La polémica por la coparticipación puso otra vez a la minería en el tapete

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13 FEB 2016 - 21:48 | Actualizado

La necesidad de implementar un nuevo esquema de reparto de fondos públicos es una discusión que ya arrancó a nivel Nación-Provincias y esta semana tuvo su correlato local: Provincia-municipios.

En ambos casos, el tema se instaló con polémicas. Es que a la hora de repartir siempre hay ganadores y perdedores. Y antes de empezar el reparto los que pueden llegar a perder, patalean. Esto es más viejo que el mundo pero igual de inevitable.

El anuncio que hizo el ministro coordinador, Víctor Cisterna, sobre la necesidad de empezar a debatir el tema de una nueva ley de Coparticipación de fondos a los municipios le trajo un dolor de cabeza.

Tal vez porque no se expresó bien o porque lo entendieron mal, la posibilidad de que Comodoro Rivadavia, el mayor municipio de la provincia, deba resignar recursos puso a Cisterna en aprietos.

Rápido para salir de los entuertos, el jefe de Gabinete aclaró que jamás había dicho semejante cosa. “Lo que dije es que se debe aplicar un principio de solidaridad de todos los municipios y el Estado provincial”.

El gobernador Mario Das Neves le pidió a su equipo más cercano una nueva ley de Coparticipación con dos ejes fundamentales: equidad y solidaridad. En épocas de vacas flacas, la equidad será más sencilla de conseguir pero la “solidaridad” sólo la podrán tener aquellos municipios que se han visto más beneficiados en los últimos tiempos. Y Comodoro ha sido el más beneficiado.

La argumentación del Gobierno es cruda pero certera: hay que ser solidarios para que la provincia esté equitativamente desarrollada y en el esquema de reparto habrá que incorporar nuevos elementos, más allá de la población. “Si no, parece que sólo aportamos más donde hay más gente, que es razonable, pero vamos en contra de las ciudades de poca población”, dijo Cisterna.

Linares, prominero

Las palabras del ministro coordinador generaron dudas y respuestas defensivas desde varios sectores de la ciudad petrolera. El intendente Carlos Linares, que suele no callarse nada, tomó el tema con mucha cautela y eligió poner rápidamente la pelota del otro lado de la cancha: “Acá hay que empezar a hablar de minería nuevamente, porque le otorgaría a la Provincia los recursos que hoy no tiene.”

Linares, con bastante sentido común, cree que para repartir la Coparticipación de manera más equitativa y solidaria hay que engrosar los ingresos que después se coparticipan. Y la única manera de que el Estado provincial recaude más fondos que hoy no tiene, en una época con el barril de petróleo por el suelo, es desarrollando otras opciones productivas.

La minería es un tema tabú en Chubut y el gobernador Das Neves lo había bajado de la agenda pública desde un primer momento. Pero desde el principal municipio de la Provincia, ese al que le pedirán que sea más solidario a la hora de repartir los ingresos, se lo volvieron a poner en primera fila. Si quieren discutir la Coparticipación, discutamos todo, dicen en Comodoro.

¿Más o mejores policías?

La sucesión de hechos delictivos en los que están involucrados efectivos de la Policía del Chubut puso otra vez sobre el tapete la discusión sobre si el problema de la inseguridad se resuelve con más policías o mejores policías. La respuesta es casi obvia.

Hoy en Chubut hay unos 4.500 efectivos policiales, de los cuales sólo 3.000 están destinados a la seguridad en las calles. La cifra total no parece desdeñable pero el análisis se desvirtúa cuando se evalúa el nivel de preparación de esas fuerzas policiales.

Si a este déficit se le suma un nivel salarial comparativamente bajo con otros sectores de la Administración Pública o de la Justicia, por ejemplo, la combinación es letal.

Las raíces de la inseguridad que nuca se va y vuelve de tanto en tanto en olas que aumentan la preocupación de los ciudadanos –los cuantiosos robos de esta semana a una tienda de Trelew y a otra de Gaiman sacudieron otra vez a la comunidad- hay que buscarlas en lo más profundo de la degradación social, económica, educativa e institucional de la Provincia.

La crisis de la inseguridad no es de hoy ni la generó el actual Gobierno. Pero toda la clase política que ha sido parte del manejo institucional de la provincia en los últimos 30 años tiene una cuota parte de responsabilidad por no haber impulsado medidas para controlar el tema.

Sumar policías a cualquier precio ha sido un error en el que han caído todos los gobiernos. Haber bajado el nivel de exigencias para el ingreso de personal y sacarlos cada vez más rápido a las calles con un arma para dar respuesta a las demandas de la sociedad, ha sido otro error imperdonable.

Por eso no sorprende que cada vez haya más casos de policías involucrados en hechos delictivos, principalmente en Trelew. Y vale la pena recordar que hace tres años, un exjefe de la Escuela de Cadetes de Puerto Madryn –en donde se forma a los futuros policías- fue condenado por liderar una banda de poliladrones.

De ahí para abajo, nada puede sorprender.

El desafío de Ale

Para controlar la inseguridad y ordenar el frente en al Policía del Chubut, el gobernador Das Neves apeló a un viejo zorro de estas lides, Juan Luis Ale, que ya fue antes seis años jefe de la cúpula policial.

A Ale le falta pelo pero le sobran mañas para enfrentar el frente interno, al que deberá ordenar para que la lucha contra la inseguridad no arranque por el camino equivocado.

Ale descabezó a buena parte de la cúpula que había llegado en diciembre con el fallido Ricardo Hughes y llevó a su lado a Elvio González, un comisario con mucha experiencia en Trelew pero con pocos amigos entre sus pares.

Estos, dicen, explica que una veintena de comisarios habría pedido el pase a retiro. El vocero de los enojados fue el comisario Héctor Quisle, quien esta semana hizo declaraciones a una radio de Comodoro ventilando el mar de fondo en la Policía.

Quisle cuestionó los “desmanejos y maltratos” de Ale. Muchos recordaron que es el mismo Quisle que fue por pocos días jefe de la Unidad Regional Trelew apenas asumió Hughes, y la ola de robos en la ciudad terminó por hacerlo rodar escaleras abajo.

El manejo de la Policía es clave para combatir la inseguridad. Si una parte de la tropa no está bien capacitada y los jefes piensan más en las internas palaciegas que en la seguridad de los ciudadanos, la lucha contra la delincuencia tendrá, como hasta ahora, resultados paupérrimos.

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13 FEB 2016 - 21:48

La necesidad de implementar un nuevo esquema de reparto de fondos públicos es una discusión que ya arrancó a nivel Nación-Provincias y esta semana tuvo su correlato local: Provincia-municipios.

En ambos casos, el tema se instaló con polémicas. Es que a la hora de repartir siempre hay ganadores y perdedores. Y antes de empezar el reparto los que pueden llegar a perder, patalean. Esto es más viejo que el mundo pero igual de inevitable.

El anuncio que hizo el ministro coordinador, Víctor Cisterna, sobre la necesidad de empezar a debatir el tema de una nueva ley de Coparticipación de fondos a los municipios le trajo un dolor de cabeza.

Tal vez porque no se expresó bien o porque lo entendieron mal, la posibilidad de que Comodoro Rivadavia, el mayor municipio de la provincia, deba resignar recursos puso a Cisterna en aprietos.

Rápido para salir de los entuertos, el jefe de Gabinete aclaró que jamás había dicho semejante cosa. “Lo que dije es que se debe aplicar un principio de solidaridad de todos los municipios y el Estado provincial”.

El gobernador Mario Das Neves le pidió a su equipo más cercano una nueva ley de Coparticipación con dos ejes fundamentales: equidad y solidaridad. En épocas de vacas flacas, la equidad será más sencilla de conseguir pero la “solidaridad” sólo la podrán tener aquellos municipios que se han visto más beneficiados en los últimos tiempos. Y Comodoro ha sido el más beneficiado.

La argumentación del Gobierno es cruda pero certera: hay que ser solidarios para que la provincia esté equitativamente desarrollada y en el esquema de reparto habrá que incorporar nuevos elementos, más allá de la población. “Si no, parece que sólo aportamos más donde hay más gente, que es razonable, pero vamos en contra de las ciudades de poca población”, dijo Cisterna.

Linares, prominero

Las palabras del ministro coordinador generaron dudas y respuestas defensivas desde varios sectores de la ciudad petrolera. El intendente Carlos Linares, que suele no callarse nada, tomó el tema con mucha cautela y eligió poner rápidamente la pelota del otro lado de la cancha: “Acá hay que empezar a hablar de minería nuevamente, porque le otorgaría a la Provincia los recursos que hoy no tiene.”

Linares, con bastante sentido común, cree que para repartir la Coparticipación de manera más equitativa y solidaria hay que engrosar los ingresos que después se coparticipan. Y la única manera de que el Estado provincial recaude más fondos que hoy no tiene, en una época con el barril de petróleo por el suelo, es desarrollando otras opciones productivas.

La minería es un tema tabú en Chubut y el gobernador Das Neves lo había bajado de la agenda pública desde un primer momento. Pero desde el principal municipio de la Provincia, ese al que le pedirán que sea más solidario a la hora de repartir los ingresos, se lo volvieron a poner en primera fila. Si quieren discutir la Coparticipación, discutamos todo, dicen en Comodoro.

¿Más o mejores policías?

La sucesión de hechos delictivos en los que están involucrados efectivos de la Policía del Chubut puso otra vez sobre el tapete la discusión sobre si el problema de la inseguridad se resuelve con más policías o mejores policías. La respuesta es casi obvia.

Hoy en Chubut hay unos 4.500 efectivos policiales, de los cuales sólo 3.000 están destinados a la seguridad en las calles. La cifra total no parece desdeñable pero el análisis se desvirtúa cuando se evalúa el nivel de preparación de esas fuerzas policiales.

Si a este déficit se le suma un nivel salarial comparativamente bajo con otros sectores de la Administración Pública o de la Justicia, por ejemplo, la combinación es letal.

Las raíces de la inseguridad que nuca se va y vuelve de tanto en tanto en olas que aumentan la preocupación de los ciudadanos –los cuantiosos robos de esta semana a una tienda de Trelew y a otra de Gaiman sacudieron otra vez a la comunidad- hay que buscarlas en lo más profundo de la degradación social, económica, educativa e institucional de la Provincia.

La crisis de la inseguridad no es de hoy ni la generó el actual Gobierno. Pero toda la clase política que ha sido parte del manejo institucional de la provincia en los últimos 30 años tiene una cuota parte de responsabilidad por no haber impulsado medidas para controlar el tema.

Sumar policías a cualquier precio ha sido un error en el que han caído todos los gobiernos. Haber bajado el nivel de exigencias para el ingreso de personal y sacarlos cada vez más rápido a las calles con un arma para dar respuesta a las demandas de la sociedad, ha sido otro error imperdonable.

Por eso no sorprende que cada vez haya más casos de policías involucrados en hechos delictivos, principalmente en Trelew. Y vale la pena recordar que hace tres años, un exjefe de la Escuela de Cadetes de Puerto Madryn –en donde se forma a los futuros policías- fue condenado por liderar una banda de poliladrones.

De ahí para abajo, nada puede sorprender.

El desafío de Ale

Para controlar la inseguridad y ordenar el frente en al Policía del Chubut, el gobernador Das Neves apeló a un viejo zorro de estas lides, Juan Luis Ale, que ya fue antes seis años jefe de la cúpula policial.

A Ale le falta pelo pero le sobran mañas para enfrentar el frente interno, al que deberá ordenar para que la lucha contra la inseguridad no arranque por el camino equivocado.

Ale descabezó a buena parte de la cúpula que había llegado en diciembre con el fallido Ricardo Hughes y llevó a su lado a Elvio González, un comisario con mucha experiencia en Trelew pero con pocos amigos entre sus pares.

Estos, dicen, explica que una veintena de comisarios habría pedido el pase a retiro. El vocero de los enojados fue el comisario Héctor Quisle, quien esta semana hizo declaraciones a una radio de Comodoro ventilando el mar de fondo en la Policía.

Quisle cuestionó los “desmanejos y maltratos” de Ale. Muchos recordaron que es el mismo Quisle que fue por pocos días jefe de la Unidad Regional Trelew apenas asumió Hughes, y la ola de robos en la ciudad terminó por hacerlo rodar escaleras abajo.

El manejo de la Policía es clave para combatir la inseguridad. Si una parte de la tropa no está bien capacitada y los jefes piensan más en las internas palaciegas que en la seguridad de los ciudadanos, la lucha contra la delincuencia tendrá, como hasta ahora, resultados paupérrimos.


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