Ayer a la mañana, culminó la ronda de las pruebas testimoniales y documentales referidas al doble homicidio de Orlando Hernández y Miguel Benítez del pasado 19 de octubre de 2014 y que tiene como imputados a los hermanos Jonathan Alejandro y Mauro Nicolás Tula. Entre los testimonios destacados de la fecha estuvo el de la médica forense que realizara las autopsias como también los exámenes mentales obligatorios a los imputados.
Presidió el acto la jueza Raquel Tassello y conformaron el tribunal sus pares José Rago y Jorge Odorisio. Por el Ministerio Público Fiscal, asistieron Héctor Iturrioz y Natalia Gómez, fiscal y funcionaria de fiscalía respectivamente; en tanto que la defensa de los hermanos Tula fue ejercida por Guillermo Iglesias, abogado particular. También se encontraban presentes en la sala familiares de las víctimas acompañados por profesionales del Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito (SAVD).
El primer testimonio fue el de la médica forense que practicara las autopsias a Hernández y Benítez. Respecto del primero refirió que presentaba en la espalda un orificio contuso penetrante, sin tatuaje ni ahumamiento. Determinando la causa de su muerte por shock hipovolémico irreversible debido a herida de bala. En la autopsia que le practicó al cuerpo de Benítez dijo que presentaba un orificio en el hueso occipital izquierdo, sin tatuaje ni ahumamiento. Dicho orificio penetraba el cráneo y provocó una hemorragia cerebral difusa. El proyectil quedó alojado en el lóbulo frontal derecho y su causa de muerte fue traumatismo cráneo-encefálico por herida de arma de fuego.
Luego la profesional se refirió a las pericias mentales obligatorias que les realizara a ambos imputados Tula concluyendo que no padecían alucinaciones, enjuiciaban correctamente su situación y estado, saben distinguir entre el bien y el mal, son capaces de dirigir sus acciones y tienen capacidad para delinquir.
Posteriormente se escucharon los testimonios de los auxiliares de la justicia que practicaran las diligencias de allanamiento en la casa de los imputados, comentando las armas secuestradas, una escopeta recortada y un revólver calibre 32 mm.
Finalmente, se realizó la incorporación por lectura de la prueba documental, incluyendo un video que toma parte de la secuencia del hecho. Para hoy se esperan los alegatos finales de las partes.
Ayer a la mañana, culminó la ronda de las pruebas testimoniales y documentales referidas al doble homicidio de Orlando Hernández y Miguel Benítez del pasado 19 de octubre de 2014 y que tiene como imputados a los hermanos Jonathan Alejandro y Mauro Nicolás Tula. Entre los testimonios destacados de la fecha estuvo el de la médica forense que realizara las autopsias como también los exámenes mentales obligatorios a los imputados.
Presidió el acto la jueza Raquel Tassello y conformaron el tribunal sus pares José Rago y Jorge Odorisio. Por el Ministerio Público Fiscal, asistieron Héctor Iturrioz y Natalia Gómez, fiscal y funcionaria de fiscalía respectivamente; en tanto que la defensa de los hermanos Tula fue ejercida por Guillermo Iglesias, abogado particular. También se encontraban presentes en la sala familiares de las víctimas acompañados por profesionales del Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito (SAVD).
El primer testimonio fue el de la médica forense que practicara las autopsias a Hernández y Benítez. Respecto del primero refirió que presentaba en la espalda un orificio contuso penetrante, sin tatuaje ni ahumamiento. Determinando la causa de su muerte por shock hipovolémico irreversible debido a herida de bala. En la autopsia que le practicó al cuerpo de Benítez dijo que presentaba un orificio en el hueso occipital izquierdo, sin tatuaje ni ahumamiento. Dicho orificio penetraba el cráneo y provocó una hemorragia cerebral difusa. El proyectil quedó alojado en el lóbulo frontal derecho y su causa de muerte fue traumatismo cráneo-encefálico por herida de arma de fuego.
Luego la profesional se refirió a las pericias mentales obligatorias que les realizara a ambos imputados Tula concluyendo que no padecían alucinaciones, enjuiciaban correctamente su situación y estado, saben distinguir entre el bien y el mal, son capaces de dirigir sus acciones y tienen capacidad para delinquir.
Posteriormente se escucharon los testimonios de los auxiliares de la justicia que practicaran las diligencias de allanamiento en la casa de los imputados, comentando las armas secuestradas, una escopeta recortada y un revólver calibre 32 mm.
Finalmente, se realizó la incorporación por lectura de la prueba documental, incluyendo un video que toma parte de la secuencia del hecho. Para hoy se esperan los alegatos finales de las partes.