El fútbol para sacar a los chicos de la calle

El programa “Fútbol de Noche” se realiza desde hace tres años y forma parte de una serie de proyectos que tiene la Subsecretaría de Deportes de la Municipalidad de Puerto Madryn.

Iniciativa. El programa “Fútbol de noche” es uno de los talleres que depende de la Municipalidad de Madryn.
13 JUL 2015 - 22:06 | Actualizado

Es una iniciativa en la cual dos días a la semana se realizan encuentros en distintos puntos de la ciudad dedicados a todos los chicos que en turno vespertino se encuentran deambulando en sus propios barrios.

El objetivo es que los jóvenes incorporen nuevos hábitos de vida, valores, normas y conductas a través de un deporte tan popular como lo es el fútbol. Participa un centenar de chicos.

Días atrás los organizadores realizaron un trabajo con imágenes y palabras, finalizando con un juego de estilo libre en donde plasmaron sus habilidades.

Como en cada encuentro, el profesor Pablo Bravetti le dio la bienvenida a los chicos y a los profes. “Tiró” un par de conceptos y dejó picando el balón para que sean ellos quienes recojan el guante. “¿Ustedes quieren decir algo?” “Queremos jugar”, dice uno y no hace falta más que ordenar en la lista los nombres de los equipos.

“¿Ves?, así los acomodo”, contó el docente. “Armo la lista y les pongo los números desde el uno hasta el último equipo: se enfrentan el uno con el dos y el que gana sigue. Entonces, el equipo que pierde se convierte en el último de la lista y el que asciende en el orden juega con el ganador”, explicó. Son tres minutos frenéticos en donde no hay árbitros. Si no hay goles salen los dos y entran otros dos a jugar.

Jugar, siempre jugar

Sobresalen las gorritas con viseras y las piruetas. Algunos grupos son más ordenados, otros dependen de alguna genialidad de esas que siempre salen de alguna galera.

La 100, la 33, Pujol 2, Roque González, Pilma 1 y 2, Vepam y San Miguel son los nombres de los conjuntos que tienen entre seis y ocho jugadores: Pujol 2 queda en cancha en forma repetida y es “Coki” el que esconde a la “globa” debajo de la suela de su pie derecho y finalmente la cuelga de un ángulo.

Vestidos en bermudas, pantalones largos de jeans o de buzo, más deportivos o menos “producidos” no pierden el tiempo y saltan a la cancha apenas se convierte un gol. Como en el barrio o en la esquina se juega a gol gana y si no, lo escrito, salen los dos y entran otros dos a jugar.

Lucas García, otro de los “profes” los mira atentamente y oficia de “delegado”. “Empecé con este programa hace dos años y medio. Fue muy distinto a las prácticas que hacía en el Instituto; en las escuelas o en los clubes. De repente ver a un pibe fumando al lado mío. No tenía nada que ver con lo que venía haciendo”, dice y se escapa a coordinar los partidos.

Después de los partidos los chicos miraron un video con varios momentos del “Fútbol de Noche”: visita a otras instituciones, momentos compartidos con otros chicos, la participación en eventos como “Dale vida a tu día” o, por ejemplo, cuando hace dos años se interrumpió el tránsito en la avenida Roca para que se juntasen todos los participantes.

Antes de finalizar el encuentro los pibes mostraron sus habilidades en una competencia de “estilo libre”, en donde un jugador por equipo tenía que mantener la pelota en el aire al menos dos minutos entre firulete y firulete.

Nico la dormía en su nuca, Mauricio la engancha entre sus rodillas, Diego la escondia debajo de su remera y Jhonatan deslizaba la pelota entre sus hombros.

El jurado, que fueron sus pares, aplaudió y eligió a los dos finalistas que pasaron al medio de la cancha y se disputaron el “mimo” popular a pura picardía: así, Diego y Nico se ganaron una remera.

Y la ovación de todos.

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13 JUL 2015 - 22:06

Es una iniciativa en la cual dos días a la semana se realizan encuentros en distintos puntos de la ciudad dedicados a todos los chicos que en turno vespertino se encuentran deambulando en sus propios barrios.

El objetivo es que los jóvenes incorporen nuevos hábitos de vida, valores, normas y conductas a través de un deporte tan popular como lo es el fútbol. Participa un centenar de chicos.

Días atrás los organizadores realizaron un trabajo con imágenes y palabras, finalizando con un juego de estilo libre en donde plasmaron sus habilidades.

Como en cada encuentro, el profesor Pablo Bravetti le dio la bienvenida a los chicos y a los profes. “Tiró” un par de conceptos y dejó picando el balón para que sean ellos quienes recojan el guante. “¿Ustedes quieren decir algo?” “Queremos jugar”, dice uno y no hace falta más que ordenar en la lista los nombres de los equipos.

“¿Ves?, así los acomodo”, contó el docente. “Armo la lista y les pongo los números desde el uno hasta el último equipo: se enfrentan el uno con el dos y el que gana sigue. Entonces, el equipo que pierde se convierte en el último de la lista y el que asciende en el orden juega con el ganador”, explicó. Son tres minutos frenéticos en donde no hay árbitros. Si no hay goles salen los dos y entran otros dos a jugar.

Jugar, siempre jugar

Sobresalen las gorritas con viseras y las piruetas. Algunos grupos son más ordenados, otros dependen de alguna genialidad de esas que siempre salen de alguna galera.

La 100, la 33, Pujol 2, Roque González, Pilma 1 y 2, Vepam y San Miguel son los nombres de los conjuntos que tienen entre seis y ocho jugadores: Pujol 2 queda en cancha en forma repetida y es “Coki” el que esconde a la “globa” debajo de la suela de su pie derecho y finalmente la cuelga de un ángulo.

Vestidos en bermudas, pantalones largos de jeans o de buzo, más deportivos o menos “producidos” no pierden el tiempo y saltan a la cancha apenas se convierte un gol. Como en el barrio o en la esquina se juega a gol gana y si no, lo escrito, salen los dos y entran otros dos a jugar.

Lucas García, otro de los “profes” los mira atentamente y oficia de “delegado”. “Empecé con este programa hace dos años y medio. Fue muy distinto a las prácticas que hacía en el Instituto; en las escuelas o en los clubes. De repente ver a un pibe fumando al lado mío. No tenía nada que ver con lo que venía haciendo”, dice y se escapa a coordinar los partidos.

Después de los partidos los chicos miraron un video con varios momentos del “Fútbol de Noche”: visita a otras instituciones, momentos compartidos con otros chicos, la participación en eventos como “Dale vida a tu día” o, por ejemplo, cuando hace dos años se interrumpió el tránsito en la avenida Roca para que se juntasen todos los participantes.

Antes de finalizar el encuentro los pibes mostraron sus habilidades en una competencia de “estilo libre”, en donde un jugador por equipo tenía que mantener la pelota en el aire al menos dos minutos entre firulete y firulete.

Nico la dormía en su nuca, Mauricio la engancha entre sus rodillas, Diego la escondia debajo de su remera y Jhonatan deslizaba la pelota entre sus hombros.

El jurado, que fueron sus pares, aplaudió y eligió a los dos finalistas que pasaron al medio de la cancha y se disputaron el “mimo” popular a pura picardía: así, Diego y Nico se ganaron una remera.

Y la ovación de todos.


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