FAO proyecta mayor producción de alimentos argentinos

La fortaleza del dólar motivará este año a los agricultores de países como Brasil y la Argentina a seguir produciendo más alimentos básicos a pesar de la bajada de los precios internacionales de esos productos, según la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

11 ENE 2016 - 13:51 | Actualizado

El economista de la FAO Abdolreza Abbassian explicó hoy a la agencia de noticias EFE que esta "particular" caída moderada de los precios (que en 2015 sumó su cuarto año consecutivo) ocurre en medio de una situación macroeconómica "muy impredecible y volátil" que está afectando a los tipos de cambio.

A diferencia de hace unas décadas, cuando los alimentos comercializados a nivel internacional procedían de unos pocos países desarrollados, actualmente una gran parte se produce en naciones como Brasil, Argentina, Rusia o Ucrania.

"El impacto en los tipos de cambio lleva a neutralizar el descenso en dólares de los precios de los alimentos", aseguró Abbassian, que puso de ejemplo el caso del agricultor brasileño incentivado a producir más al ver que los precios caen en dólares pero no en su moneda local, el real.

"Las divisas de Brasil y Argentina estarán bajo presión y devaluadas, lo que significa que los productores tienen perspectivas de expandir la producción y exportar más. Las víctimas serán los agricultores estadounidenses, que tienen que competir con los demás, mientras que el mar Negro va a tener buenas cosechas", detalló.

Esta situación supone a nivel mundial un aumento de los suministros y excedentes de productos básicos, añadiendo una mayor presión a los precios calculados en dólares, aunque de forma limitada, según el experto.

La apreciación del dólar también está haciendo que la caída de los precios no se note mucho en los países consumidores e importadores netos de alimentos como, por ejemplo, en África, afirmó.

Abbassian consideró que las perspectivas varían en función de los contextos locales y alertó de la sequía que sufre Sudáfrica, que está reduciendo su producción y causando subidas en precios como el del maíz blanco, con repercusiones negativas para los países vecinos compradores.

Descartó que el fenómeno de El Niño vaya a condicionar demasiado los precios internacionales aunque haya zonas concretas que puedan verse afectadas por las sequías e inundaciones, que se prevén más fuertes que otras veces a lo largo de este año.

Por productos, la mayor demanda para uso industrial del azúcar y los aceites vegetales en algunos países podría influir en un incremento de sus precios, a su juicio.

El economista agregó que se espera que el precio de la soja baje por las grandes reservas y que habrá que estar pendiente de posibles cambios en la política y la demanda doméstica de China, que mantiene niveles récord de producción de maíz, comprándoselo a sus agricultores para que no abandonen las tierras, y que ha aumentado las importaciones de otros granos.

Asimismo, la demanda del gigante asiático será determinante en los mercados del azúcar y los productos lácteos, aseveró Abbassian, para quien las posibles alteraciones de los precios de los alimentos podrían proceder sobre todo de factores externos como el tipo de cambio o el precio del petróleo.

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11 ENE 2016 - 13:51

El economista de la FAO Abdolreza Abbassian explicó hoy a la agencia de noticias EFE que esta "particular" caída moderada de los precios (que en 2015 sumó su cuarto año consecutivo) ocurre en medio de una situación macroeconómica "muy impredecible y volátil" que está afectando a los tipos de cambio.

A diferencia de hace unas décadas, cuando los alimentos comercializados a nivel internacional procedían de unos pocos países desarrollados, actualmente una gran parte se produce en naciones como Brasil, Argentina, Rusia o Ucrania.

"El impacto en los tipos de cambio lleva a neutralizar el descenso en dólares de los precios de los alimentos", aseguró Abbassian, que puso de ejemplo el caso del agricultor brasileño incentivado a producir más al ver que los precios caen en dólares pero no en su moneda local, el real.

"Las divisas de Brasil y Argentina estarán bajo presión y devaluadas, lo que significa que los productores tienen perspectivas de expandir la producción y exportar más. Las víctimas serán los agricultores estadounidenses, que tienen que competir con los demás, mientras que el mar Negro va a tener buenas cosechas", detalló.

Esta situación supone a nivel mundial un aumento de los suministros y excedentes de productos básicos, añadiendo una mayor presión a los precios calculados en dólares, aunque de forma limitada, según el experto.

La apreciación del dólar también está haciendo que la caída de los precios no se note mucho en los países consumidores e importadores netos de alimentos como, por ejemplo, en África, afirmó.

Abbassian consideró que las perspectivas varían en función de los contextos locales y alertó de la sequía que sufre Sudáfrica, que está reduciendo su producción y causando subidas en precios como el del maíz blanco, con repercusiones negativas para los países vecinos compradores.

Descartó que el fenómeno de El Niño vaya a condicionar demasiado los precios internacionales aunque haya zonas concretas que puedan verse afectadas por las sequías e inundaciones, que se prevén más fuertes que otras veces a lo largo de este año.

Por productos, la mayor demanda para uso industrial del azúcar y los aceites vegetales en algunos países podría influir en un incremento de sus precios, a su juicio.

El economista agregó que se espera que el precio de la soja baje por las grandes reservas y que habrá que estar pendiente de posibles cambios en la política y la demanda doméstica de China, que mantiene niveles récord de producción de maíz, comprándoselo a sus agricultores para que no abandonen las tierras, y que ha aumentado las importaciones de otros granos.

Asimismo, la demanda del gigante asiático será determinante en los mercados del azúcar y los productos lácteos, aseveró Abbassian, para quien las posibles alteraciones de los precios de los alimentos podrían proceder sobre todo de factores externos como el tipo de cambio o el precio del petróleo.


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