Reutilizan semillas de algodón para restaurar obras de arte

El Centro Celulosa y Papel del Instituto Nacional de Tecnología Industrial desarrolló un procedimiento que permite transformar un residuo industrial en un insumo para la restauración de obras de arte y en la fabricación de alimentos y medicamentos.

24 AGO 2015 - 10:13 | Actualizado 30 SEP 2022 - 9:34

En un comunicado, el INTI informó que desarrolló un procedimiento para transformar el residuo generado por la limpieza química de las semillas de algodón -contaminante para el ambiente- en celulosa microcristalina neutra para su reutiliización.

La producción de celulosa microcristalina a partir de un residuo del algodón permitirá sustituir la importación de este producto, utilizado tanto en restauración como para la fabricación de alimentos y medicamentos.

Durante la cosecha de algodón los productores no sólo separan las fibras de la planta para la industria textil, sino también limpian las semillas para utilizarlas en aceites o en nuevas siembras.

Especialistas del INTI desarrollaron un procedimiento para generar celulosa microcristalina a partir del residuo que se genera de la limpieza química de las semillas, conocido como linter ácido.

“Las características que posee la celulosa de algodón son muy valoradas por los especialistas en restauración, por su estabilidad temporal y sus propiedades óptimas como material de reconstitución”, explica Marcelo Novaresi, coordinador del Área de Procesos y Ensayos Especiales del Centro Celulosa y Papel del INTI.

El producto tiene una gran aptitud para la restitución de faltantes en obras realizadas en madera, papel o pinturas gracias a su consistencia, finura, compactado, acabado y a su persistencia en el tiempo.

El producto ha sido probado en la restauración de obras del patrimonio cultural realizadas con materiales a base de celulosa —como madera, papel o pintura— con un alto rendimiento.

A futuro, se prevé aplicarlo en otros sectores que actualmente importan celulosa microcristalina: en la industria alimenticia que la emplea para darle cuerpo a productos dietéticos (como flanes o helados) y en la fabricación de medicamentos farmacéuticos que la utilizan, principalmente, para la compactación de pastillas.

“La tecnología está disponible para ser transferida, con la ventaja que permitirá no sólo reducir el impacto ambiental de la industria algodonera sino también sustituir la importación de un producto con una amplia demanda industrial”, concluye Novaresi.

Además se alinea con las acciones que se están implementando en el marco del Plan Estratégico Industrial 2020 del Ministerio de Industria para el sector textil y de indumentaria, que buscan promover una mayor integración de la cadena con agregación de valor, resguardar el mercado interno y sustituir importaciones.

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24 AGO 2015 - 10:13

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La producción de celulosa microcristalina a partir de un residuo del algodón permitirá sustituir la importación de este producto, utilizado tanto en restauración como para la fabricación de alimentos y medicamentos.

Durante la cosecha de algodón los productores no sólo separan las fibras de la planta para la industria textil, sino también limpian las semillas para utilizarlas en aceites o en nuevas siembras.

Especialistas del INTI desarrollaron un procedimiento para generar celulosa microcristalina a partir del residuo que se genera de la limpieza química de las semillas, conocido como linter ácido.

“Las características que posee la celulosa de algodón son muy valoradas por los especialistas en restauración, por su estabilidad temporal y sus propiedades óptimas como material de reconstitución”, explica Marcelo Novaresi, coordinador del Área de Procesos y Ensayos Especiales del Centro Celulosa y Papel del INTI.

El producto tiene una gran aptitud para la restitución de faltantes en obras realizadas en madera, papel o pinturas gracias a su consistencia, finura, compactado, acabado y a su persistencia en el tiempo.

El producto ha sido probado en la restauración de obras del patrimonio cultural realizadas con materiales a base de celulosa —como madera, papel o pintura— con un alto rendimiento.

A futuro, se prevé aplicarlo en otros sectores que actualmente importan celulosa microcristalina: en la industria alimenticia que la emplea para darle cuerpo a productos dietéticos (como flanes o helados) y en la fabricación de medicamentos farmacéuticos que la utilizan, principalmente, para la compactación de pastillas.

“La tecnología está disponible para ser transferida, con la ventaja que permitirá no sólo reducir el impacto ambiental de la industria algodonera sino también sustituir la importación de un producto con una amplia demanda industrial”, concluye Novaresi.

Además se alinea con las acciones que se están implementando en el marco del Plan Estratégico Industrial 2020 del Ministerio de Industria para el sector textil y de indumentaria, que buscan promover una mayor integración de la cadena con agregación de valor, resguardar el mercado interno y sustituir importaciones.


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