¿Economías regionales complicadas por un atraso cambiario?
El ex presidente del Inti (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), Enrique Martínez, señaló hoy que las dificultades de algunas producciones agropecuarias “no se deben a un atraso cambiario, ya que los mayores volúmenes se venden en el país, salvo las excepciones de la pera y la manzana”.
En cambio, Martínez vinculó los problemas de las economías regionales al peso de la intermediación del transporte, la industria y el comercio.
“Aquí hay una cadena montada de extracción de renta del productor, que hace que no tenga estímulos para producir y a la vez impacta en el precio al consumidor”, dijo a radio Del Plata el actual coordinador del Instituto para la Producción Popular del Movimiento Evita.
Martínez recordó un trabajo comparativo con Estados Unidos, realizado durante su gestión en el Inti, que demostró el mayor grado de subordinación del productor local a la cadena que sigue.
“Y todavía hoy, no se justifica que el productor de manzana venda a 2 pesos el kilo en su provincia y la fruta se venda a 25 en Buenos Aires”, añadió.
“Otro ejemplo -ilustró- es el de la cebolla, que es claramente indicativo de la enorme intermediación y especulación que hay sobre el productor, el eslabón más débil de la cadena”.
“La única solución es que el Estado se convierta en comprador de última instancia: el Mercado Central puede revender luego los productos a precio justo y con un margen adecuado; con el sólo anuncio de intervención el mercado se regularía”, concluyó Martínez.
En cambio, Martínez vinculó los problemas de las economías regionales al peso de la intermediación del transporte, la industria y el comercio.
“Aquí hay una cadena montada de extracción de renta del productor, que hace que no tenga estímulos para producir y a la vez impacta en el precio al consumidor”, dijo a radio Del Plata el actual coordinador del Instituto para la Producción Popular del Movimiento Evita.
Martínez recordó un trabajo comparativo con Estados Unidos, realizado durante su gestión en el Inti, que demostró el mayor grado de subordinación del productor local a la cadena que sigue.
“Y todavía hoy, no se justifica que el productor de manzana venda a 2 pesos el kilo en su provincia y la fruta se venda a 25 en Buenos Aires”, añadió.
“Otro ejemplo -ilustró- es el de la cebolla, que es claramente indicativo de la enorme intermediación y especulación que hay sobre el productor, el eslabón más débil de la cadena”.
“La única solución es que el Estado se convierta en comprador de última instancia: el Mercado Central puede revender luego los productos a precio justo y con un margen adecuado; con el sólo anuncio de intervención el mercado se regularía”, concluyó Martínez.