El infierno del bullying: pesaba casi 100 kilos y sufría el acoso de sus pares

Tiene 14 años y su caso se conoció cuando lo reveló durante una charla sobre el tema en el colegio de Trelew al que concurre. Contó su historia a Jornada para ayudar a quienes sufren lo mismo. Cuando tenía 11 años fue agredido físicamente y denigrado en las redes sociales.

En la entrevista con Claudia Williams y, de espaldas, Juan.
27 JUN 2016 - 21:11 | Actualizado

Por Lorena Leeming

Tenía 11 años y pesaba casi 100 kilos. El maltrato y la burla eran moneda corriente en su vida. Terminó la escuela primaria suplicando que ese infierno llamado “bullying” cesara en la secundaria. Lo consiguió. Juan tiene hoy 14 años y bajó 35 kilos. Cursa sus estudios en la Escuela Nº759. Su historia conmovió a la comunidad educativa. “A mi abuela y mis hermanos no les contaba. No quería que se preocuparan. A veces lloraba porque me insultaban mucho”. Lo agredían físicamente y lo denigraban por las redes sociales. Una pesadilla que pudo superar.

La confesión de Juan en la escuela se dio en el marco de una clase de la prestigiosa docente de Tecnología Claudia Williams. Mientras se había disparado el tema de “acoso escolar”, él levantó la mano y se animó a relatarla. Debido al interés de sus compañeros y del establecimiento general, subieron su relato al blog del establecimiento.

“En 6º año era gordo. Vivía con mi abuela. Antes, cuando residía con mis padres, no me daban mucho alimento. A fines de año todos me molestaban. No me elegían para ninguna actividad en gimnasia. Y me decían que se debía a que era gordo”, contó en una entrevista con Jornada.

En el grupo de amigos al que pertenecía también había otros chicos con sobrepeso. “Yo, a diferencia de ellos, decidí hacer un cambio. No quería que me hicieran la misma burla. En vacaciones me puse una meta y la logré. Perdí más de 30 kilos. Ahora peso 65… Antes llegaba a los 100”.

Alcanzó su meta a fuerza de buena dieta y mucho ejercicio. “Así todos los días hasta que lo logré. Ahora estoy muy feliz con mi cuerpo. En la secundaria iba a sufrir más. A mi abuela y a mis hermanos no les contaba porque no quería que se preocuparan. A veces lloraba porque me insultaban mucho. Tuve fuerzas y lo superé”.

Juan no estuvo solo en esa lucha. “Tuve un gran amigo mío que me dijo lo que tenía que hacer. Me defendía. Me apoyaba, a toda costa quería lograr mi meta. No quería que me atacaran en la secundaria”, admitió.

El joven aseguró que las agresiones que recibía eran, en principio, verbales. Lo seguían a través de las redes sociales; a través del Facebook. “En persona me pegaban, me hacían la traba. Era muy feo. Cuando veo gente obesa no insulto. Me quedo callado. Se lo que siente”, afirmó en voz baja.

Su vida no fue fácil. Nunca. Fue abandonado por sus papás a los 5 años. “Me terminé quedando con mi abuela. Si no íbamos con ella, me iba a quedar en un orfanato”, refirió. Pero la vida da segundas oportunidades y Juan no fue la excepción de esa regla. “Hoy me siento muy bien. Ya no me molesta lo que me digan.

Mi consejo sería que no le den importancia a los insultos de las personas. Si no vas a vivir de la opinión de los demás y no vas a tener vida propia. Es a veces mejor “hacerse el distraído” a que te insulten y te empieces a sentir mal. No es divertido que te insulten”.

“Una escuela sin acoso”

La vara con que mide la profesora Claudia Williams su trabajo cotidiano es muy alta. Pero en sus aspiraciones todos la acompañan. Las clases sobre bullying están siempre llenas y los sábados nadie falta a las charlas del doctor Guillermo Zamora, experto en el tema. “Soñamos con una escuela sin acoso. No sé si la vamos a ver, pero hacia ahí vamos”, expresa como resumen de cada acción que se implementa a través de su cátedra.

La docente consignó que desde hace mucho tiempo se viene haciendo un camino importante en lo que respecta a los temas de Acoso Escolar y todo lo que esto deriva. “Le decimos “no” al acoso escolar. No al bullying que tanto problema causa en nuestras instituciones escolares y la nuestra no es ajena a esto”.

Se refirió a cómo se enteró de la historia de Juan. “Un día, a la mañana, estando en clases, empecé a hablar de bullying con chicos de segundo año. Es habitual entre nosotros. Tenemos un proyecto entre tres profesoras. “Los adolescentes y las redes sociales”, hacemos prevención. Nos reunimos a contra turno. Cuando vos les das pautas claras de trabajo responden de manera increíble”, indicó.

Y continuó: “Trabajamos también los sábados y contamos con el apoyo del abogado Guillermo Zamora. Es un lujo tenerlo en Trelew. Además de eso, participa en las escuelas y ayuda. Los llamamos los sábados y trabajamos con ellos. Es maravilloso. Con el tema de Juan estábamos charlando en la clase. Empezamos a hablar de lo que los chicos sufren. De lo feo que es. De lo mal que la pasan. Eso de transformarse en objeto de burla todo el tiempo. El bullying es un acoso sistematizado, todo el tiempo y todo el día”, explicitó.

“Juan levantó la mano”

Fue en ese momento cuando “Juan levantó la mano y nos comenzó a contar su historia. También la subimos al Blog que funciona desde hace 3 o 4 años. Trabajan chicas de tercer año en la administración: Vilma Ocares y Paula Bagnacedri. Siempre estamos en campaña. Parece reiterativo pero es una cuestión de no bajar los brazos. Soñamos con una escuela sin acoso. No sé si la vamos a ver pero bueno. Si ayudamos a un chico como Juan ya es tarea cumplida”, sintetizó.

Williams señaló que el bullying existió siempre. “El acoso escolar, las peleas fuera de la escuela. Existían cuando yo iba. Lo que pasa es que con el advenimiento de las redes sociales se empezó a intensificar. Con la aparición de las redes sociales no termina ahí. El chico se ve mucho más acosado cuando sale de de la escuela: llega a su casa y abre Facebook, abre Twitter o Instagram y Snapchat que se suma y hace punta. Y los chicos son muy crueles. Publican también las ofensas”, ejemplificó.

La profesora indica que el acoso escolar no termina cuando el chico sale del establecimiento. “Lo padece las 24 horas del día. Hay sobradas muestras y sobrados casos de lo que provocan en los adolescentes y chicos. En la primaria es donde se ven más casos”, aseguró.

Para finalizar, Claudia destacó la valentía de Juan. “Valoro que pueda decir las cosas. Ser claro. La ayuda que puede prestar esta historia en chicos que la pasan mal es increíble. Es admirable. Es ejemplo de lo que uno debería ser. La gran autoestima y un círculo de personas que lo ayudó. Pero tenía una abuela que lo quería mucho y una familia que lo protegió. Es cerrar un círculo afectivo alrededor de la persona. Es importante”.

El bullying

En el blog de la escuela, “BA759TWBLOG” se explica que el concepto “Bullying” refiere al acoso escolar y a toda forma de maltrato físico, verbal o psicológico que se produce entre escolares, de forma reiterada y a lo largo del tiempo. Suele tener lugar en el aula y en el patio de la escuela. Este tipo de violencia por lo general afecta a niños y niñas de entre 12 y 15 años, aunque puede extenderse a otras edades.

Aseguran que cuando se habla de bullying hay que establecer que los profesionales expertos en la materia tienen muy claro qué perfiles tienen el acosador y el acosado. Así, en el primer caso, estas son las principales señas de identidad que le definen: El acosador es alguien que necesita tener el dominio sobre otro para sentirse poderoso y así ser reconocido, carece de habilidades sociales y no muestra ningún tipo de capacidad de empatía, por regla general, es alguien que suele tener problemas de violencia en su propio hogar, no tiene capacidad de auto-crítica y manipula a su antojo la realidad.

En el segundo caso, el del acosado, estas podemos decir que son las características que le suelen identificar: es alguien sumiso, tiene baja autoestima y además no posee una personalidad segura, presenta una incapacidad absoluta para defenderse por sí mismo, se trata de una persona muy apegada a su familia y que no tiene autonomía y suele presentar algún tipo de diferencia con el resto de sus compañeros de clase en lo que se refiere a raza, religión, físico…

El agresor o acosador molesta a su víctima de distintas maneras, ante el silencio o la complicidad del resto de los compañeros. Es habitual que el conflicto empiece con burlas que se vuelven sistemáticas y que pueden derivar en golpes o agresiones físicas.

Los casos de bullying revelan un abuso de poder. El acosador logra la intimidación del otro chico, que lo percibe como más fuerte, más allá de si esta fortaleza es real o subjetiva. Poco a poco, el niño acosado comienza a experimentar diversas consecuencias psicológicas ante la situación, teniendo temor de asistir a la escuela, mostrándose retraído ante sus compañeros, etc. El bullying se ha convertido en una de las principales preocupaciones que tienen los padres respecto a sus hijos. Por tanto, es importante que aquellos presten atención a signos que pueden indicar que sus vástagos están sufriendo acoso escolar: el adolescente presenta cambios de humor muy bruscos, tiene miedo de ir al colegio y por eso siempre pone excusas para faltar a clase, se produce un importante cambio en lo que es el rendimiento escolar y no cuenta nada sobre su día a día en el centro.

Para finalizar, se afirma que “con las nuevas tecnologías, el bullying se ha extendido al hogar de las víctimas, en lo que se conoce como ciberbullying. Los acosadores se encargan de molestar a través de Internet, con correos electrónicos intimidatorios, la difusión de fotografías retocadas, la difamación en redes sociales y hasta la creación de páginas webcon contenidos agresivos”.

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En la entrevista con Claudia Williams y, de espaldas, Juan.
27 JUN 2016 - 21:11

Por Lorena Leeming

Tenía 11 años y pesaba casi 100 kilos. El maltrato y la burla eran moneda corriente en su vida. Terminó la escuela primaria suplicando que ese infierno llamado “bullying” cesara en la secundaria. Lo consiguió. Juan tiene hoy 14 años y bajó 35 kilos. Cursa sus estudios en la Escuela Nº759. Su historia conmovió a la comunidad educativa. “A mi abuela y mis hermanos no les contaba. No quería que se preocuparan. A veces lloraba porque me insultaban mucho”. Lo agredían físicamente y lo denigraban por las redes sociales. Una pesadilla que pudo superar.

La confesión de Juan en la escuela se dio en el marco de una clase de la prestigiosa docente de Tecnología Claudia Williams. Mientras se había disparado el tema de “acoso escolar”, él levantó la mano y se animó a relatarla. Debido al interés de sus compañeros y del establecimiento general, subieron su relato al blog del establecimiento.

“En 6º año era gordo. Vivía con mi abuela. Antes, cuando residía con mis padres, no me daban mucho alimento. A fines de año todos me molestaban. No me elegían para ninguna actividad en gimnasia. Y me decían que se debía a que era gordo”, contó en una entrevista con Jornada.

En el grupo de amigos al que pertenecía también había otros chicos con sobrepeso. “Yo, a diferencia de ellos, decidí hacer un cambio. No quería que me hicieran la misma burla. En vacaciones me puse una meta y la logré. Perdí más de 30 kilos. Ahora peso 65… Antes llegaba a los 100”.

Alcanzó su meta a fuerza de buena dieta y mucho ejercicio. “Así todos los días hasta que lo logré. Ahora estoy muy feliz con mi cuerpo. En la secundaria iba a sufrir más. A mi abuela y a mis hermanos no les contaba porque no quería que se preocuparan. A veces lloraba porque me insultaban mucho. Tuve fuerzas y lo superé”.

Juan no estuvo solo en esa lucha. “Tuve un gran amigo mío que me dijo lo que tenía que hacer. Me defendía. Me apoyaba, a toda costa quería lograr mi meta. No quería que me atacaran en la secundaria”, admitió.

El joven aseguró que las agresiones que recibía eran, en principio, verbales. Lo seguían a través de las redes sociales; a través del Facebook. “En persona me pegaban, me hacían la traba. Era muy feo. Cuando veo gente obesa no insulto. Me quedo callado. Se lo que siente”, afirmó en voz baja.

Su vida no fue fácil. Nunca. Fue abandonado por sus papás a los 5 años. “Me terminé quedando con mi abuela. Si no íbamos con ella, me iba a quedar en un orfanato”, refirió. Pero la vida da segundas oportunidades y Juan no fue la excepción de esa regla. “Hoy me siento muy bien. Ya no me molesta lo que me digan.

Mi consejo sería que no le den importancia a los insultos de las personas. Si no vas a vivir de la opinión de los demás y no vas a tener vida propia. Es a veces mejor “hacerse el distraído” a que te insulten y te empieces a sentir mal. No es divertido que te insulten”.

“Una escuela sin acoso”

La vara con que mide la profesora Claudia Williams su trabajo cotidiano es muy alta. Pero en sus aspiraciones todos la acompañan. Las clases sobre bullying están siempre llenas y los sábados nadie falta a las charlas del doctor Guillermo Zamora, experto en el tema. “Soñamos con una escuela sin acoso. No sé si la vamos a ver, pero hacia ahí vamos”, expresa como resumen de cada acción que se implementa a través de su cátedra.

La docente consignó que desde hace mucho tiempo se viene haciendo un camino importante en lo que respecta a los temas de Acoso Escolar y todo lo que esto deriva. “Le decimos “no” al acoso escolar. No al bullying que tanto problema causa en nuestras instituciones escolares y la nuestra no es ajena a esto”.

Se refirió a cómo se enteró de la historia de Juan. “Un día, a la mañana, estando en clases, empecé a hablar de bullying con chicos de segundo año. Es habitual entre nosotros. Tenemos un proyecto entre tres profesoras. “Los adolescentes y las redes sociales”, hacemos prevención. Nos reunimos a contra turno. Cuando vos les das pautas claras de trabajo responden de manera increíble”, indicó.

Y continuó: “Trabajamos también los sábados y contamos con el apoyo del abogado Guillermo Zamora. Es un lujo tenerlo en Trelew. Además de eso, participa en las escuelas y ayuda. Los llamamos los sábados y trabajamos con ellos. Es maravilloso. Con el tema de Juan estábamos charlando en la clase. Empezamos a hablar de lo que los chicos sufren. De lo feo que es. De lo mal que la pasan. Eso de transformarse en objeto de burla todo el tiempo. El bullying es un acoso sistematizado, todo el tiempo y todo el día”, explicitó.

“Juan levantó la mano”

Fue en ese momento cuando “Juan levantó la mano y nos comenzó a contar su historia. También la subimos al Blog que funciona desde hace 3 o 4 años. Trabajan chicas de tercer año en la administración: Vilma Ocares y Paula Bagnacedri. Siempre estamos en campaña. Parece reiterativo pero es una cuestión de no bajar los brazos. Soñamos con una escuela sin acoso. No sé si la vamos a ver pero bueno. Si ayudamos a un chico como Juan ya es tarea cumplida”, sintetizó.

Williams señaló que el bullying existió siempre. “El acoso escolar, las peleas fuera de la escuela. Existían cuando yo iba. Lo que pasa es que con el advenimiento de las redes sociales se empezó a intensificar. Con la aparición de las redes sociales no termina ahí. El chico se ve mucho más acosado cuando sale de de la escuela: llega a su casa y abre Facebook, abre Twitter o Instagram y Snapchat que se suma y hace punta. Y los chicos son muy crueles. Publican también las ofensas”, ejemplificó.

La profesora indica que el acoso escolar no termina cuando el chico sale del establecimiento. “Lo padece las 24 horas del día. Hay sobradas muestras y sobrados casos de lo que provocan en los adolescentes y chicos. En la primaria es donde se ven más casos”, aseguró.

Para finalizar, Claudia destacó la valentía de Juan. “Valoro que pueda decir las cosas. Ser claro. La ayuda que puede prestar esta historia en chicos que la pasan mal es increíble. Es admirable. Es ejemplo de lo que uno debería ser. La gran autoestima y un círculo de personas que lo ayudó. Pero tenía una abuela que lo quería mucho y una familia que lo protegió. Es cerrar un círculo afectivo alrededor de la persona. Es importante”.

El bullying

En el blog de la escuela, “BA759TWBLOG” se explica que el concepto “Bullying” refiere al acoso escolar y a toda forma de maltrato físico, verbal o psicológico que se produce entre escolares, de forma reiterada y a lo largo del tiempo. Suele tener lugar en el aula y en el patio de la escuela. Este tipo de violencia por lo general afecta a niños y niñas de entre 12 y 15 años, aunque puede extenderse a otras edades.

Aseguran que cuando se habla de bullying hay que establecer que los profesionales expertos en la materia tienen muy claro qué perfiles tienen el acosador y el acosado. Así, en el primer caso, estas son las principales señas de identidad que le definen: El acosador es alguien que necesita tener el dominio sobre otro para sentirse poderoso y así ser reconocido, carece de habilidades sociales y no muestra ningún tipo de capacidad de empatía, por regla general, es alguien que suele tener problemas de violencia en su propio hogar, no tiene capacidad de auto-crítica y manipula a su antojo la realidad.

En el segundo caso, el del acosado, estas podemos decir que son las características que le suelen identificar: es alguien sumiso, tiene baja autoestima y además no posee una personalidad segura, presenta una incapacidad absoluta para defenderse por sí mismo, se trata de una persona muy apegada a su familia y que no tiene autonomía y suele presentar algún tipo de diferencia con el resto de sus compañeros de clase en lo que se refiere a raza, religión, físico…

El agresor o acosador molesta a su víctima de distintas maneras, ante el silencio o la complicidad del resto de los compañeros. Es habitual que el conflicto empiece con burlas que se vuelven sistemáticas y que pueden derivar en golpes o agresiones físicas.

Los casos de bullying revelan un abuso de poder. El acosador logra la intimidación del otro chico, que lo percibe como más fuerte, más allá de si esta fortaleza es real o subjetiva. Poco a poco, el niño acosado comienza a experimentar diversas consecuencias psicológicas ante la situación, teniendo temor de asistir a la escuela, mostrándose retraído ante sus compañeros, etc. El bullying se ha convertido en una de las principales preocupaciones que tienen los padres respecto a sus hijos. Por tanto, es importante que aquellos presten atención a signos que pueden indicar que sus vástagos están sufriendo acoso escolar: el adolescente presenta cambios de humor muy bruscos, tiene miedo de ir al colegio y por eso siempre pone excusas para faltar a clase, se produce un importante cambio en lo que es el rendimiento escolar y no cuenta nada sobre su día a día en el centro.

Para finalizar, se afirma que “con las nuevas tecnologías, el bullying se ha extendido al hogar de las víctimas, en lo que se conoce como ciberbullying. Los acosadores se encargan de molestar a través de Internet, con correos electrónicos intimidatorios, la difusión de fotografías retocadas, la difamación en redes sociales y hasta la creación de páginas webcon contenidos agresivos”.


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