Hay un pueblo en la provincia de Mendoza que se llama “La Consulta”.
¿Qué nombre no? Aunque por supuesto tiene su motivación, haberle puesto a ese lugar ese nombre. Cuenta la historia que esos lares fueron testigos de una de las tantas estrategias llevadas adelante por el General don José de San Martín, en pos de su saga libertadora. En ese paraje, hoy pujante localidad del Departamento San Carlos, fuente de buenos vinos producto de la adecuada amplitud térmica, se desarrolló un encuentro del General con los principales caciques de los pueblos indígenas habitantes de la zona. Se estima que habría ocurrido en el mes de septiembre del año 1816. El libertador, habría organizado un gran encuentro con los principales caciques, a fin de realizarles una propuesta, que fue una consulta. En esa gran reunión, solicitó permiso para que el ejército patriota pasara por territorio Pehuenche, y así atacar a los españoles, que querrían, les decía San Martín, despojarlos de sus campos, viviendas y dominarlos.
Como ésta era una estrategia más de esa brillante mente militar, sabía que algunos de los caciques Pehuenches correrían a contarles a los españoles. Lo que así sucedió y entonces aquellos, efectivamente debilitaron el cuidado de los caminos del sur, por los que hipotéticamente cruzaría el ejército patriota, dejando los del norte menos vigilados. San Martín cruzó por el norte con menores inconvenientes.
Personalmente no conocía acerca de este evento, y llegó a mí a partir de un encuentro interdisciplinario de profesionales. Uno de ellos es nacido en La Consulta, y nos contó este relato. ¿Cómo se les llama a los habitantes oriundos de La Consulta?
Y no siendo suficiente que a todos los asistentes de ese encuentro nos dejó impactados por la narración, sino que quien contaba es un profesional de la psicología, y se reía de sí mismo, justamente por esto de “la consulta al psicólogo”. Y ahí no termina la cosa, agregó: ¡Para rematar, tengo una hermana médica y otra es fonoaudióloga! Resultaba sin duda gracioso y llamativo. En ese momento pensé, que su lugar de nacimiento, había signado el camino profesional elegido.
Consulta, consultar, y ser signados. Esta idea me ronda. Por un lado aquello de pedir auxilio, consejo, información, para tomar decisiones. Y cómo el resultado de lo consultado nos marca hacia adelante. El efecto que nos provoca la palabra de otro. Cuánto y cómo influye en nosotros, y la elección de un rumbo.
La escritora Laura Gutman, dedicada a investigar y escribir acerca de los vínculos y su construcción, entre padres e hijos, desde que nacemos, qué pasa en la niñez, la adolescencia y el resultado al llegar a adultos, explora esto de las marcas, registros, signos en cada uno de nosotros. Lo escuchado, impreso en el alma, y determinante de nuestras actitudes cotidianas y vitales.
¿Qué nos marca? ¿Qué nos signa? ¿Qué conexiones se producen entre las marcas del recorrido vital de cada ser humano?
Cómo esas marcas influyen en nuestras emociones y cómo a partir de allí puede que necesitemos y busquemos ayuda. Consultemos para ver qué hacer con ello, si es que nos causa daño o malestar. Aquello que aprehendimos como placer, tristeza, dolor, alegría, ética, aprecio, cortesía, responsabilidad, y qué hacer con ello.
En esta hipercomunicación electrónica y virtual posmoderna, pareciera paradójicamente que todo es consultable, decible, contable, y por ende opinable, criticable, juzgable.
Ni un encierro tal que paralice avanzar por la dificultad de buscar ayuda, y me refiero desde lo cotidiano a lo que puede implicar la salud, ni un caja de pandora que permita que salgan los males a desparramarse por doquier.
Esto de los equilibrios, también algo aprehendido. Habrá que encontrar quizás, estrategias para conquistarnos o liberarnos. Cada uno sabrá.
“Devenir adultos es tomar las riendas de nuestra vida, atravesar el bosque para encontrarnos de frente con nuestros dragones internos, mirarlos a los ojos y decidir, al final de ese camino lleno de peligros, cuál es el propio.” Laura Gutman.#
Hay un pueblo en la provincia de Mendoza que se llama “La Consulta”.
¿Qué nombre no? Aunque por supuesto tiene su motivación, haberle puesto a ese lugar ese nombre. Cuenta la historia que esos lares fueron testigos de una de las tantas estrategias llevadas adelante por el General don José de San Martín, en pos de su saga libertadora. En ese paraje, hoy pujante localidad del Departamento San Carlos, fuente de buenos vinos producto de la adecuada amplitud térmica, se desarrolló un encuentro del General con los principales caciques de los pueblos indígenas habitantes de la zona. Se estima que habría ocurrido en el mes de septiembre del año 1816. El libertador, habría organizado un gran encuentro con los principales caciques, a fin de realizarles una propuesta, que fue una consulta. En esa gran reunión, solicitó permiso para que el ejército patriota pasara por territorio Pehuenche, y así atacar a los españoles, que querrían, les decía San Martín, despojarlos de sus campos, viviendas y dominarlos.
Como ésta era una estrategia más de esa brillante mente militar, sabía que algunos de los caciques Pehuenches correrían a contarles a los españoles. Lo que así sucedió y entonces aquellos, efectivamente debilitaron el cuidado de los caminos del sur, por los que hipotéticamente cruzaría el ejército patriota, dejando los del norte menos vigilados. San Martín cruzó por el norte con menores inconvenientes.
Personalmente no conocía acerca de este evento, y llegó a mí a partir de un encuentro interdisciplinario de profesionales. Uno de ellos es nacido en La Consulta, y nos contó este relato. ¿Cómo se les llama a los habitantes oriundos de La Consulta?
Y no siendo suficiente que a todos los asistentes de ese encuentro nos dejó impactados por la narración, sino que quien contaba es un profesional de la psicología, y se reía de sí mismo, justamente por esto de “la consulta al psicólogo”. Y ahí no termina la cosa, agregó: ¡Para rematar, tengo una hermana médica y otra es fonoaudióloga! Resultaba sin duda gracioso y llamativo. En ese momento pensé, que su lugar de nacimiento, había signado el camino profesional elegido.
Consulta, consultar, y ser signados. Esta idea me ronda. Por un lado aquello de pedir auxilio, consejo, información, para tomar decisiones. Y cómo el resultado de lo consultado nos marca hacia adelante. El efecto que nos provoca la palabra de otro. Cuánto y cómo influye en nosotros, y la elección de un rumbo.
La escritora Laura Gutman, dedicada a investigar y escribir acerca de los vínculos y su construcción, entre padres e hijos, desde que nacemos, qué pasa en la niñez, la adolescencia y el resultado al llegar a adultos, explora esto de las marcas, registros, signos en cada uno de nosotros. Lo escuchado, impreso en el alma, y determinante de nuestras actitudes cotidianas y vitales.
¿Qué nos marca? ¿Qué nos signa? ¿Qué conexiones se producen entre las marcas del recorrido vital de cada ser humano?
Cómo esas marcas influyen en nuestras emociones y cómo a partir de allí puede que necesitemos y busquemos ayuda. Consultemos para ver qué hacer con ello, si es que nos causa daño o malestar. Aquello que aprehendimos como placer, tristeza, dolor, alegría, ética, aprecio, cortesía, responsabilidad, y qué hacer con ello.
En esta hipercomunicación electrónica y virtual posmoderna, pareciera paradójicamente que todo es consultable, decible, contable, y por ende opinable, criticable, juzgable.
Ni un encierro tal que paralice avanzar por la dificultad de buscar ayuda, y me refiero desde lo cotidiano a lo que puede implicar la salud, ni un caja de pandora que permita que salgan los males a desparramarse por doquier.
Esto de los equilibrios, también algo aprehendido. Habrá que encontrar quizás, estrategias para conquistarnos o liberarnos. Cada uno sabrá.
“Devenir adultos es tomar las riendas de nuestra vida, atravesar el bosque para encontrarnos de frente con nuestros dragones internos, mirarlos a los ojos y decidir, al final de ese camino lleno de peligros, cuál es el propio.” Laura Gutman.#