Barack Obama logró apoyo clave para el acuerdo con Irán

El presidente de EEUU se aseguró hoy una gran victoria en política exterior al lograr apoyo del Partido Demócrata en el Senado para la ratificación parlamentaria del histórico acuerdo nuclear con Irán pese a la tenaz resistencia de los republicana y de Israel.

Triple Play. El líder democráta obtuvo un respaldo importantísimo para la candidatura de Hillary Clinton, para Medio Oriente y el mundo.
02 SEP 2015 - 17:19 | Actualizado

La balanza se volcó hacia Obama cuando Barbara Mikulski, senadora por el estado de Maryland, anunció su apoyo al acuerdo, alcanzando así los 34 cruciales votos.

Ahora, los republicanos no podrán obtener los votos necesarios para invalidar el veto que Obama prometió que impondría a cualquier legislación que se oponga al pacto con Teherán.

"Ningún acuerdo es perfecto, especialmente uno negociado con el régimen iraní", dijo Mikulski en un comunicado donde calificó el pacto "la mejor opción disponible para impedir que Irán tenga una bomba nuclear".

"Por estas razones, votaré a favor del acuerdo", agregó la senadora, citada por la cadena CNN.

La definición de Mikulski siguió al pronunciamiento, horas antes, de los senadores Bob Casey y Chris Coons, otros dos demócratas que también dijeron que respaldarán el acuerdo con Irán en la votación prevista en el Congreso para mediados de este mes.

Con 34 senadores demócratas del lado de Obama, los republicanos ya no podrán aglutinar los 67 votos a favor de una resolución en contra del pacto iraní que necesitan para esquivar el veto presidencial.

No obstante, es probable que los republicanos del Senado consigan una mayoría simple de 60 votos a favor de esa resolución que obligue a Obama a usar su derecho de veto.

Dentro del núcleo duro demócrata en el Senado, solo uno de sus líderes, el senador Chuck Schumer, expresó su rechazo al pacto con Irán, un "no" emulado por el hispano Robert Menendez, gran defensor del gobierno israelí.

El apoyo de Mikulski también condena al fracaso los esfuerzos hechos por Israel y por los grupos de presión judíos de Estados Unidos, que gastaron millones de dólares en una campaña contra el acuerdo y que habían buscado frustrarlo poniendo al Congreso en su contra.

El acuerdo, firmado por Irán, Estados Unidos y otras cinco potencias en julio pasado en Viena tras dos años de negociaciones, limita el programa atómico iraní a cambio de un levantamiento de sanciones que implica el desbloqueo de miles de millones de dólares en activos congelados a Teherán alrededor del mundo.

Los republicanos y funcionarios de Israel argumentan que las concesiones hechas a Irán le permitirán adquirir una armas atómicas y extender su influencia por todo Medio Oriente.

Tras el respaldo de Mikulski, sus reacciones no se hicieron esperar.

"Obligar a un mal acuerdo, pese a las objeciones del pueblo estadounidense y una mayoría en el Congreso, no es una victoria para el presidente Obama", consideró Cory Fritz, portavoz del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner.

"La Casa Blanca puede haber convencido a suficientes demócratas para respaldar un acuerdo que legitima el programa nuclear de Irán, confía en el régimen para hacer sus propias inspecciones y ofrece amnistía a los terroristas, pero este acuerdo está lejos de ser implementado", aseveró Fritz.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien este año viajó a Estados Unidos y desató el enojo de Obama por criticar el acuerdo en un discurso ante el Congreso en Washington, continuará "luchando" contra el acuerdo, dijo un vocero de su oficina en Jerusalén.

Marshall Wittmann, vocero del lobby pro israelí AIPAC, dijo que su grupo también mantendrá su campaña contra el pacto.

Asimismo, el senador republicano y precandidato presidencial Marco Rubio recordó que aunque Obama pueda ejercer su derecho al veto, los demócratas no tienen los votos suficientes para rechazar la resolución contraria al pacto, y la mayoría del Congreso votará en contra del mismo.

"Pero si soy presidente de Estados Unidos, en mi primer día en el cargo, revocaremos lo que el presidente está haciendo. Volveremos a imponer sanciones y, de hecho, pediré al Congreso que las aumente y ejerceremos de nuevo una creíble amenaza con nuestra fuerza militar", aseguró Rubio.

Consciente de que se avecina una dura batalla dialéctica con los republicanos hasta el 17 de septiembre, cuando vence el plazo para que el Congreso evalúe y vote el acuerdo, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, ofreció hoy un discurso en defensa de la legitimidad y los efectos del tratado.

El jefe de la diplomacia estadounidense subrayó que tanto él como Obama están "convencidos" de que el acuerdo con Irán cumplirá los objetivos marcados, especialmente el de evitar que ese país pueda desarrollar una bomba atómica.

En su intervención en Filadelfia, que duró una hora, Kerry advirtió a los legisladores de que, si rechazan el acuerdo con Irán, se hará "responsable" a Washington de una crisis que "podía haberse evitado" y "el mundo culpará a Estados Unidos" si Teherán decide entonces embarcarse en el desarrollo de un arma nuclear.

"He tenido el privilegio de servir a nuestro país en tiempos de paz y en tiempos de guerra. Y la paz es mejor", concluyó Kerry, veterano de Vietnam.

En la recta final de su último mandato, percatado del peso que el acuerdo con Irán podría tener en su legado, Obama se involucró personalmente en una campaña para tratar de que el Congreso de su país avale el acuerdo "basándose en los hechos y no en la política".

El mes pasado, en el que se considera su discurso más elaborado y extenso sobre el tema, Obama alertó al Congreso de que rechazar el acuerdo nuclear con Irán sería el peor error desde la invasión de Irak y llevaría a "otra guerra" o a una carrera armamentística en Medio Oriente.

Triple Play. El líder democráta obtuvo un respaldo importantísimo para la candidatura de Hillary Clinton, para Medio Oriente y el mundo.
02 SEP 2015 - 17:19

La balanza se volcó hacia Obama cuando Barbara Mikulski, senadora por el estado de Maryland, anunció su apoyo al acuerdo, alcanzando así los 34 cruciales votos.

Ahora, los republicanos no podrán obtener los votos necesarios para invalidar el veto que Obama prometió que impondría a cualquier legislación que se oponga al pacto con Teherán.

"Ningún acuerdo es perfecto, especialmente uno negociado con el régimen iraní", dijo Mikulski en un comunicado donde calificó el pacto "la mejor opción disponible para impedir que Irán tenga una bomba nuclear".

"Por estas razones, votaré a favor del acuerdo", agregó la senadora, citada por la cadena CNN.

La definición de Mikulski siguió al pronunciamiento, horas antes, de los senadores Bob Casey y Chris Coons, otros dos demócratas que también dijeron que respaldarán el acuerdo con Irán en la votación prevista en el Congreso para mediados de este mes.

Con 34 senadores demócratas del lado de Obama, los republicanos ya no podrán aglutinar los 67 votos a favor de una resolución en contra del pacto iraní que necesitan para esquivar el veto presidencial.

No obstante, es probable que los republicanos del Senado consigan una mayoría simple de 60 votos a favor de esa resolución que obligue a Obama a usar su derecho de veto.

Dentro del núcleo duro demócrata en el Senado, solo uno de sus líderes, el senador Chuck Schumer, expresó su rechazo al pacto con Irán, un "no" emulado por el hispano Robert Menendez, gran defensor del gobierno israelí.

El apoyo de Mikulski también condena al fracaso los esfuerzos hechos por Israel y por los grupos de presión judíos de Estados Unidos, que gastaron millones de dólares en una campaña contra el acuerdo y que habían buscado frustrarlo poniendo al Congreso en su contra.

El acuerdo, firmado por Irán, Estados Unidos y otras cinco potencias en julio pasado en Viena tras dos años de negociaciones, limita el programa atómico iraní a cambio de un levantamiento de sanciones que implica el desbloqueo de miles de millones de dólares en activos congelados a Teherán alrededor del mundo.

Los republicanos y funcionarios de Israel argumentan que las concesiones hechas a Irán le permitirán adquirir una armas atómicas y extender su influencia por todo Medio Oriente.

Tras el respaldo de Mikulski, sus reacciones no se hicieron esperar.

"Obligar a un mal acuerdo, pese a las objeciones del pueblo estadounidense y una mayoría en el Congreso, no es una victoria para el presidente Obama", consideró Cory Fritz, portavoz del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner.

"La Casa Blanca puede haber convencido a suficientes demócratas para respaldar un acuerdo que legitima el programa nuclear de Irán, confía en el régimen para hacer sus propias inspecciones y ofrece amnistía a los terroristas, pero este acuerdo está lejos de ser implementado", aseveró Fritz.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien este año viajó a Estados Unidos y desató el enojo de Obama por criticar el acuerdo en un discurso ante el Congreso en Washington, continuará "luchando" contra el acuerdo, dijo un vocero de su oficina en Jerusalén.

Marshall Wittmann, vocero del lobby pro israelí AIPAC, dijo que su grupo también mantendrá su campaña contra el pacto.

Asimismo, el senador republicano y precandidato presidencial Marco Rubio recordó que aunque Obama pueda ejercer su derecho al veto, los demócratas no tienen los votos suficientes para rechazar la resolución contraria al pacto, y la mayoría del Congreso votará en contra del mismo.

"Pero si soy presidente de Estados Unidos, en mi primer día en el cargo, revocaremos lo que el presidente está haciendo. Volveremos a imponer sanciones y, de hecho, pediré al Congreso que las aumente y ejerceremos de nuevo una creíble amenaza con nuestra fuerza militar", aseguró Rubio.

Consciente de que se avecina una dura batalla dialéctica con los republicanos hasta el 17 de septiembre, cuando vence el plazo para que el Congreso evalúe y vote el acuerdo, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, ofreció hoy un discurso en defensa de la legitimidad y los efectos del tratado.

El jefe de la diplomacia estadounidense subrayó que tanto él como Obama están "convencidos" de que el acuerdo con Irán cumplirá los objetivos marcados, especialmente el de evitar que ese país pueda desarrollar una bomba atómica.

En su intervención en Filadelfia, que duró una hora, Kerry advirtió a los legisladores de que, si rechazan el acuerdo con Irán, se hará "responsable" a Washington de una crisis que "podía haberse evitado" y "el mundo culpará a Estados Unidos" si Teherán decide entonces embarcarse en el desarrollo de un arma nuclear.

"He tenido el privilegio de servir a nuestro país en tiempos de paz y en tiempos de guerra. Y la paz es mejor", concluyó Kerry, veterano de Vietnam.

En la recta final de su último mandato, percatado del peso que el acuerdo con Irán podría tener en su legado, Obama se involucró personalmente en una campaña para tratar de que el Congreso de su país avale el acuerdo "basándose en los hechos y no en la política".

El mes pasado, en el que se considera su discurso más elaborado y extenso sobre el tema, Obama alertó al Congreso de que rechazar el acuerdo nuclear con Irán sería el peor error desde la invasión de Irak y llevaría a "otra guerra" o a una carrera armamentística en Medio Oriente.


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