Caso Agüero: incidentes entre familiares y acusados

El juicio por el preso asesinado en la Alcaidía de Trelew no pudo iniciarse. Los jueces argumentaron problemas en su agenda. Las partes impulsaron una denuncia a la Oficina Judicial ante el Superior Tribunal de Justicia para que aplique una sanción. Volaron trompadas, hubo patadas e insultos de todo tipo.

El abogado Morales, representante de Agüero, dialogando con la fiscal Tolomei en el lugar de los hechos.
21 JUN 2016 - 22:11 | Actualizado

Desorganización, violencia y denuncias. Todo en una caliente mañana tribunalicia. Dos de los acusados por la muerte de un preso en la Alcaidía de Trelew, llegaron a tribunales y se armó una batahola. En cuestión de segundos, el tercer piso del palacio judicial se transformó en un ring de vale todo.

Estaba previsto que a las nueve comenzara el juicio por el crimen de Juan Carlos Agüero, el preso que en marzo de 2014 fue acribillado a puñaladas en un pabellón.

El juicio de nunca jamás

La sala de audiencias no estaba preparada, no hubo ningún operativo especial de seguridad y los jueces habían advertido a la Oficina Judicial que ese día no podrían participar de ningún juicio. Toda una conjunción de situaciones que derivaron en el caos.

Ocho son los presos –algunos de ellos ya en libertad- que debían comparecer ante los jueces para que la fiscal María Tolomei les achacara la muerte violenta de Agüero. Cuando dos de los acusados llegaron al tercer piso se encontraron con los familiares del occiso y brotó la ira. Volaron patadas, tirones de pelo, trompadas y todo tipo de insultos. Los policías dedicados a la custodia de los presos debieron intervenir con rapidez para resguardar a los reos que irían horas después ante el estrado.

Tensión

La tensión se apoderó de la situación por unos minutos, ya que corrió la fuerte versión de que había gente armada con cuchillos. Pero la posibilidad se diluyó minutos después.

La reducida guardia de la Oficina Judicial, como pudo, controló a los familiares y pasados unos 20 minutos de violencia, el piso recobró la tranquilidad.

En la guardia policial de la planta baja, la gresca se vivió como un reality show, ya que las cámaras de seguridad captaron todo el alboroto. ¿Nadie se preguntó si acaso era previsible lo ocurrido?

Denuncia

En definitiva el juicio nunca empezó. Más aún, se postergó para el próximo 27 de junio a las 9, debido a que los jueces César Zaratiegui y Mirta Moreno argumentaron que tenían otro debate y que por ello, habían avisado hace 20 días a la directora de la Oficina Judicial, Sandra Binder, que no podrían ir a dos juicios a la vez.

La directriz habría hecho caso omiso e igual fijó la fecha del debate para ayer, según contó el abogado querellante de la familia Agüero, Adrián Morales.

La Fiscalía también había ordenado su agenda, apretada por cierto, para acudir al debate y se encontraron con la sorpresa.

Todo eso motivó que se impulsara una denuncia ante el Superior Tribunal de Justicia para que evalúe alguna sanción.

Hay que trabajar

El concepto de Binder es conocido. La encargada de organizar la agenda de audiencias para los jueces suele fijarles dos juicios en un día a los magistrados. Cuando recibió críticas afirmó: “Me critican porque pongo trabajo. Acá hay que trabajar y cumplir la agenda. Cada juez tiene sus juicios y saben qué tiempo les insume”, según definió la directora, que supo mostrar estadísticas que respaldan su gestión al frente de ese difícil despacho.

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El abogado Morales, representante de Agüero, dialogando con la fiscal Tolomei en el lugar de los hechos.
21 JUN 2016 - 22:11

Desorganización, violencia y denuncias. Todo en una caliente mañana tribunalicia. Dos de los acusados por la muerte de un preso en la Alcaidía de Trelew, llegaron a tribunales y se armó una batahola. En cuestión de segundos, el tercer piso del palacio judicial se transformó en un ring de vale todo.

Estaba previsto que a las nueve comenzara el juicio por el crimen de Juan Carlos Agüero, el preso que en marzo de 2014 fue acribillado a puñaladas en un pabellón.

El juicio de nunca jamás

La sala de audiencias no estaba preparada, no hubo ningún operativo especial de seguridad y los jueces habían advertido a la Oficina Judicial que ese día no podrían participar de ningún juicio. Toda una conjunción de situaciones que derivaron en el caos.

Ocho son los presos –algunos de ellos ya en libertad- que debían comparecer ante los jueces para que la fiscal María Tolomei les achacara la muerte violenta de Agüero. Cuando dos de los acusados llegaron al tercer piso se encontraron con los familiares del occiso y brotó la ira. Volaron patadas, tirones de pelo, trompadas y todo tipo de insultos. Los policías dedicados a la custodia de los presos debieron intervenir con rapidez para resguardar a los reos que irían horas después ante el estrado.

Tensión

La tensión se apoderó de la situación por unos minutos, ya que corrió la fuerte versión de que había gente armada con cuchillos. Pero la posibilidad se diluyó minutos después.

La reducida guardia de la Oficina Judicial, como pudo, controló a los familiares y pasados unos 20 minutos de violencia, el piso recobró la tranquilidad.

En la guardia policial de la planta baja, la gresca se vivió como un reality show, ya que las cámaras de seguridad captaron todo el alboroto. ¿Nadie se preguntó si acaso era previsible lo ocurrido?

Denuncia

En definitiva el juicio nunca empezó. Más aún, se postergó para el próximo 27 de junio a las 9, debido a que los jueces César Zaratiegui y Mirta Moreno argumentaron que tenían otro debate y que por ello, habían avisado hace 20 días a la directora de la Oficina Judicial, Sandra Binder, que no podrían ir a dos juicios a la vez.

La directriz habría hecho caso omiso e igual fijó la fecha del debate para ayer, según contó el abogado querellante de la familia Agüero, Adrián Morales.

La Fiscalía también había ordenado su agenda, apretada por cierto, para acudir al debate y se encontraron con la sorpresa.

Todo eso motivó que se impulsara una denuncia ante el Superior Tribunal de Justicia para que evalúe alguna sanción.

Hay que trabajar

El concepto de Binder es conocido. La encargada de organizar la agenda de audiencias para los jueces suele fijarles dos juicios en un día a los magistrados. Cuando recibió críticas afirmó: “Me critican porque pongo trabajo. Acá hay que trabajar y cumplir la agenda. Cada juez tiene sus juicios y saben qué tiempo les insume”, según definió la directora, que supo mostrar estadísticas que respaldan su gestión al frente de ese difícil despacho.


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