Un encuentro confuso con Jornada en Leleque

Integrantes de la comunidad mapuche abordaron a un periodista y un fotógrafo de Jornada, les quitaron sus pertenencias para revisarlas, los requisaron y luego se las devolvieron. Luego de ese episodio accedieron a dar una entrevista.

20 AGO 2015 - 9:08 | Actualizado

Al llegar pasadas las 13.30 al lugar donde desde el 14 de marzo hay una toma de tierras de los Benetton a manos de comunidades mapuches, el periodista Antonio Sayavedra y el fotógrafo Atilio Ortiz detuvieron el móvil de Jornada y a unos 50 metros, detrás del cerco, de una casilla salieron tres hombres encapuchados que caminaron hacia la orilla del campo, con dos perros, con la intención de hablar con los periodistas, que bajaron del auto para encontrarse en el alambrado.

Tras no más de dos minutos de conversación, y ante el pedido de una entrevista para conocer su situación, respondieron que volverían a conversarlo con su comunidad para decidirlo. Dos de ellos regresaron a comentar el pedido del diario, y el tercero quedó intercambiando palabras tranquilas, como que mucha gente los visita, incluidos turistas que pasan y se solidarizan, y hasta contó que aún no nació un bebé en el lugar pero sí hay varios niños.

De repente se acercó un grupo de al menos 8 personas, también encapuchadas y con bolsas con piedras colgando de sus ropas, para el uso de la gomera. Al llegar al cerco sólo dos dieron la mano a los periodistas. Tres permanecieron del lado del campo, y el resto saltó el alambrado y rodeó a los periodistas, exhibiendo un machete de 60 centímetros de hoja.

Uno le dijo al periodista que le daría la nota pero antes ordenó a otro despojarlo de su grabador digital y su celular, además de requisarlo minuciosamente. Al fotógrafo le sacaron la cámara, todo según ellos para revisarlos y que no hubiera nada raro.

Luego los interrogaron acerca de su trabajo, si lo hacen en relación de dependencia o en qué condiciones, y reprocharon que Jornada hace tiempo que escribe columnas en su contra, lo que fue replicado por el periodista diciéndoles que el diario refleja lo que sucede de manera objetiva.

Preguntaron entonces qué queríamos hacer y a la respuesta de que sólo se pretendía tener su testimonio, asintieron e incluso invitaron a Sayavedra y Ortiz pasaran al interior del terreno para matear y dialogar. Los cronistas contestaron que estaba con el tiempo justo, y que se haría sólo la nota. El grueso del grupo se retiró, y quedaron tres para conversar con Jornada, luego de devolver los equipos. Aceptaron fotos pero a la distancia y de espaldas.

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20 AGO 2015 - 9:08

Al llegar pasadas las 13.30 al lugar donde desde el 14 de marzo hay una toma de tierras de los Benetton a manos de comunidades mapuches, el periodista Antonio Sayavedra y el fotógrafo Atilio Ortiz detuvieron el móvil de Jornada y a unos 50 metros, detrás del cerco, de una casilla salieron tres hombres encapuchados que caminaron hacia la orilla del campo, con dos perros, con la intención de hablar con los periodistas, que bajaron del auto para encontrarse en el alambrado.

Tras no más de dos minutos de conversación, y ante el pedido de una entrevista para conocer su situación, respondieron que volverían a conversarlo con su comunidad para decidirlo. Dos de ellos regresaron a comentar el pedido del diario, y el tercero quedó intercambiando palabras tranquilas, como que mucha gente los visita, incluidos turistas que pasan y se solidarizan, y hasta contó que aún no nació un bebé en el lugar pero sí hay varios niños.

De repente se acercó un grupo de al menos 8 personas, también encapuchadas y con bolsas con piedras colgando de sus ropas, para el uso de la gomera. Al llegar al cerco sólo dos dieron la mano a los periodistas. Tres permanecieron del lado del campo, y el resto saltó el alambrado y rodeó a los periodistas, exhibiendo un machete de 60 centímetros de hoja.

Uno le dijo al periodista que le daría la nota pero antes ordenó a otro despojarlo de su grabador digital y su celular, además de requisarlo minuciosamente. Al fotógrafo le sacaron la cámara, todo según ellos para revisarlos y que no hubiera nada raro.

Luego los interrogaron acerca de su trabajo, si lo hacen en relación de dependencia o en qué condiciones, y reprocharon que Jornada hace tiempo que escribe columnas en su contra, lo que fue replicado por el periodista diciéndoles que el diario refleja lo que sucede de manera objetiva.

Preguntaron entonces qué queríamos hacer y a la respuesta de que sólo se pretendía tener su testimonio, asintieron e incluso invitaron a Sayavedra y Ortiz pasaran al interior del terreno para matear y dialogar. Los cronistas contestaron que estaba con el tiempo justo, y que se haría sólo la nota. El grueso del grupo se retiró, y quedaron tres para conversar con Jornada, luego de devolver los equipos. Aceptaron fotos pero a la distancia y de espaldas.


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