Un matrimonio será imputado de tener encerrada a una anciana de 87 años para cobrarle la pensión. Ocurrió en Blancuntre, en la meseta de Chubut.La anciana que es analfabeta estaba encerrada en un galpón, donde no tenía ni calefacción y tampoco alimentos, acusó desde Fiscalía. Los acusados dijeron que no es real y que en realidad ayudaron a la abuela a sobrevivir.
La audiencia de apertura de investigación será el lunes a las 9.30 ante la jueza penal Patricia Asaro. Imputan “privación ilegítima de la libertad en concurso real con defraudación con tarjeta de débito”.
El hecho que se investiga habría ocurrido en Aldea Blancuntre, en la meseta de Chubut y se conoció luego que el jefe comunal de Gastre, Marcelo Aranda, denunciara haber tomado conocimiento por parte de personal de Salud que en Aldea Blancuntre una anciana de 87 años se hallaba privada de su libertad por parte de César Montenegro y Norma Icasate.
Según el fiscal Báez, se descubrió que los haberes jubilatorios fueron percibidos mediante extracciones de cajero y pago de compras mediante el uso de la tarjeta de débito, “que esto no ha sido realizado por la víctima, dado su encierro y senilidad, y sí por quienes estaban en posesión de dicha tarjeta, Montenegro e Icasate”, indicaron los fiscales en su escrito.
“Sólo la ayudamos”
Ni bien se conoció la noticia, Norma Icasate y su marido, César Montenegro, visitaron Jornada junto a su abogado Jorge Arévalo. Afirmaron que a la abuela la rescataron cuando vivía en su campo en un rancho, que la llevaron al hospital para curarla y luego le construyeron una vivienda mejor para que pase allí los duros inviernos. Mónica es enfermera y contó que por mucho tiempo la abuela estuvo abandonada y que los mismos que la acusan, nunca acudieron en ayuda de la anciana. “Yo siempre le llevé comida, grasa para que cocine, ropa de abrigo, estoy pagando por haberla ayudado. Es una porquería lo que esta gente nos está haciendo”, señaló en llanto.
Montenegro, por su parte, aclaró que es una movida en contra de su familia que armaron entre el director del puesto sanitario, un enfermero y un funcionario municipal. Explicaron que nunca mantuvieron secuestrada a la abuela. Según los certificados médicos, ella tiene Alzheimer y se pierde. En una oportunidad la encontraron a 5 kilómetros campo adentro. La volvieron a su hogar y desde entonces, pusieron un candado con un cerco perimetral para evitar que se perdiera en la planicie. Pero afirmaron que nunca estuvo encerrada con candado en la puerta.
Un matrimonio será imputado de tener encerrada a una anciana de 87 años para cobrarle la pensión. Ocurrió en Blancuntre, en la meseta de Chubut.La anciana que es analfabeta estaba encerrada en un galpón, donde no tenía ni calefacción y tampoco alimentos, acusó desde Fiscalía. Los acusados dijeron que no es real y que en realidad ayudaron a la abuela a sobrevivir.
La audiencia de apertura de investigación será el lunes a las 9.30 ante la jueza penal Patricia Asaro. Imputan “privación ilegítima de la libertad en concurso real con defraudación con tarjeta de débito”.
El hecho que se investiga habría ocurrido en Aldea Blancuntre, en la meseta de Chubut y se conoció luego que el jefe comunal de Gastre, Marcelo Aranda, denunciara haber tomado conocimiento por parte de personal de Salud que en Aldea Blancuntre una anciana de 87 años se hallaba privada de su libertad por parte de César Montenegro y Norma Icasate.
Según el fiscal Báez, se descubrió que los haberes jubilatorios fueron percibidos mediante extracciones de cajero y pago de compras mediante el uso de la tarjeta de débito, “que esto no ha sido realizado por la víctima, dado su encierro y senilidad, y sí por quienes estaban en posesión de dicha tarjeta, Montenegro e Icasate”, indicaron los fiscales en su escrito.
“Sólo la ayudamos”
Ni bien se conoció la noticia, Norma Icasate y su marido, César Montenegro, visitaron Jornada junto a su abogado Jorge Arévalo. Afirmaron que a la abuela la rescataron cuando vivía en su campo en un rancho, que la llevaron al hospital para curarla y luego le construyeron una vivienda mejor para que pase allí los duros inviernos. Mónica es enfermera y contó que por mucho tiempo la abuela estuvo abandonada y que los mismos que la acusan, nunca acudieron en ayuda de la anciana. “Yo siempre le llevé comida, grasa para que cocine, ropa de abrigo, estoy pagando por haberla ayudado. Es una porquería lo que esta gente nos está haciendo”, señaló en llanto.
Montenegro, por su parte, aclaró que es una movida en contra de su familia que armaron entre el director del puesto sanitario, un enfermero y un funcionario municipal. Explicaron que nunca mantuvieron secuestrada a la abuela. Según los certificados médicos, ella tiene Alzheimer y se pierde. En una oportunidad la encontraron a 5 kilómetros campo adentro. La volvieron a su hogar y desde entonces, pusieron un candado con un cerco perimetral para evitar que se perdiera en la planicie. Pero afirmaron que nunca estuvo encerrada con candado en la puerta.