José de San Martín y Costa, dos que sufren el impacto del cierre del frigorífico Santa Elena

El mercado laboral en el interior.

21 MAR 2016 - 21:53 | Actualizado

José de San Martín y Gobernador Costa son localidades pequeñas con pocas alternativas laborales privadas. El Estado es el gran empleador y el que asiste para paliar la situación de vecinos.

El cierre del frigorífico Santa Elena en Costa, a escasos 12 kilómetros, impactó socialmente en ambas localidades, ya que proponía unos 100 empleos. El secretario de Gobierno de San Martín, David Vázquez, reconoció que “había gente muy expectante con esa planta; hasta yo pensé que serían varias las familias beneficiadas con un sueldo. Pero cerró y quedaron por lo menos 20 personas sin empleo en José de San Martín, un número importante para nosotros”.

Lo lamentó porque trabajaban varios jóvenes que apostaban a esa fuente laboral. Pero luego de la decisión del grupo Indalo, los desocupados debieron ser absorbidos por el municipio, el sector de la albañilería o el campo. “El impacto social ha sido muy importante para nuestra localidad y para Costa”, recalcó.

Lo positivo es que ambas localidades, ante la retirada del frigorífico, pueden promover sus mataderos municipales. En San Martín gestionan ante Provincia la construcción de un establecimiento nuevo. Vázquez apuesta al intendente Calpanchay en cuanto a que hará muchas cosas para el pueblo. “Es de cumplir con lo que promete y va a realizar obras; además tiene muy buena relación con Mario Das Neves”, acotó.

En las inmensas instalaciones del frigorífico Santa Elena inauguradas en febrero de 2013 no hay actividad. Un cuidador se acercó al portón cerrado con candado, y dijo que el gerente de la planta no quiere que se tomen fotos.

El establecimiento se construyó con una inversión millonaria del grupo Indalo. Habría 100 empleos directos, más los indirectos. Los cálculos indicaban que el movimiento de dinero del frigorífico superaría la coparticipación que recibía la Municipalidad de Gobernador Costa.

Se trataba de un centro de procesamiento con capacidad anual para 90.000 cabezas ovinas y 20.000 bovinas faenados; 328 toneladas de cortes ovinos de alta calidad envasados al vacío; y 1.100 toneladas de cortes de carne bovina para la Patagonia. Sin embargo, diversas circunstancias llevaron al cierre. Santa Elena apenas trabajó dos temporadas. Para José de San Martín con 1.800 habitantes, y Costa, con 3.000, la permanencia de la planta frigorífica ofreciendo empleo era muy importante, expresó Vázquez.

En el caso de San Martín, la Municipalidad está complicada en lo financiero, y “aún no podemos arrancar bien la gestión”, sostuvo el secretario de Gobierno, David Vázquez, invocando una abultada deuda que dejó el anterior intendente, Vicente Duñabeitía, de 5 millones de pesos.

Esas cuentas a pagar dificultan afrontar los sueldos aunque Provincia hizo aportes. Lo llamativo es que de los 5 millones que debe la Municipalidad a proveedores, 4 corresponden a un corralón de materiales.

No obstante iniciaron obras menores en instituciones, como el cerco perimetral del gimnasio municipal y la escuela secundaria, y baños para discapacitados en el Hogar de Ancianos.

Vázquez comentó que el intendente Rubén Calpanchay tiene en carpeta nuevos proyectos para gestionar su financiación, como edificar la sala velatoria y trabajos en el cementerio, entre otras iniciativas ya presentadas a Provincia. El funcionario afirmó que recibieron una planta de empleados sobrecargada, pero el jefe comunal decidió no dejar a nadie sin trabajo y tanto efectivos como contratados tienen tareas asignadas.

Si se reactiva la obra pública no habrá mucho desempleo, confió el secretario de Gobierno, más aún con una población de 1.800 habitantes que el municipio puede contener.

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21 MAR 2016 - 21:53

José de San Martín y Gobernador Costa son localidades pequeñas con pocas alternativas laborales privadas. El Estado es el gran empleador y el que asiste para paliar la situación de vecinos.

El cierre del frigorífico Santa Elena en Costa, a escasos 12 kilómetros, impactó socialmente en ambas localidades, ya que proponía unos 100 empleos. El secretario de Gobierno de San Martín, David Vázquez, reconoció que “había gente muy expectante con esa planta; hasta yo pensé que serían varias las familias beneficiadas con un sueldo. Pero cerró y quedaron por lo menos 20 personas sin empleo en José de San Martín, un número importante para nosotros”.

Lo lamentó porque trabajaban varios jóvenes que apostaban a esa fuente laboral. Pero luego de la decisión del grupo Indalo, los desocupados debieron ser absorbidos por el municipio, el sector de la albañilería o el campo. “El impacto social ha sido muy importante para nuestra localidad y para Costa”, recalcó.

Lo positivo es que ambas localidades, ante la retirada del frigorífico, pueden promover sus mataderos municipales. En San Martín gestionan ante Provincia la construcción de un establecimiento nuevo. Vázquez apuesta al intendente Calpanchay en cuanto a que hará muchas cosas para el pueblo. “Es de cumplir con lo que promete y va a realizar obras; además tiene muy buena relación con Mario Das Neves”, acotó.

En las inmensas instalaciones del frigorífico Santa Elena inauguradas en febrero de 2013 no hay actividad. Un cuidador se acercó al portón cerrado con candado, y dijo que el gerente de la planta no quiere que se tomen fotos.

El establecimiento se construyó con una inversión millonaria del grupo Indalo. Habría 100 empleos directos, más los indirectos. Los cálculos indicaban que el movimiento de dinero del frigorífico superaría la coparticipación que recibía la Municipalidad de Gobernador Costa.

Se trataba de un centro de procesamiento con capacidad anual para 90.000 cabezas ovinas y 20.000 bovinas faenados; 328 toneladas de cortes ovinos de alta calidad envasados al vacío; y 1.100 toneladas de cortes de carne bovina para la Patagonia. Sin embargo, diversas circunstancias llevaron al cierre. Santa Elena apenas trabajó dos temporadas. Para José de San Martín con 1.800 habitantes, y Costa, con 3.000, la permanencia de la planta frigorífica ofreciendo empleo era muy importante, expresó Vázquez.

En el caso de San Martín, la Municipalidad está complicada en lo financiero, y “aún no podemos arrancar bien la gestión”, sostuvo el secretario de Gobierno, David Vázquez, invocando una abultada deuda que dejó el anterior intendente, Vicente Duñabeitía, de 5 millones de pesos.

Esas cuentas a pagar dificultan afrontar los sueldos aunque Provincia hizo aportes. Lo llamativo es que de los 5 millones que debe la Municipalidad a proveedores, 4 corresponden a un corralón de materiales.

No obstante iniciaron obras menores en instituciones, como el cerco perimetral del gimnasio municipal y la escuela secundaria, y baños para discapacitados en el Hogar de Ancianos.

Vázquez comentó que el intendente Rubén Calpanchay tiene en carpeta nuevos proyectos para gestionar su financiación, como edificar la sala velatoria y trabajos en el cementerio, entre otras iniciativas ya presentadas a Provincia. El funcionario afirmó que recibieron una planta de empleados sobrecargada, pero el jefe comunal decidió no dejar a nadie sin trabajo y tanto efectivos como contratados tienen tareas asignadas.

Si se reactiva la obra pública no habrá mucho desempleo, confió el secretario de Gobierno, más aún con una población de 1.800 habitantes que el municipio puede contener.


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