Obama habla en el Capitolio con una aprobación del 46 por ciento

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llega esta noche a su último discurso del Estado de la Unión ante las dos cámaras del Congreso con un 46% de popularidad, una aprobación superior a la de su predecesor George W. Bush, pero inferior a la que tuvieron los aún reivindicados, Bill Clinton y Ronald Reagan.

Mejor considerado que George W, pero no tan recordado como Bill Clinton.
12 ENE 2016 - 14:38 | Actualizado

Los estadounidenses están divididos en su evaluación de los ocho años de gobierno de Obama: un 46% concluyó que el balance es positivo, mientras que un 47% lo consideró negativo, según un sondeo de la cadena CBS y el New York Times publicado hoy y citado por la agencia de noticias EFE.

La polarización representa una mejoría con respecto al último año del ex presidente Bush hijo, quien al momento de dar su último discurso del Estado de la Unión frente al Congreso nacional, menos de un 30% de los ciudadanos lo apoyaban. La mayoría, en cambio, cuestionaba su década de guerras en Medio Oriente y la incipiente crisis económica que ya se comenzaba a sentir en las calles.

Esta noche, a las 21 (23 hora argentina), Obama caminará por el pasillo principal de la Cámara de los Representantes como presidente de la nación por última vez para dar su discurso del Estado de la Unión frente a los diputados y senadores del país.

Aunque en general el discurso presidencial se mantiene en secreto, los medios locales pronostican que Obama hablará de la llamada lucha contra el terrorismo, inmigración, la crisis de refugiados y el debate por el control de armas, que dará lugar a uno de los detalles políticos de la noche.

Horas antes de dirigirse al Congreso, Obama dio una entrevista a la cadena de noticias NBC y bromeó sobre la posibilidad de que el favorito de la oposición republicana, el xenófobo y polémico empresario Donald Trump, dé el próximo discurso del Estado de la Unión.

El mandatario aseguró que sólo se imagina a Trump frente al Congreso en un sketch del programa cómico Saturday Night Live, aunque segundos después se puso serio y advirtió: "A ver, todo es posible. Y creo que no debemos ser complacientes. Creo que todo el mundo debe trabajar duro".

El mandatario no dudó en atacar al multimillonario.

"Propone soluciones simplistas y lo que hace es buscar chivos expiatorios, pero estoy bastante seguro de que una muy amplia mayoría de estadounidenses quiere el tipo de políticas que alimentan nuestras esperanzas y no nuestros miedos, que nos ponen a trabajar juntos y no intentan dividirnos", aseguró.

En el palco de invitados especiales que todos los años lidera la Primera Dama, en este caso Michelle Obama, habrá un asiento vacío “por las víctimas de la violencia de armas que no tienen más voz”, según informó la Casa Blanca.

El detalle, llega una semana después de que el jefe de Estado decretara medidas para frenar la violencia causada por armas de fuego que por año deja un saldo de 30 mil muertes en los Estados Unidos.

El palco de la Primera Dama contará además con un grupo diverso de invitados que buscarán representar “el progreso” realizado por Obama en los últimos siete años, según adelantaron desde el gobierno.

Allí estarán, entre otros, Refaai Hamo, un refugiado sirio recién arribado al país; Ryan Reyes, un activista surgido tras el ataque terrorista en San Bernardino, California, que lucha contra la discriminación y el odio; y Oscar Vazquez, un inmigrante mexicano que, tras llegar de pequeño y destacarse en sus estudios, logró recientemente la residencia legal.

La otra apostilla política de la noche estará dada por el senador de Texas y precandidato presidencial por el partido republicano, Ted Cruz, quien será el gran ausente con aviso, tras decidir no participar del discurso del Estado de la Unión.

En cambio se trasladará a New Hampshire para hacer campaña en uno de los Estados protagonistas de las elecciones primarias que comienzan el primero de febrero próximo. Cruz está segundo en las encuestas, aunque aún está lejos del favorito republicano, el empresario multimillonario Donald Trump.

La encargada de dar la tradicional respuesta de la oposición al discurso del presidente de la nación será Nikki Halley, gobernadora de Carolina del Sur y una de las estrellas republicanas que suena como posible candidata a vicepresidenta para las elecciones de noviembre próximo.

Mejor considerado que George W, pero no tan recordado como Bill Clinton.
12 ENE 2016 - 14:38

Los estadounidenses están divididos en su evaluación de los ocho años de gobierno de Obama: un 46% concluyó que el balance es positivo, mientras que un 47% lo consideró negativo, según un sondeo de la cadena CBS y el New York Times publicado hoy y citado por la agencia de noticias EFE.

La polarización representa una mejoría con respecto al último año del ex presidente Bush hijo, quien al momento de dar su último discurso del Estado de la Unión frente al Congreso nacional, menos de un 30% de los ciudadanos lo apoyaban. La mayoría, en cambio, cuestionaba su década de guerras en Medio Oriente y la incipiente crisis económica que ya se comenzaba a sentir en las calles.

Esta noche, a las 21 (23 hora argentina), Obama caminará por el pasillo principal de la Cámara de los Representantes como presidente de la nación por última vez para dar su discurso del Estado de la Unión frente a los diputados y senadores del país.

Aunque en general el discurso presidencial se mantiene en secreto, los medios locales pronostican que Obama hablará de la llamada lucha contra el terrorismo, inmigración, la crisis de refugiados y el debate por el control de armas, que dará lugar a uno de los detalles políticos de la noche.

Horas antes de dirigirse al Congreso, Obama dio una entrevista a la cadena de noticias NBC y bromeó sobre la posibilidad de que el favorito de la oposición republicana, el xenófobo y polémico empresario Donald Trump, dé el próximo discurso del Estado de la Unión.

El mandatario aseguró que sólo se imagina a Trump frente al Congreso en un sketch del programa cómico Saturday Night Live, aunque segundos después se puso serio y advirtió: "A ver, todo es posible. Y creo que no debemos ser complacientes. Creo que todo el mundo debe trabajar duro".

El mandatario no dudó en atacar al multimillonario.

"Propone soluciones simplistas y lo que hace es buscar chivos expiatorios, pero estoy bastante seguro de que una muy amplia mayoría de estadounidenses quiere el tipo de políticas que alimentan nuestras esperanzas y no nuestros miedos, que nos ponen a trabajar juntos y no intentan dividirnos", aseguró.

En el palco de invitados especiales que todos los años lidera la Primera Dama, en este caso Michelle Obama, habrá un asiento vacío “por las víctimas de la violencia de armas que no tienen más voz”, según informó la Casa Blanca.

El detalle, llega una semana después de que el jefe de Estado decretara medidas para frenar la violencia causada por armas de fuego que por año deja un saldo de 30 mil muertes en los Estados Unidos.

El palco de la Primera Dama contará además con un grupo diverso de invitados que buscarán representar “el progreso” realizado por Obama en los últimos siete años, según adelantaron desde el gobierno.

Allí estarán, entre otros, Refaai Hamo, un refugiado sirio recién arribado al país; Ryan Reyes, un activista surgido tras el ataque terrorista en San Bernardino, California, que lucha contra la discriminación y el odio; y Oscar Vazquez, un inmigrante mexicano que, tras llegar de pequeño y destacarse en sus estudios, logró recientemente la residencia legal.

La otra apostilla política de la noche estará dada por el senador de Texas y precandidato presidencial por el partido republicano, Ted Cruz, quien será el gran ausente con aviso, tras decidir no participar del discurso del Estado de la Unión.

En cambio se trasladará a New Hampshire para hacer campaña en uno de los Estados protagonistas de las elecciones primarias que comienzan el primero de febrero próximo. Cruz está segundo en las encuestas, aunque aún está lejos del favorito republicano, el empresario multimillonario Donald Trump.

La encargada de dar la tradicional respuesta de la oposición al discurso del presidente de la nación será Nikki Halley, gobernadora de Carolina del Sur y una de las estrellas republicanas que suena como posible candidata a vicepresidenta para las elecciones de noviembre próximo.


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