Ulloa: en la CAI se inició todo

Te contamos la historia del rionegrino que se hizo en la CAI de Comodoro y luego transitó por buenas y malas hasta consagrarse en el Leicester de Inglaterra.

Ídolo en todos lados. El rionegrino Ulloa hizo delirar a los hinchas del Leicester con sus goles, así como también lo lo hacía jugando en la CAI.
03 MAY 2016 - 21:10 | Actualizado

Por Ismael Tebes

Siempre se sabía que podía llegar. Que José Leonardo Ulloa solamente tenía que esperar su oportunidad. En Argentina o donde fuera. El grandote de cara curtida, tranco firme y goleador se roba los medios por estas horas tras consagrarse campeón en la Premier League con el modesto Leicester. Y hasta una calle de esta ciudad que ahora respira fútbol podría llevar su nombre.

No existe mejor lección que la que puede dar la humildad. Un equipo sin estrellas, de presupuesto acotado lejos de los “grandes” que se animó a patear el tablero y a demostrar que en el fútbol a la larga, todo se iguala. Los “Zorros” lograron un campeonato que huele a hazaña y obviamente, el goleador nacido en General Roca ha sido uno de sus protagonistas.

Hijo de un carpintero, apasionado de la pelota, supo temprano que la perseverancia debía ser su principal virtud. Luego de que se le “cayera” por circunstancias no muy claras, una oportunidad para probarse en Boca, el pibe que la rompía en los potreros de las 500 Viviendas en Roca, aceptó la invitación que le formuló la Comisión de Actividades Infantiles y con apenas 15 años, viajó para instalarse como un habitante más de la pensión azzurra.

Ahí descubrió el viento, la rutina, el equilibrio entre el estudio y el fútbol (cursó el secundario en colegio Cervantes) desde una mirada más profesional. Ulloa recuerda los entrenamientos en el Liceo Militar, en la cocina atendida por madres “adoptivas” y la rutina que durante ocho meses, lo perfeccionó hasta llegar al profesionalismo pasando por la Primera local dirigida por Mario Amado y sus canchas a “prueba de todo”.

Consumió kilómetros para jugar amistosos; se mostró en Capital y sin querer, se encontró convocado al plantel de la B Nacional por Marcelo Fuentes, el DT que lo hizo debutar con apenas 16 frente a Los Andes en el estadio Municipal. Una semana después, también entrando desde el banco, marcó el gol del triunfo jugando en San Juan frente a San Martín. Con la camiseta de la CAI, “Leo” jugó apenas 7 partidos pero los vivió con una intensidad poco común compartiendo vestuario con jugadores como José Tabares, Claudio Lemes, Germán “Pipo” Cáceres, Claudio Cabrera y el arquero Diego Fernández.

Jugar en Buenos Aires

El aprendizaje rápido lo llevó a rearmar valijas. Y seguir su periplo en San Lorenzo, por la sugerencia de Hugo Tocalli para sumarlo a la Selección Nacional Sub-17. Ahí junto al calafateño Pablo Alvarado, compañero en las formativas de la CAI, fue escalando posiciones con entrenadores de cartel como Héctor Veira, Oscar Ruggeri, Gabriel Rodríguez y el propio Ramón Díaz con quien festejó su primer título “grande” junto al comodorense Andrés Silvera, uno más en la lista de ilustres CAI. En el Cuervo, Miguel Russo le “bajó” el pulgar y entonces su carrera continuó en el Arsenal campeón de la Copa Sudamericana y paradójicamente en Olimpo de Bahía Blanca donde sufrió el golpe de un descenso y un trato algo ingrato de los hinchas.

A conquistar Europa

El cambio de aire necesario lo llevó más lejos. Lo compró el Castellón de la Segunda de España a pedido de José Tabares. Los 650 mil euros que costó su pase, se recuperaron largamente con el millón que pagó luego por él, el Almería ascendido a Primera. Le marcó al Real Madrid y tras descender, fue el “Pichichi” de la temporada 2011/12 con 28 tantos. De ahí, al Brighton inglés (Segunda) por otro pase que rompió alcancías: 8 millones de libras esterlinas o el equivalente a 10 millones de euros. Y el salto, consagratorio a Leicester quien ya lo había sufrido enfrente con otro pase récord.

Ahora con 28 años y dirigido por el italiano Claudio Ranieri, se consagró en un equipo con 132 años de antigüedad pero que hace dos años jugaba en el Ascenso del fútbol inglés. Ulloa marcó 6 tantos peleando el puesto con Jamie Vardy y se convirtió en el primer patagónico en ganar la Premier. Hacía 38 años que un equipo no conquistaba por primera vez el máximo título de la liga inglesa (Nottingham Forest, 1978) y el Leicester pudo. Y con un argentino convertido en héroe.

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Ídolo en todos lados. El rionegrino Ulloa hizo delirar a los hinchas del Leicester con sus goles, así como también lo lo hacía jugando en la CAI.
03 MAY 2016 - 21:10

Por Ismael Tebes

Siempre se sabía que podía llegar. Que José Leonardo Ulloa solamente tenía que esperar su oportunidad. En Argentina o donde fuera. El grandote de cara curtida, tranco firme y goleador se roba los medios por estas horas tras consagrarse campeón en la Premier League con el modesto Leicester. Y hasta una calle de esta ciudad que ahora respira fútbol podría llevar su nombre.

No existe mejor lección que la que puede dar la humildad. Un equipo sin estrellas, de presupuesto acotado lejos de los “grandes” que se animó a patear el tablero y a demostrar que en el fútbol a la larga, todo se iguala. Los “Zorros” lograron un campeonato que huele a hazaña y obviamente, el goleador nacido en General Roca ha sido uno de sus protagonistas.

Hijo de un carpintero, apasionado de la pelota, supo temprano que la perseverancia debía ser su principal virtud. Luego de que se le “cayera” por circunstancias no muy claras, una oportunidad para probarse en Boca, el pibe que la rompía en los potreros de las 500 Viviendas en Roca, aceptó la invitación que le formuló la Comisión de Actividades Infantiles y con apenas 15 años, viajó para instalarse como un habitante más de la pensión azzurra.

Ahí descubrió el viento, la rutina, el equilibrio entre el estudio y el fútbol (cursó el secundario en colegio Cervantes) desde una mirada más profesional. Ulloa recuerda los entrenamientos en el Liceo Militar, en la cocina atendida por madres “adoptivas” y la rutina que durante ocho meses, lo perfeccionó hasta llegar al profesionalismo pasando por la Primera local dirigida por Mario Amado y sus canchas a “prueba de todo”.

Consumió kilómetros para jugar amistosos; se mostró en Capital y sin querer, se encontró convocado al plantel de la B Nacional por Marcelo Fuentes, el DT que lo hizo debutar con apenas 16 frente a Los Andes en el estadio Municipal. Una semana después, también entrando desde el banco, marcó el gol del triunfo jugando en San Juan frente a San Martín. Con la camiseta de la CAI, “Leo” jugó apenas 7 partidos pero los vivió con una intensidad poco común compartiendo vestuario con jugadores como José Tabares, Claudio Lemes, Germán “Pipo” Cáceres, Claudio Cabrera y el arquero Diego Fernández.

Jugar en Buenos Aires

El aprendizaje rápido lo llevó a rearmar valijas. Y seguir su periplo en San Lorenzo, por la sugerencia de Hugo Tocalli para sumarlo a la Selección Nacional Sub-17. Ahí junto al calafateño Pablo Alvarado, compañero en las formativas de la CAI, fue escalando posiciones con entrenadores de cartel como Héctor Veira, Oscar Ruggeri, Gabriel Rodríguez y el propio Ramón Díaz con quien festejó su primer título “grande” junto al comodorense Andrés Silvera, uno más en la lista de ilustres CAI. En el Cuervo, Miguel Russo le “bajó” el pulgar y entonces su carrera continuó en el Arsenal campeón de la Copa Sudamericana y paradójicamente en Olimpo de Bahía Blanca donde sufrió el golpe de un descenso y un trato algo ingrato de los hinchas.

A conquistar Europa

El cambio de aire necesario lo llevó más lejos. Lo compró el Castellón de la Segunda de España a pedido de José Tabares. Los 650 mil euros que costó su pase, se recuperaron largamente con el millón que pagó luego por él, el Almería ascendido a Primera. Le marcó al Real Madrid y tras descender, fue el “Pichichi” de la temporada 2011/12 con 28 tantos. De ahí, al Brighton inglés (Segunda) por otro pase que rompió alcancías: 8 millones de libras esterlinas o el equivalente a 10 millones de euros. Y el salto, consagratorio a Leicester quien ya lo había sufrido enfrente con otro pase récord.

Ahora con 28 años y dirigido por el italiano Claudio Ranieri, se consagró en un equipo con 132 años de antigüedad pero que hace dos años jugaba en el Ascenso del fútbol inglés. Ulloa marcó 6 tantos peleando el puesto con Jamie Vardy y se convirtió en el primer patagónico en ganar la Premier. Hacía 38 años que un equipo no conquistaba por primera vez el máximo título de la liga inglesa (Nottingham Forest, 1978) y el Leicester pudo. Y con un argentino convertido en héroe.


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