Desbaratan banda que realizó más de 60 secuestros virtuales
Cuatro personas acusadas de integrar una banda que cometió más de 63 secuestros virtuales en los partidos de La Plata y San Vicente fueron detenidas en las últimas horas en allanamientos realizados en la Ciudad de Buenos Aires y en la localidad bonaerense de Munro, informaron hoy fuentes policiales.
Los detenidos son dos hombres de 67 y 47 años y dos mujeres de 33 y 38, quienes fueron localizados en operativos realizados por efectivos de Investigaciones La Plata, que procuraban apresar a otros integrantes de la misma organización, entre ellos a un matrimonio de gitanos que lideraba las operaciones.
Durante los allanamientos, ordenados por la Justicia platense, la policía secuestró una carabina 22, una pistola 9 milímetros, joyas, dinero en efectivo y electrodomésticos, presumiblemente producto del pago por los secuestros virtuales que realizaban.
La investigación para desbaratar a la banda comenzó en octubre pasado con un caso que tuvo como víctima a una familia que vivía en el barrio privado El Lauquén Club de Campo, de San Vicente, que fue despojada de dinero por los secuestradores virtuales luego de hacerles creer por teléfono que un familiar había sufrido un accidente de tránsito.
Tras tareas de vigilancia y escuchas telefónicas, los pesquisas determinaron que la banda buscaba a sus víctimas en La Plata y San Vicente, aunque tenía sus bases de operaciones en Capital Federal y Munro,
Dos de los allanamientos realizados en Capital fueron en domicilios de Gordillo al 4000, del barrio porteño de Villa Real, y Marcos Sastre al 4400, de Monte Castro, mientras que la vivienda de Munro allanada está situada en Gervasio Méndez al 2200
Las fuentes informaron que en una de las casas de Capital se había montado el centro de operaciones desde donde se realizaban los llamados extorsivos, mientras que en la de Munro se reducían las joyas y se guardaba el dinero obtenido.
Los investigadores establecieron en base a elementos secuestrados que los detenidos intervinieron en 63 hechos de secuestros virtuales y no descartan que en realidad hayan cometido mucho más.
Los llamados a las víctimas solían hacerse de noche, con la excusa de un familiar accidentado o detenido, que rápidamente derivaba en un secuestro.
El delincuente que llamaba exigía a su víctima dinero o joyas, mientras montaba junto a sus cómplices escenas de gritos y llantos como si estuviese poniéndole el micrófono a la supuesta victima.
"Hubo un enfrentamiento, en este momento se encuentran atados de pies y manos, con una pistola en la cabeza, ¿comprendés la palabra secuestro?", es una de las frases con la que uno de los delincuentes inició un diálogo con su víctima, a quien le dijo que su hija y el novio estaban cautivos, según consta en una escucha telefónica incorporada a la causa, a la que accedió Télam.
"Quiero que pongas los pies en la tierra, sos la única persona que les vas a salvar la vida, ¿entendés.? Esto es simple madre, ¿vos querés volver a ver a tu hija con vida?", continúa la extorsión, hasta que le exige 30.000 dólares de rescate.
En general, las víctimas accedían a sacar a la vereda, dinero y joyas que podían reunir en ese momento, que eran retirados por uno de los delincuentes que pasaba a los pocos minutos por el lugar.
Los detenidos son dos hombres de 67 y 47 años y dos mujeres de 33 y 38, quienes fueron localizados en operativos realizados por efectivos de Investigaciones La Plata, que procuraban apresar a otros integrantes de la misma organización, entre ellos a un matrimonio de gitanos que lideraba las operaciones.
Durante los allanamientos, ordenados por la Justicia platense, la policía secuestró una carabina 22, una pistola 9 milímetros, joyas, dinero en efectivo y electrodomésticos, presumiblemente producto del pago por los secuestros virtuales que realizaban.
La investigación para desbaratar a la banda comenzó en octubre pasado con un caso que tuvo como víctima a una familia que vivía en el barrio privado El Lauquén Club de Campo, de San Vicente, que fue despojada de dinero por los secuestradores virtuales luego de hacerles creer por teléfono que un familiar había sufrido un accidente de tránsito.
Tras tareas de vigilancia y escuchas telefónicas, los pesquisas determinaron que la banda buscaba a sus víctimas en La Plata y San Vicente, aunque tenía sus bases de operaciones en Capital Federal y Munro,
Dos de los allanamientos realizados en Capital fueron en domicilios de Gordillo al 4000, del barrio porteño de Villa Real, y Marcos Sastre al 4400, de Monte Castro, mientras que la vivienda de Munro allanada está situada en Gervasio Méndez al 2200
Las fuentes informaron que en una de las casas de Capital se había montado el centro de operaciones desde donde se realizaban los llamados extorsivos, mientras que en la de Munro se reducían las joyas y se guardaba el dinero obtenido.
Los investigadores establecieron en base a elementos secuestrados que los detenidos intervinieron en 63 hechos de secuestros virtuales y no descartan que en realidad hayan cometido mucho más.
Los llamados a las víctimas solían hacerse de noche, con la excusa de un familiar accidentado o detenido, que rápidamente derivaba en un secuestro.
El delincuente que llamaba exigía a su víctima dinero o joyas, mientras montaba junto a sus cómplices escenas de gritos y llantos como si estuviese poniéndole el micrófono a la supuesta victima.
"Hubo un enfrentamiento, en este momento se encuentran atados de pies y manos, con una pistola en la cabeza, ¿comprendés la palabra secuestro?", es una de las frases con la que uno de los delincuentes inició un diálogo con su víctima, a quien le dijo que su hija y el novio estaban cautivos, según consta en una escucha telefónica incorporada a la causa, a la que accedió Télam.
"Quiero que pongas los pies en la tierra, sos la única persona que les vas a salvar la vida, ¿entendés.? Esto es simple madre, ¿vos querés volver a ver a tu hija con vida?", continúa la extorsión, hasta que le exige 30.000 dólares de rescate.
En general, las víctimas accedían a sacar a la vereda, dinero y joyas que podían reunir en ese momento, que eran retirados por uno de los delincuentes que pasaba a los pocos minutos por el lugar.