La economía de Brasil entró en recesión
Brasil entró oficialmente en recesión en el segundo trimestre del año al caer el Producto Interno Bruto (PIB) 1,9 por ciento en relación con los tres primeros meses, y acumular su economía dos trimestres seguidos de contracción.
En la comparación interanual ese descenso de la economía para el segundo semestre fue del 2,6 %, según los datos difundidos hoy por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
De modo que para el primer semestre, el Producto Interior Bruto acumula un descenso del 2,1% y en los doce meses cerrados en junio pasado la caída alcanza el 1,2 por ciento, consignó la agencia de noticias EFE.
El estancamiento de la economía brasileña se debe principalmente a una abrupta caída de la inversión, del orden del 8,1% respecto del primer trimestre, y a un descenso del 2,1% del consumo interno, mientras que el gasto público se expandió 0,7 por ciento.
Para corregir el desequilibrio en las cuentas públicas con que terminó en 2014, el gobierno de Dilma Rousseff dispuso un recorte de gastos, un aumento de los impuestos y la restricción del acceso al crédito, medidas que sumadas al aumento de la inflación, la suba de tasas y la pérdida de confianza en la economía, afectaron en los últimos meses la inversión y el consumo.
En este escenario, la industria perdió 4,3% respecto del primer trimestre del año, la agricultura 2,7% y los servicios se contrajeron 0,7 por ciento.
El PIB de Brasil avanzó el año pasado sólo 0,1 %, frente a la expansión del 2,7% registrada en 2013 y el crecimiento del 1% de 2012.
El Gobierno brasileño prevé que su economía se contraerá este año 1,49%, pero el mercado financiero calcula que el PIB caerá 2,06%, según una reciente encuesta del Banco Central.
En la comparación interanual ese descenso de la economía para el segundo semestre fue del 2,6 %, según los datos difundidos hoy por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
De modo que para el primer semestre, el Producto Interior Bruto acumula un descenso del 2,1% y en los doce meses cerrados en junio pasado la caída alcanza el 1,2 por ciento, consignó la agencia de noticias EFE.
El estancamiento de la economía brasileña se debe principalmente a una abrupta caída de la inversión, del orden del 8,1% respecto del primer trimestre, y a un descenso del 2,1% del consumo interno, mientras que el gasto público se expandió 0,7 por ciento.
Para corregir el desequilibrio en las cuentas públicas con que terminó en 2014, el gobierno de Dilma Rousseff dispuso un recorte de gastos, un aumento de los impuestos y la restricción del acceso al crédito, medidas que sumadas al aumento de la inflación, la suba de tasas y la pérdida de confianza en la economía, afectaron en los últimos meses la inversión y el consumo.
En este escenario, la industria perdió 4,3% respecto del primer trimestre del año, la agricultura 2,7% y los servicios se contrajeron 0,7 por ciento.
El PIB de Brasil avanzó el año pasado sólo 0,1 %, frente a la expansión del 2,7% registrada en 2013 y el crecimiento del 1% de 2012.
El Gobierno brasileño prevé que su economía se contraerá este año 1,49%, pero el mercado financiero calcula que el PIB caerá 2,06%, según una reciente encuesta del Banco Central.