Kerry realiza viaje histórico a La Habana

El secretario de Estado norteamericano viajará el viernes para izar, tras 54 años, la bandera estadounidense en la embajada en Cuba y dar por formalizada la reanudación de las relaciones diplomáticas con el gobierno cubano.

08 AGO 2015 - 18:21 | Actualizado

Con su llegada a Cuba, Kerry seguirá haciendo historia al convertirse en el primer canciller estadounidense en 70 años en llegar a la isla y oficiar de anfitrión del evento que tendrá lugar en el gran edificio ubicado frente al malecón habanero.

Si bien el izamiento de las banderas tanto en la embajada cubana en Washington que flamea desde el 20 de julio, como en la representación norteamericana en La Habana a partir de la semana próxima son actos simbólicos, ambos países ya comenzaron a mover piezas para armar el nuevo rompecabezas.

Por un lado, el Departamento de Estado decidió retirar a Cuba de la lista de Estado Patrocinador del Terrorismo y se encuentra trabajando en temas de la agenda conjunta como la apertura de las políticas de viajes entre los dos países y las remesas, pero a su vez en la mesa de negociación mantiene firme su posición crítica en temas como los derechos humanos y la libertad de expresión en la isla.

No obstante, el cambio real en las relaciones congeladas desde 1961 cuando el entonces presidente estadounidense Dwight Einsenhowe cortó el vínculo diplomático, se estima llegará cuando sea levantado el embargo comercial vigente desde 1962 y la base naval de Guantánamo vuelva a estar bajo el mando cubano, tal lo reclama el gobierno de Raúl Castro.

Así lo estimó el presidente emérito del think tank (grupo de pensamiento), Inter American Dialogue, Peter Hakim, quien sostuvo que para que esas dos medidas puedan ejecutarse sin prolongarse demasiado en el tiempo, Cuba tiene un rol que jugar.

“Si Cuba empieza a hacer cambios, si empieza a abrir su economía, sería más fácil de remover el embargo. Y si abre sus políticas, sería más fácil de regresar Guantánamo”, señaló el especialista en diálogo con Télam.

Para Hakim, el presidente Barack Obama “ha hecho casi todo lo que puede hacer sin la aprobación del congreso” por lo que ahora, para llevar adelante esas dos medidas que reclama La Habana, va a necesitar el apoyo del Capitolio integrado hoy por mayoría opositora en las dos cámaras.

Senadores republicanos y algunos demócratas, muchos con vínculos familiares a la isla- ya advirtieron que se opondrán a dar concesiones en lo que hace a las relaciones con Cuba, acusando a Obama de querer dejar su legado a costa del pueblo cubano, el cual consideran, vive bajo un gobierno que no es democrático y bajo situaciones que violan sus derechos.

El precandidato presidencial y descendiente de padres cubanos, Marco Rubio, es una de las voces que además anticipó bloqueará en el senado toda posibilidad de aprobar la nominación de un nuevo embajador estadounidense en La Habana.

Situación, que por el momento no preocupa a la Casa Blanca que mantendrá al frente de la nueva embajada a quien viene dirigiendo lo que hasta hace poco era la sección de interés en La Habana, Jeffrey DeLaurentis.

Hakim coincidió en restarle relevancia al mencionar que los “cubanos en el congreso hicieron mucho ruido” pero según le transmitieron fuentes, tanto ellos como el gobierno central lo que recibieron en cambio fue la “sorpresa de cuán poca oposición o resistencia” hubo con la decisión de restablecer las relaciones.

Mientras que Cuba contó con la participación de cerca de 500 asistentes entre funcionarios locales, diplomáticos y empresarios en Washington, las características del encuentro en la embajada norteamericana en La Habana y su lista de invitados, se conocerán la próxima semana cuando el emblema de barras y estrellas vuelva a ondear en lo alto del mástil medio siglo después.

08 AGO 2015 - 18:21

Con su llegada a Cuba, Kerry seguirá haciendo historia al convertirse en el primer canciller estadounidense en 70 años en llegar a la isla y oficiar de anfitrión del evento que tendrá lugar en el gran edificio ubicado frente al malecón habanero.

Si bien el izamiento de las banderas tanto en la embajada cubana en Washington que flamea desde el 20 de julio, como en la representación norteamericana en La Habana a partir de la semana próxima son actos simbólicos, ambos países ya comenzaron a mover piezas para armar el nuevo rompecabezas.

Por un lado, el Departamento de Estado decidió retirar a Cuba de la lista de Estado Patrocinador del Terrorismo y se encuentra trabajando en temas de la agenda conjunta como la apertura de las políticas de viajes entre los dos países y las remesas, pero a su vez en la mesa de negociación mantiene firme su posición crítica en temas como los derechos humanos y la libertad de expresión en la isla.

No obstante, el cambio real en las relaciones congeladas desde 1961 cuando el entonces presidente estadounidense Dwight Einsenhowe cortó el vínculo diplomático, se estima llegará cuando sea levantado el embargo comercial vigente desde 1962 y la base naval de Guantánamo vuelva a estar bajo el mando cubano, tal lo reclama el gobierno de Raúl Castro.

Así lo estimó el presidente emérito del think tank (grupo de pensamiento), Inter American Dialogue, Peter Hakim, quien sostuvo que para que esas dos medidas puedan ejecutarse sin prolongarse demasiado en el tiempo, Cuba tiene un rol que jugar.

“Si Cuba empieza a hacer cambios, si empieza a abrir su economía, sería más fácil de remover el embargo. Y si abre sus políticas, sería más fácil de regresar Guantánamo”, señaló el especialista en diálogo con Télam.

Para Hakim, el presidente Barack Obama “ha hecho casi todo lo que puede hacer sin la aprobación del congreso” por lo que ahora, para llevar adelante esas dos medidas que reclama La Habana, va a necesitar el apoyo del Capitolio integrado hoy por mayoría opositora en las dos cámaras.

Senadores republicanos y algunos demócratas, muchos con vínculos familiares a la isla- ya advirtieron que se opondrán a dar concesiones en lo que hace a las relaciones con Cuba, acusando a Obama de querer dejar su legado a costa del pueblo cubano, el cual consideran, vive bajo un gobierno que no es democrático y bajo situaciones que violan sus derechos.

El precandidato presidencial y descendiente de padres cubanos, Marco Rubio, es una de las voces que además anticipó bloqueará en el senado toda posibilidad de aprobar la nominación de un nuevo embajador estadounidense en La Habana.

Situación, que por el momento no preocupa a la Casa Blanca que mantendrá al frente de la nueva embajada a quien viene dirigiendo lo que hasta hace poco era la sección de interés en La Habana, Jeffrey DeLaurentis.

Hakim coincidió en restarle relevancia al mencionar que los “cubanos en el congreso hicieron mucho ruido” pero según le transmitieron fuentes, tanto ellos como el gobierno central lo que recibieron en cambio fue la “sorpresa de cuán poca oposición o resistencia” hubo con la decisión de restablecer las relaciones.

Mientras que Cuba contó con la participación de cerca de 500 asistentes entre funcionarios locales, diplomáticos y empresarios en Washington, las características del encuentro en la embajada norteamericana en La Habana y su lista de invitados, se conocerán la próxima semana cuando el emblema de barras y estrellas vuelva a ondear en lo alto del mástil medio siglo después.


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