Miguel Donnet pide menos política en la magistratura

Entrevista exclusiva con el nuevo ministro del Superior Tribunal de Justicia.

Flamante. En muy pocos días, Donnet ocupará un despacho en el STJ.
29 MAY 2016 - 21:26 | Actualizado

Por Raúl Bonilla

Miguel Ángel Donnet nació en 1947 en Las Tunas, Santa Fe. Se recibió de abogado en la Universidad Nacional del Litoral el 15 de junio de 1972. Es casado y tiene siete hijos. Una sola es abogada, radicada en Córdoba. Fue asesor legal de la Obra Social de los Peones Rurales y Estibadores de la República Argentina, cargo con el que llegó a la Patagonia, primero Puerto Deseado, 1988, y en Comodoro Rivadavia desde 1990.

Fue asesor legal del Concejo Deliberante y presidente de la Federación de Cooperativas. También juez subrogante del Consejo de la Magistratura de la Nación y juez federal durante tres años. “Estoy en las postrimerías de mi profesión, en la cual tengo 43 años y es muy importante para un abogado finalizar su carrera como integrante de un Superior Tribunal. Tengo que hablar de sorpresa porque no todos llegamos a eso y me enorgullece. Lo tomo como un ejemplo a seguir por mis hijos”.

-¿Cómo tomó la propuesta del gobernador Mario Das Neves?

-Me sentí muy bien. Me costó decidir porque uno tiene atrás a una familia, un arraigo, hace más de 25 años que estoy en esta ciudad y hay que pensar en la distancia con Rawson. O nos sometemos a los riesgos de la ruta viajando todos los fines de semana o se decide la radicación allí y para eso la familia tiene que acompañar. Me iré a vivir a Rawson con mi familia. Lo tomamos con mucha naturalidad y beneplácito porque están dadas las condiciones.

-¿Es un desafío personal?.

-No podemos obviar que es la máxima aspiración que puede tener un abogado. Al cargo tengo que honrarlo con mi trabajo. Es un compromiso con una actividad que es mi vida. No sé hacer otra cosa que ser abogado.

-¿Cuáles son sus expectativas?

-Mejorar el servicio de la justicia, que se deterioró. Litigué en Santa Fe, en Buenos Aires, Corrientes, Córdoba, en Santa Cruz y los últimos 25 años en Comodoro. Es un problema que padece el país. Me preocupa porque el delito es cada vez más sofisticado, las relaciones comerciales cada vez se desvirtúan más, cada vez existe menos la palabra. Siento una honda preocupación por la falta de compromiso del ciudadano. A un abogado recién recibido le aconsejaría que estudie, que no tenga mucho apuro, a veces las tentaciones y las ofertas que da la sociedad tienta a tener el dinero más fácil.

-¿Es necesaria una justicia más ágil?

-Sí, seguramente. La justicia siempre fue muy burocrática. El ritmo de vida de la sociedad lo impone y no tenemos todavía las armas suficientemente ágiles por más que se modificaron y reformulado el Código Civil y Comercial. Aparecieron nuevos derechos que hay que atender porque es una valoración a los derechos humanos y tenemos las armas, pero usadas. Vemos el conflicto, lo analizamos y cuando lo queremos abordar tenemos problemas porque hay herramientas legales vetustas, entonces cuesta mucho compatibilizar la necesidad con la solución al problema. A la justicia le cayó muy pesado poder resolver estos problemas porque así como se modificaron los Códigos, no son los únicos derechos que hay. En el Derecho de Familia no se contemplan realmente delitos nuevos, como el maltrato a la mujer y a los menores. En muchos casos el Estado está ausente y hace que vivamos una situación muy compleja. Ahora se viene el juicio con jurado que me parece muy bueno.

-¿Y la corrupción?

-Existió siempre, privada y pública. Se destacó en intensidad la corrupción sobre los fondos públicos. No sólo produce el enriquecimiento de dos o tres sino la bronca de la gente porque paga sus impuestos y resulta que la plata va a parar al bolsillo de una persona y no para el beneficio de la gente. Esto se notó mucho últimamente. No digo nada extraordinario, se notó en todo el país. Lamentablemente a todo nivel es una bandera muy enarbolada.

-¿Hay una justicia garantista?

-Si la función de la justicia es garantizar la vigencia y la aplicación del Derecho, en buena hora que sea garantista. El tema es cuando se hace desparejo, cuando el garantismo está más emparentado con la corrupción. Lamentablemente hay delitos nuevos, nuevas prácticas despreciables en beneficio de una persona o un sector solamente y en desmedro de la mayoría. La corrupción hace mucho daño cuando se trata de fondos públicos. Muchas veces le tengo que decir al común de la gente que tiene razón.

-Es común oír que en las cárceles no hay ricos…

-Hay presos ricos y pobres. Hay que entender que los ricos pueden comprar con mayor facilidad la conciencia de un funcionario para disimular su mal habida ventaja. Vemos más personas menos pudientes en las cárceles porque por lo general son quienes cometen delitos menores. No es lo mismo robar un banco que un comercio pequeño.

-¿Hay que bajar la edad de imputabilidad?

-No es necesario. Está fallando el sistema, la sociedad, la familia. Es más fácil encontrar delincuentes menores de 18 años que mayores. Los códigos están pensados para una sociedad normal y lamentablemente estamos viviendo en una sociedad de mucha anormalidad, como los hechos ocurridos por personas alcoholizadas o drogadas. Esto nos preocupa pero no nos causa espanto. Bajar la edad no creo que sea solución. Por momentos parece que estamos en una sociedad descontrolada. La viveza criolla nos está llevando a la mini delincuencia y eso nos lleva a la inseguridad porque quien hoy roba una gallina, mañana roba un comercio y después comete un asalto a mano armada.

-¿Cómo ve el Código Procesal de Chubut?

-Preserva mucho la legalidad de los actos. Puede merecer alguna modificación en las exigencias para que no sea tan fácil eludir la prisión preventiva mientras se está en un proceso. En lo demás no. No coincido en que a la mayor cantidad de delitos más “palos”. Apunto más a la educación, al trabajo, a la forma en que se ayuda al ciudadano. Es una gran pena el cierre de la escuela técnicas, un gran error político con el cual no coincido porque salían jóvenes con una profesión para forjarse un porvenir y hoy eso está acotado, lamentablemente. Hoy es muy difícil conseguir trabajo. Es un combo.

-¿Cómo ve el Consejo de la Magistratura?

-Se puede hacer algún retoque en la conformación, no le asignaría tanto espacio a la política.

-¿Impulsar la finalización de la Ciudad Judicial de Comodoro?

-Es imprescindible. En la región no hay un solo abogado que no anhele verla cristalizada. Además de las comodidades edilicias daría al Poder Judicial un beneficio adicional importantísimo porque no se gastaría tanto en alquileres y se podría dar una conformación judicial de excelencia, no como hoy que tenemos que ir de una punta de la ciudad a la otra por un expediente ya que los juzgados están todos diseminados.

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Flamante. En muy pocos días, Donnet ocupará un despacho en el STJ.
29 MAY 2016 - 21:26

Por Raúl Bonilla

Miguel Ángel Donnet nació en 1947 en Las Tunas, Santa Fe. Se recibió de abogado en la Universidad Nacional del Litoral el 15 de junio de 1972. Es casado y tiene siete hijos. Una sola es abogada, radicada en Córdoba. Fue asesor legal de la Obra Social de los Peones Rurales y Estibadores de la República Argentina, cargo con el que llegó a la Patagonia, primero Puerto Deseado, 1988, y en Comodoro Rivadavia desde 1990.

Fue asesor legal del Concejo Deliberante y presidente de la Federación de Cooperativas. También juez subrogante del Consejo de la Magistratura de la Nación y juez federal durante tres años. “Estoy en las postrimerías de mi profesión, en la cual tengo 43 años y es muy importante para un abogado finalizar su carrera como integrante de un Superior Tribunal. Tengo que hablar de sorpresa porque no todos llegamos a eso y me enorgullece. Lo tomo como un ejemplo a seguir por mis hijos”.

-¿Cómo tomó la propuesta del gobernador Mario Das Neves?

-Me sentí muy bien. Me costó decidir porque uno tiene atrás a una familia, un arraigo, hace más de 25 años que estoy en esta ciudad y hay que pensar en la distancia con Rawson. O nos sometemos a los riesgos de la ruta viajando todos los fines de semana o se decide la radicación allí y para eso la familia tiene que acompañar. Me iré a vivir a Rawson con mi familia. Lo tomamos con mucha naturalidad y beneplácito porque están dadas las condiciones.

-¿Es un desafío personal?.

-No podemos obviar que es la máxima aspiración que puede tener un abogado. Al cargo tengo que honrarlo con mi trabajo. Es un compromiso con una actividad que es mi vida. No sé hacer otra cosa que ser abogado.

-¿Cuáles son sus expectativas?

-Mejorar el servicio de la justicia, que se deterioró. Litigué en Santa Fe, en Buenos Aires, Corrientes, Córdoba, en Santa Cruz y los últimos 25 años en Comodoro. Es un problema que padece el país. Me preocupa porque el delito es cada vez más sofisticado, las relaciones comerciales cada vez se desvirtúan más, cada vez existe menos la palabra. Siento una honda preocupación por la falta de compromiso del ciudadano. A un abogado recién recibido le aconsejaría que estudie, que no tenga mucho apuro, a veces las tentaciones y las ofertas que da la sociedad tienta a tener el dinero más fácil.

-¿Es necesaria una justicia más ágil?

-Sí, seguramente. La justicia siempre fue muy burocrática. El ritmo de vida de la sociedad lo impone y no tenemos todavía las armas suficientemente ágiles por más que se modificaron y reformulado el Código Civil y Comercial. Aparecieron nuevos derechos que hay que atender porque es una valoración a los derechos humanos y tenemos las armas, pero usadas. Vemos el conflicto, lo analizamos y cuando lo queremos abordar tenemos problemas porque hay herramientas legales vetustas, entonces cuesta mucho compatibilizar la necesidad con la solución al problema. A la justicia le cayó muy pesado poder resolver estos problemas porque así como se modificaron los Códigos, no son los únicos derechos que hay. En el Derecho de Familia no se contemplan realmente delitos nuevos, como el maltrato a la mujer y a los menores. En muchos casos el Estado está ausente y hace que vivamos una situación muy compleja. Ahora se viene el juicio con jurado que me parece muy bueno.

-¿Y la corrupción?

-Existió siempre, privada y pública. Se destacó en intensidad la corrupción sobre los fondos públicos. No sólo produce el enriquecimiento de dos o tres sino la bronca de la gente porque paga sus impuestos y resulta que la plata va a parar al bolsillo de una persona y no para el beneficio de la gente. Esto se notó mucho últimamente. No digo nada extraordinario, se notó en todo el país. Lamentablemente a todo nivel es una bandera muy enarbolada.

-¿Hay una justicia garantista?

-Si la función de la justicia es garantizar la vigencia y la aplicación del Derecho, en buena hora que sea garantista. El tema es cuando se hace desparejo, cuando el garantismo está más emparentado con la corrupción. Lamentablemente hay delitos nuevos, nuevas prácticas despreciables en beneficio de una persona o un sector solamente y en desmedro de la mayoría. La corrupción hace mucho daño cuando se trata de fondos públicos. Muchas veces le tengo que decir al común de la gente que tiene razón.

-Es común oír que en las cárceles no hay ricos…

-Hay presos ricos y pobres. Hay que entender que los ricos pueden comprar con mayor facilidad la conciencia de un funcionario para disimular su mal habida ventaja. Vemos más personas menos pudientes en las cárceles porque por lo general son quienes cometen delitos menores. No es lo mismo robar un banco que un comercio pequeño.

-¿Hay que bajar la edad de imputabilidad?

-No es necesario. Está fallando el sistema, la sociedad, la familia. Es más fácil encontrar delincuentes menores de 18 años que mayores. Los códigos están pensados para una sociedad normal y lamentablemente estamos viviendo en una sociedad de mucha anormalidad, como los hechos ocurridos por personas alcoholizadas o drogadas. Esto nos preocupa pero no nos causa espanto. Bajar la edad no creo que sea solución. Por momentos parece que estamos en una sociedad descontrolada. La viveza criolla nos está llevando a la mini delincuencia y eso nos lleva a la inseguridad porque quien hoy roba una gallina, mañana roba un comercio y después comete un asalto a mano armada.

-¿Cómo ve el Código Procesal de Chubut?

-Preserva mucho la legalidad de los actos. Puede merecer alguna modificación en las exigencias para que no sea tan fácil eludir la prisión preventiva mientras se está en un proceso. En lo demás no. No coincido en que a la mayor cantidad de delitos más “palos”. Apunto más a la educación, al trabajo, a la forma en que se ayuda al ciudadano. Es una gran pena el cierre de la escuela técnicas, un gran error político con el cual no coincido porque salían jóvenes con una profesión para forjarse un porvenir y hoy eso está acotado, lamentablemente. Hoy es muy difícil conseguir trabajo. Es un combo.

-¿Cómo ve el Consejo de la Magistratura?

-Se puede hacer algún retoque en la conformación, no le asignaría tanto espacio a la política.

-¿Impulsar la finalización de la Ciudad Judicial de Comodoro?

-Es imprescindible. En la región no hay un solo abogado que no anhele verla cristalizada. Además de las comodidades edilicias daría al Poder Judicial un beneficio adicional importantísimo porque no se gastaría tanto en alquileres y se podría dar una conformación judicial de excelencia, no como hoy que tenemos que ir de una punta de la ciudad a la otra por un expediente ya que los juzgados están todos diseminados.


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