"Creo que a 'Leo' le costó soltarse al principio del partido porque no podía responder el saque de su rival, pero cuando aflojó un poco el brazo y le encontró la vuelta a la devolución, sacó a relucir toda su categoría", comentó Orsanic, de 47 años, más relajado luego de la victoria final del equipo en la serie.
Mayer consiguió en el estadio Ergo Arena de la fría ciudad de Gdansk el punto que significó el triunfo argentino en la eliminatoria, al vencer al polaco Michal Przysiezny por 6-7 (4-7), 7-6 (7-4), 6-2 y 6-3 en dos horas y media de intenso partido.
Orsanic atendió a Télam en un pasillo del estadio, muy cerca del vestuario argentino en medio de un clima de fervor, con música de fondo y gritos propios de un éxito deportivo, y además de los elogios al correntino, se quejó por la extrema velocidad que presentó la superficie de madera acrílica del Ergo Arena.
"La velocidad de la cancha me tuvo intranquilo durante toda la semana y hablo ahora que ganamos la serie, si hubiéramos perdido sonaría a excusa. La rapidez no era la reglamentaria y me hubiera gustado que nos hubieran protegido un poco más", subrayó el conductor del equipo 'albiceleste'.
Es que la Federación Internacional de Tenis (ITF según las siglas en inglés) supervisó dos veces la cancha de madera con una pintura sintética encima, y el veredicto final fue que no reunía las condiciones reglamentarias, pero que solo cabía una sanción económica a Polonia y nada más.
La delegación argentina pretendía que la cancha reciba al menos una o dos manos más de pintura, ya que una sanción económica a los polacos no equilibraba la serie en el aspecto deportivo.
"No se respetaron las reglas y eso me mantuvo intranquilo porque esperaba otra cosa de la ITF. Entiendo que el local siempre tiene sus ventajas, pero realmente no me sentí cuidado", añadió Orsanic, visiblemente molesto.
El capitán se refirió finalmente a la serie de cuartos de final ante Italia, a jugarse el 15, 16 y 17 de julio próximos como visitante, en una ciudad que surgirá entre Brindisi, San Marino y Pesaro, la última donde los 'tanos' vencieron este fin de semana a Suiza por 5-0.
"No me detuve a pensar en Italia, quiero disfrutar primero de la victoria sobre Polonia y recién desde la semana próxima comenzaré a planear la próxima serie", concluyó Orsanic, el capitán argentino desde hace un año.
"Creo que a 'Leo' le costó soltarse al principio del partido porque no podía responder el saque de su rival, pero cuando aflojó un poco el brazo y le encontró la vuelta a la devolución, sacó a relucir toda su categoría", comentó Orsanic, de 47 años, más relajado luego de la victoria final del equipo en la serie.
Mayer consiguió en el estadio Ergo Arena de la fría ciudad de Gdansk el punto que significó el triunfo argentino en la eliminatoria, al vencer al polaco Michal Przysiezny por 6-7 (4-7), 7-6 (7-4), 6-2 y 6-3 en dos horas y media de intenso partido.
Orsanic atendió a Télam en un pasillo del estadio, muy cerca del vestuario argentino en medio de un clima de fervor, con música de fondo y gritos propios de un éxito deportivo, y además de los elogios al correntino, se quejó por la extrema velocidad que presentó la superficie de madera acrílica del Ergo Arena.
"La velocidad de la cancha me tuvo intranquilo durante toda la semana y hablo ahora que ganamos la serie, si hubiéramos perdido sonaría a excusa. La rapidez no era la reglamentaria y me hubiera gustado que nos hubieran protegido un poco más", subrayó el conductor del equipo 'albiceleste'.
Es que la Federación Internacional de Tenis (ITF según las siglas en inglés) supervisó dos veces la cancha de madera con una pintura sintética encima, y el veredicto final fue que no reunía las condiciones reglamentarias, pero que solo cabía una sanción económica a Polonia y nada más.
La delegación argentina pretendía que la cancha reciba al menos una o dos manos más de pintura, ya que una sanción económica a los polacos no equilibraba la serie en el aspecto deportivo.
"No se respetaron las reglas y eso me mantuvo intranquilo porque esperaba otra cosa de la ITF. Entiendo que el local siempre tiene sus ventajas, pero realmente no me sentí cuidado", añadió Orsanic, visiblemente molesto.
El capitán se refirió finalmente a la serie de cuartos de final ante Italia, a jugarse el 15, 16 y 17 de julio próximos como visitante, en una ciudad que surgirá entre Brindisi, San Marino y Pesaro, la última donde los 'tanos' vencieron este fin de semana a Suiza por 5-0.
"No me detuve a pensar en Italia, quiero disfrutar primero de la victoria sobre Polonia y recién desde la semana próxima comenzaré a planear la próxima serie", concluyó Orsanic, el capitán argentino desde hace un año.