de poder ganada hace cuatro años.

Tal caos interno se convirtió en el escenario perfecto para que se multipliquen las mafias que cobran sumas desorbitantes a personas desesperadas por escapar de la violencia y el hambre para cruzar el Mediterráneo en las peores condiciones posibles.

La otra consecuencia que produjo esta dramática situación es la reapertura y la creación de cárceles paupérrimas con el objetivo de mantener detenidos a las miles de personas que son arrestadas cuando intentar zarpar de un puerto libio o que son interceptadas mientras navegan con dirección a Italia.

El diario Finantial Times visitó uno de estos llamados centros de detención y lo describió como un lugar insalubre, en donde las enfermedades se contagian más rápido que la resignación y en donde el espacio diseñado para una persona lo ocupan tres o, a veces, hasta una familia entera.

24 MAY 2015 - 16:43

Con el operativo de ayer ya suman más de mil los inmigrantes y refugiados que los guardacostas libios lograron detener en alta mar esta última semana, antes de que entraran en aguas territoriales europeas, según la agencia de noticias EFE.

La mayoría de las personas que estaban dentro de los barcos interceptados en los últimos días fueron inmediatamente llevados a los numerosos campamentos de detención que Libia inauguró o reabrió a lo largo de su costa mediterránea para ubicar a los miles de inmigrantes y refugiados que semana tras semana llegan a su país para luego cruzar el mar y encontrar una nueva vida en Europa.

Sólo en los últimos dos meses, más de 5.000 inmigrantes y refugiados fueron interceptados o rescatados en alta mar cuando trataban de cruzar el Mediterráneo rumbo a Italia.

Ellos han sido los afortunados. Más de un millar falleció en el camino.

Pero los más desafortunados, sin lugar a dudas, son los que ni siquiera llegan a zarpar o a abandonar las aguas territoriales libias.

Actualmente ese país norafricano vive una guerra civil, que amenaza con dividir al país en dos o, al menos, profundizar el vacío de poder.

En 2011 las potencias occidentales facilitaron armas y millones de dólares a un heterogéneo frente de insurgentes que intentaba derrocar al otrora todopoderoso, Muammar Kaddafi. Cuando eso no fue suficiente, bombardearon el país de la mano de la OTAN hasta que el autoritario presidente fue derrocado.

Desde entonces el país está tironeado entre una multiplicidad de milicias que se niegan a abandonar las armas ni su cuota de poder ganada hace cuatro años.

Tal caos interno se convirtió en el escenario perfecto para que se multipliquen las mafias que cobran sumas desorbitantes a personas desesperadas por escapar de la violencia y el hambre para cruzar el Mediterráneo en las peores condiciones posibles.

La otra consecuencia que produjo esta dramática situación es la reapertura y la creación de cárceles paupérrimas con el objetivo de mantener detenidos a las miles de personas que son arrestadas cuando intentar zarpar de un puerto libio o que son interceptadas mientras navegan con dirección a Italia.

El diario Finantial Times visitó uno de estos llamados centros de detención y lo describió como un lugar insalubre, en donde las enfermedades se contagian más rápido que la resignación y en donde el espacio diseñado para una persona lo ocupan tres o, a veces, hasta una familia entera.


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