Caso Almonacid: pedido de condenas

En un extenso alegato, que incluyó proyecciones, la fiscal María Tolomei solicitó se condene a los 5 policías acusados de abusar del joven en la Seccional Segunda.

La fiscal María Tolomei en su extenso alegato ayer y ante el Tribunal.
20 ABR 2016 - 21:17 | Actualizado

Por vejaciones, abuso sexual y tortura, la fiscal general María Tolomei pidió la condena de los cinco policías procesados, en relación con lo ocurrido en la Seccional Segunda de Trelew el 18 de enero de 2012, donde resultó perjudicado Maximiliano Almonacid, que contaba con 16 años de edad.

La funcionaria efectuó un extenso alegato en la sala de audiencias del sexto piso de tribunales, acompañándose durante su alocución con una proyección, donde fue detallando cada uno de los puntos expuestos para arribar a las conclusiones referidas.

La fiscal general solicitó a los jueces Marcelo Nieto Di Biase, Fabio Monti y Ana Laura Servent se condene a Carlos Pato, Héctor Ortiz y Sergio Castillo por el delito de vejaciones en carácter de coautores y a Carlos Treuquil y Aníbal Muñoz por abuso sexual gravemente ultrajante por dos o más personas agravado por tratarse de funcionarios públicos en concurso ideal con tortura y concurso real con vejaciones en carácter de coautores.

“¿Por qué pasó esto?”, cuestionó la fiscal casi en el final, para señalar que no toda la institución policial está cuestionada, pero es necesario condenar a quienes realizan prácticas no compatibles con el Estado de Derecho y someten a personas que tendrían que cuidar. Se preguntó si hay hipótesis alternativas: “¿No quería volver a su casa? ¿Tenía ánimo de perjudicar a la Policía?”, para manifestar que las declaraciones hechas durante este juicio por la propia víctima echan por tierra estas conjeturas, ya que Maximiliano dijo: “No gané nada con esto, sólo perdí”.

En el transcurso de su exposición, Tolomei enfatizó sobre el antes y después de Maximiliano Almonacid luego de que la Policía decodificara una simple discusión de pareja como el delito de un hombre pegándole a una femenina, siendo anteriormente un chico jovial, amante del deporte, sin conflictos con la Policía y con proyectos, para transformarse en una persona totalmente distinta.

A su vez agregó que no está controvertido el reclamo efectuado por la familia de Maximiliano, concurriendo en forma inmediata a la Comisaría, tratándose de un menor de edad, cosa que ocurre recién a las 8, cuando se ve a la víctima visiblemente dolorida. “Mirá cómo me entregás a mi hijo, yo voy a hacer la denuncia”, dijo la madre, a lo que el oficial Carballo contestó: “Haga lo que tenga que hacer, señora”.

Valoró los testimonios dados por quienes estaban detenidos esa madrugada y del policía Baigorria y sostuvo que nunca se efectuó una revisación médica y existió por parte de los involucrados Carballo y Zaguis un reconocimiento de la adulteración de certificado médico y actas contravencionales y no se lo condujo al hospital zonal.

Golpes y reconocimiento

A su turno, la fiscal alegó sobre los golpes recibidos al ingresar a la Comisaría, recordando que lo hacen entrar, lo golpean, le tapan los ojos, le ponen las manos hacia adelante y le introducen un elemento en el ano, pudiéndose reconocer a Muñoz y Treuquil, pero contando con la presencia de un policía más en ese momento, quienes además lo golpean con su propio cinto, le arrojan agua y lo tiran al pasillo. Enfatizó que el relato de Maximiliano mantuvo una coherencia interna, descartando cualquier tipo de alteración, a lo que se suma la coherencia externa, a partir de los reconocimientos de Pato, Muñoz y Treuquil, a quienes ubica golpeándolo en el pasillo.

Dijo Tolomei en su alegato que Muñoz y Treuquil fueron reconocidos en forma inmediata en la rueda, aludiendo Maxi en varias oportunidades al grandote, por Muñoz, que fue quien le introdujo el palo en el interior del cuarto oscuro sobre la zona de calabozos, sin tener dudas del reconocimiento y teniendo certezas de la presencia de Treuquil.

Se acredita la coherencia con las lesiones halladas por la doctora Manzano, sobresaliendo un desgarro, el cual no pudo haber sido producido sin un elemento como un bastón o palo, debiendo producirse por características violentas y de abuso.#

(Fuente: Fiscalía de Trelew).

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La fiscal María Tolomei en su extenso alegato ayer y ante el Tribunal.
20 ABR 2016 - 21:17

Por vejaciones, abuso sexual y tortura, la fiscal general María Tolomei pidió la condena de los cinco policías procesados, en relación con lo ocurrido en la Seccional Segunda de Trelew el 18 de enero de 2012, donde resultó perjudicado Maximiliano Almonacid, que contaba con 16 años de edad.

La funcionaria efectuó un extenso alegato en la sala de audiencias del sexto piso de tribunales, acompañándose durante su alocución con una proyección, donde fue detallando cada uno de los puntos expuestos para arribar a las conclusiones referidas.

La fiscal general solicitó a los jueces Marcelo Nieto Di Biase, Fabio Monti y Ana Laura Servent se condene a Carlos Pato, Héctor Ortiz y Sergio Castillo por el delito de vejaciones en carácter de coautores y a Carlos Treuquil y Aníbal Muñoz por abuso sexual gravemente ultrajante por dos o más personas agravado por tratarse de funcionarios públicos en concurso ideal con tortura y concurso real con vejaciones en carácter de coautores.

“¿Por qué pasó esto?”, cuestionó la fiscal casi en el final, para señalar que no toda la institución policial está cuestionada, pero es necesario condenar a quienes realizan prácticas no compatibles con el Estado de Derecho y someten a personas que tendrían que cuidar. Se preguntó si hay hipótesis alternativas: “¿No quería volver a su casa? ¿Tenía ánimo de perjudicar a la Policía?”, para manifestar que las declaraciones hechas durante este juicio por la propia víctima echan por tierra estas conjeturas, ya que Maximiliano dijo: “No gané nada con esto, sólo perdí”.

En el transcurso de su exposición, Tolomei enfatizó sobre el antes y después de Maximiliano Almonacid luego de que la Policía decodificara una simple discusión de pareja como el delito de un hombre pegándole a una femenina, siendo anteriormente un chico jovial, amante del deporte, sin conflictos con la Policía y con proyectos, para transformarse en una persona totalmente distinta.

A su vez agregó que no está controvertido el reclamo efectuado por la familia de Maximiliano, concurriendo en forma inmediata a la Comisaría, tratándose de un menor de edad, cosa que ocurre recién a las 8, cuando se ve a la víctima visiblemente dolorida. “Mirá cómo me entregás a mi hijo, yo voy a hacer la denuncia”, dijo la madre, a lo que el oficial Carballo contestó: “Haga lo que tenga que hacer, señora”.

Valoró los testimonios dados por quienes estaban detenidos esa madrugada y del policía Baigorria y sostuvo que nunca se efectuó una revisación médica y existió por parte de los involucrados Carballo y Zaguis un reconocimiento de la adulteración de certificado médico y actas contravencionales y no se lo condujo al hospital zonal.

Golpes y reconocimiento

A su turno, la fiscal alegó sobre los golpes recibidos al ingresar a la Comisaría, recordando que lo hacen entrar, lo golpean, le tapan los ojos, le ponen las manos hacia adelante y le introducen un elemento en el ano, pudiéndose reconocer a Muñoz y Treuquil, pero contando con la presencia de un policía más en ese momento, quienes además lo golpean con su propio cinto, le arrojan agua y lo tiran al pasillo. Enfatizó que el relato de Maximiliano mantuvo una coherencia interna, descartando cualquier tipo de alteración, a lo que se suma la coherencia externa, a partir de los reconocimientos de Pato, Muñoz y Treuquil, a quienes ubica golpeándolo en el pasillo.

Dijo Tolomei en su alegato que Muñoz y Treuquil fueron reconocidos en forma inmediata en la rueda, aludiendo Maxi en varias oportunidades al grandote, por Muñoz, que fue quien le introdujo el palo en el interior del cuarto oscuro sobre la zona de calabozos, sin tener dudas del reconocimiento y teniendo certezas de la presencia de Treuquil.

Se acredita la coherencia con las lesiones halladas por la doctora Manzano, sobresaliendo un desgarro, el cual no pudo haber sido producido sin un elemento como un bastón o palo, debiendo producirse por características violentas y de abuso.#

(Fuente: Fiscalía de Trelew).


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