Las tarjetas amarillas de Messi, Mascherano y el Kun complican el futuro
Estos jugadores claves llegarán al partido del martes ante Paraguay, con una tarjeta amarilla como espada de Damocles sobre sus cabezas, ya que de recibir una segunda amonestación se perderían una hipotética final el sábado en Santiago.
Las quejas constantes del entrenador Gerardo Martino, que lo llevaron a sufrir una expulsión ante Uruguay por reclamar ante el juego brusco de los futbolistas orientales, se hicieron extensivas a los juegos posteriores y encierran de manera abstracta una velada sospecha sobre la permisividad de los árbitros ante algunas infracciones sufridas por sus dirigidos y la severidad exagerada que padecieron algunas de sus principales figuras.
Sin proponer figuras fantasmagóricas ante la eventualidad de una final con el representativo anfitrión, que las tres principales figuras argentinas corran el riesgo de no poder estar en la gran final de Santiago provoca un indudable escozor en la intimidad de la delegación argentina.
Y en ese aspecto, por su forma de juego y la aridez que se supone habrá en la mitad de la cancha ante Paraguay, será Mascherano el más expuesto a recibir una segunda amonestación por encima de sus dos compañeros de ataque.
Por eso y porque es el reemplazante anunciado por Martino para una emergencia, es que en las últimas horas se garabateó el nombre de Fernando Gago sobre una mesa de la concentración en el hotel Radisson de Con Con, en Viña del Mar, para relevar al mediocampista devenido zaguero del Barcelona español.
El boquense ´puede aportar más juego y menos marca, pero si bien Argentina sale a jugar ofensivamente todo el tiempo y bajo cualquier circunstancia, su presencia no hubiese sonado descabellada pensando en preservar a "Masche", y sobre todo pensando en el planteo sin demasiadas osadías que propondrá Ramón Díaz.
Pero como todo lo potencial es una idea abstracta de la realidad, de acuerdo a lo esbozado por Martino en el entrenamiento de esta tarde en el predio de Everton, eso no sucederá.
Las quejas constantes del entrenador Gerardo Martino, que lo llevaron a sufrir una expulsión ante Uruguay por reclamar ante el juego brusco de los futbolistas orientales, se hicieron extensivas a los juegos posteriores y encierran de manera abstracta una velada sospecha sobre la permisividad de los árbitros ante algunas infracciones sufridas por sus dirigidos y la severidad exagerada que padecieron algunas de sus principales figuras.
Sin proponer figuras fantasmagóricas ante la eventualidad de una final con el representativo anfitrión, que las tres principales figuras argentinas corran el riesgo de no poder estar en la gran final de Santiago provoca un indudable escozor en la intimidad de la delegación argentina.
Y en ese aspecto, por su forma de juego y la aridez que se supone habrá en la mitad de la cancha ante Paraguay, será Mascherano el más expuesto a recibir una segunda amonestación por encima de sus dos compañeros de ataque.
Por eso y porque es el reemplazante anunciado por Martino para una emergencia, es que en las últimas horas se garabateó el nombre de Fernando Gago sobre una mesa de la concentración en el hotel Radisson de Con Con, en Viña del Mar, para relevar al mediocampista devenido zaguero del Barcelona español.
El boquense ´puede aportar más juego y menos marca, pero si bien Argentina sale a jugar ofensivamente todo el tiempo y bajo cualquier circunstancia, su presencia no hubiese sonado descabellada pensando en preservar a "Masche", y sobre todo pensando en el planteo sin demasiadas osadías que propondrá Ramón Díaz.
Pero como todo lo potencial es una idea abstracta de la realidad, de acuerdo a lo esbozado por Martino en el entrenamiento de esta tarde en el predio de Everton, eso no sucederá.