Mueren 28 personas en un sangriento ataque a un restaurante

El grupo de yihadistas que anoche atacó un restaurante de dos chefs argentinos en el centro de la capital de Bangladesh, asesinó a 20 rehenes, entre ellos nueve italianos y siete japoneses. Cientos de soldados irrumpieran en el lugar y pusieran fin a 12 horas de miedo y tensión.

Tras más de 13 horas, terminó la toma de rehenes en un café de Dacca, Bangladesh.
02 JUL 2016 - 3:21 | Actualizado

El único de los dos argentinos que se encontraba en el lugar logró escapar ileso saltando a un edificio aledaño, sobreviviendo así a lo que hoy describió como "una película de terror".

Un total de 28 personas murieron en el ataque en Dacca, incluyendo a seis atacantes y a dos policías fallecidos ayer en el asalto inicial al ataque, que fue reivindicado tanto por el Estado Islámico (EI) como por la rama de Al Qaeda en el subcontinente indio.

Los hechos comenzaron en horas de la noche cuando siete jóvenes provistos de granadas, pistolas, rifles y machetes ingresaron al restaurante, ubicado en la zona de la ciudad donde están las sedes diplomáticas.

Una vez en el lugar, ordenaron a todos los bangladesíes identificarse antes de comenzar a matar a los que eran extranjeros o a los que no sabían recitar el Corán, dijeron hoy fuentes de seguridad y testigos citados por los medios locales.

El ataque marcó una dramática escalada en una campaña lanzada hace 18 meses por extremistas islámicos que hasta ahora había estado dirigida mayormente contra individuos que bregan por una forma de vida secular en este país musulmán y de 160 millones de habitantes.

En medio de una cascada de tiros y explosiones, Dacca vivió 12 horas de miedo, tensión y opacidad informativa mientras numerosos contingentes de diversos cuerpos de seguridad y tanquetas del Ejército se apostaban en torno al restaurante Holey, en el acomodado barrio de Gulshan.

Unos cien efectivos del Ejército y de otras fuerzas irrumpieron finalmente en el local con los primeros rayos de luz y, poco después, la primera ministra bangladesí, Sheikh Hasina, comunicó a la nación que seis de los atacantes habían muerto y uno capturado con vida.

Trece rehenes, incluidos bangladesíes, el argentino y de otras nacionalidades como ceilandesa, india, italiana y japonesa, escaparon o fueron liberados durante el operativo, que sin embargo llegó demasiado tarde para otros 20 cautivos, acuchillados muchos de ellos por los extremistas, explicó hoy en rueda de prensa el general Nayeem Ashfaq, director de la operación.

Lo hicieron tras comprobar quiénes sabían recitar el Corán, de acuerdo con la versión del padre de uno de los bangladesíes liberados que recoge el rotativo local The Daily Star, según informó la agencia de noticias EFE.

Siete japoneses y un indio también murieron, dijeron los gobiernos de sus respectivos países.

"Algunos de los 20 rehenes muertos son bangladesíes, otros son extranjeros. Hasta que la Policía traiga los cadáveres y sean limpiados, no podrán ser identificados", dijo a EFE el oficial Moahim, del Ejército.

A las víctimas civiles y yihadistas se sumaron dos mandos policiales, que murieron en las primeras horas en tiroteos con los terroristas, y al menos otras 26 personas resultaron heridas, en su mayoría agentes.

"¿Qué tipo de musulmanes son que en vez de rezar realizan ese tipo de actos?", denunció la primera ministras tras varias horas de silencio oficial sobre un ataque ocurrido en las postrimerías del mes sagrado islámico del Ramadán.

El escenario de la tragedia, el Holey Artisan Bakery-O'Kitchen, es un restaurante con panadería más conocido simplemente como Holey y especializado en cocina mediterránea cuyos chefs son dos argentinos y que en pocos años se había convertido en referente para la comunidad expatriada y la clase alta bangladesí.

Uno de los chefs argentinos, Diego Rossini, declaró a EFE sentirse conmocionado tras haber vivido "una película de terror", de la que consiguió escapar después de esconderse de los terroristas y ser ayudado por la policía.

"Estaba sacando mis mesas y vi que caía alguien, que un tipo se desplomaba fuera (en el jardín) por disparos. Di por hecho que eran terroristas", explicó.

"Subimos unas diez personas (a la terraza), pusimos muebles en la puerta. Pensamos que los terroristas matarían a los clientes y se irían, pero al rato sentimos cómo empujaban la puerta, como si fuera una película de terror", relató Rossini, que dirige la cocina junto a su compatriota Gastón Palacios, fuera de Bangladesh estos días.

Tras pasar varias balas a su lado, el chef saltó cuatro metros de altura intentando agarrarse a un árbol, pero cayó a un pasillo aledaño al edificio hasta que finalmente fue rescatado.

"Si entran otro día que hubiera habido más gente... Solo había unos 25 clientes, incluidos algunos italianos y japoneses, y entre 20 o 30 empleados", dijo por la poca clientela en el Ramadán.

Inmerso en una ola de atentados selectivos de corte islamista desde 2013, Bangladesh no sufría grandes ataques extremistas desde la pasada década, aunque fuentes diplomáticas y expertos de seguridad habían alertado de la probabilidad de una acción coordinada de este estilo ante la deriva extremista.

Las agresiones selectivas, generalmente a machetazos, se intensificaron en 2015 y han provocado la muerte de más de 40 personas en los últimos tres años, entre ellas fieles de minorías religiosas, seguidores de sectas no adscritas a la rama ortodoxa sunnita, activistas homosexuales, pensadores laicos o extranjeros.

Algunas acciones han sido reivindicadas por el EI y otras por Al Qaeda, si bien las autoridades responsabilizan a grupos autóctonos.

Tras más de 13 horas, terminó la toma de rehenes en un café de Dacca, Bangladesh.
02 JUL 2016 - 3:21

El único de los dos argentinos que se encontraba en el lugar logró escapar ileso saltando a un edificio aledaño, sobreviviendo así a lo que hoy describió como "una película de terror".

Un total de 28 personas murieron en el ataque en Dacca, incluyendo a seis atacantes y a dos policías fallecidos ayer en el asalto inicial al ataque, que fue reivindicado tanto por el Estado Islámico (EI) como por la rama de Al Qaeda en el subcontinente indio.

Los hechos comenzaron en horas de la noche cuando siete jóvenes provistos de granadas, pistolas, rifles y machetes ingresaron al restaurante, ubicado en la zona de la ciudad donde están las sedes diplomáticas.

Una vez en el lugar, ordenaron a todos los bangladesíes identificarse antes de comenzar a matar a los que eran extranjeros o a los que no sabían recitar el Corán, dijeron hoy fuentes de seguridad y testigos citados por los medios locales.

El ataque marcó una dramática escalada en una campaña lanzada hace 18 meses por extremistas islámicos que hasta ahora había estado dirigida mayormente contra individuos que bregan por una forma de vida secular en este país musulmán y de 160 millones de habitantes.

En medio de una cascada de tiros y explosiones, Dacca vivió 12 horas de miedo, tensión y opacidad informativa mientras numerosos contingentes de diversos cuerpos de seguridad y tanquetas del Ejército se apostaban en torno al restaurante Holey, en el acomodado barrio de Gulshan.

Unos cien efectivos del Ejército y de otras fuerzas irrumpieron finalmente en el local con los primeros rayos de luz y, poco después, la primera ministra bangladesí, Sheikh Hasina, comunicó a la nación que seis de los atacantes habían muerto y uno capturado con vida.

Trece rehenes, incluidos bangladesíes, el argentino y de otras nacionalidades como ceilandesa, india, italiana y japonesa, escaparon o fueron liberados durante el operativo, que sin embargo llegó demasiado tarde para otros 20 cautivos, acuchillados muchos de ellos por los extremistas, explicó hoy en rueda de prensa el general Nayeem Ashfaq, director de la operación.

Lo hicieron tras comprobar quiénes sabían recitar el Corán, de acuerdo con la versión del padre de uno de los bangladesíes liberados que recoge el rotativo local The Daily Star, según informó la agencia de noticias EFE.

Siete japoneses y un indio también murieron, dijeron los gobiernos de sus respectivos países.

"Algunos de los 20 rehenes muertos son bangladesíes, otros son extranjeros. Hasta que la Policía traiga los cadáveres y sean limpiados, no podrán ser identificados", dijo a EFE el oficial Moahim, del Ejército.

A las víctimas civiles y yihadistas se sumaron dos mandos policiales, que murieron en las primeras horas en tiroteos con los terroristas, y al menos otras 26 personas resultaron heridas, en su mayoría agentes.

"¿Qué tipo de musulmanes son que en vez de rezar realizan ese tipo de actos?", denunció la primera ministras tras varias horas de silencio oficial sobre un ataque ocurrido en las postrimerías del mes sagrado islámico del Ramadán.

El escenario de la tragedia, el Holey Artisan Bakery-O'Kitchen, es un restaurante con panadería más conocido simplemente como Holey y especializado en cocina mediterránea cuyos chefs son dos argentinos y que en pocos años se había convertido en referente para la comunidad expatriada y la clase alta bangladesí.

Uno de los chefs argentinos, Diego Rossini, declaró a EFE sentirse conmocionado tras haber vivido "una película de terror", de la que consiguió escapar después de esconderse de los terroristas y ser ayudado por la policía.

"Estaba sacando mis mesas y vi que caía alguien, que un tipo se desplomaba fuera (en el jardín) por disparos. Di por hecho que eran terroristas", explicó.

"Subimos unas diez personas (a la terraza), pusimos muebles en la puerta. Pensamos que los terroristas matarían a los clientes y se irían, pero al rato sentimos cómo empujaban la puerta, como si fuera una película de terror", relató Rossini, que dirige la cocina junto a su compatriota Gastón Palacios, fuera de Bangladesh estos días.

Tras pasar varias balas a su lado, el chef saltó cuatro metros de altura intentando agarrarse a un árbol, pero cayó a un pasillo aledaño al edificio hasta que finalmente fue rescatado.

"Si entran otro día que hubiera habido más gente... Solo había unos 25 clientes, incluidos algunos italianos y japoneses, y entre 20 o 30 empleados", dijo por la poca clientela en el Ramadán.

Inmerso en una ola de atentados selectivos de corte islamista desde 2013, Bangladesh no sufría grandes ataques extremistas desde la pasada década, aunque fuentes diplomáticas y expertos de seguridad habían alertado de la probabilidad de una acción coordinada de este estilo ante la deriva extremista.

Las agresiones selectivas, generalmente a machetazos, se intensificaron en 2015 y han provocado la muerte de más de 40 personas en los últimos tres años, entre ellas fieles de minorías religiosas, seguidores de sectas no adscritas a la rama ortodoxa sunnita, activistas homosexuales, pensadores laicos o extranjeros.

Algunas acciones han sido reivindicadas por el EI y otras por Al Qaeda, si bien las autoridades responsabilizan a grupos autóctonos.


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