Orgullo y emoción renovados de dos culturas

Como cada año, en Puerto Madryn se recreó el encuentro de las dos culturas con una emotiva ceremonia a orillas del Golfo. Tradición a pleno para recuperar la gesta de los colonos y el encuentro con los pueblos originarios.

Tradición a pleno. El momento del encuentro en las dos culturas, a orillas del mar.
28 JUL 2016 - 21:16 | Actualizado

Como en cada ocasión, otro momento significativo en el 151º Aniversario de Puerto Madryn fue el encuentro de dos culturas, que nuevamente quedó reflejado en el toldo tehuelche, rememorando alguno de los encuentros que se daban entre ambas culturas y cuando el cacique autorizaba el ingreso de un visitante galés para posteriormente sumar las familias de ambos.

Ayer se conmemoró un nuevo aniversario que comenzó con el sentir nativo, ya que la Rogativa, al amanecer, dio la bienvenida a un nuevo aniversario. La ceremonia fue organizada y llevada a cabo por la Comunidad Mapuche Tehuelche “Pu Fotum Mapú” (Hijos de la Tierra) y tuvo lugar en la zona de Punta Cuevas, sitio natural que escogieron los galeses al llegar a estas tierras.

La rogativa es una de las expresiones máximas del sentir espiritual mapuche, ceremonia que da comienzo al amanecer, con los participantes formados en semicírculo, orientados al este de la tierra (puelmapu), donde nace el sol, generando la luz que mostrara al “padre grande” (Futachao) a un pueblo rindiéndole culto y expectante por su presencia, marcando así el comienzo de un nuevo día para toda criatura viviente que habita la “madre tierra” (ñuke mapu). En este “lugar sagrado” (rewe) se realiza todos los años la rogativa (Nguellipún) en memoria del pueblo tehuelche y colonos galeses, protagonistas del encuentro de dos culturas.

Pasado el momento de agradecimiento y recordatorios para la comunidad Mapuche – Tehuelche, se recordó aquella epopeya de 1865 y el encuentro entre los inmigrantes galeses junto a los dueños de la tierra, no sólo desde el momento del desembarco sino también protagonizando el tradicional “Encuentro de dos culturas”.

Rememorando alguno de los encuentros que se daban entre ambas culturas y cuando el cacique autorizaba el ingreso de un visitante galés para posteriormente sumar las familias de ambos. Allí se desarrolló el intercambio del pan y del cuarto de guanaco, para finalizar con expresiones de ambas culturas por parte de los aborígenes y danzas típicas por parte de los galeses. Tras el encuentro, representantes de ambas comunidades acompañaron a sus respectivos equipos para el inicio de la recreación de los juegos deportivos, típicos de aquella época.

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28 JUL 2016 - 21:16

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Ayer se conmemoró un nuevo aniversario que comenzó con el sentir nativo, ya que la Rogativa, al amanecer, dio la bienvenida a un nuevo aniversario. La ceremonia fue organizada y llevada a cabo por la Comunidad Mapuche Tehuelche “Pu Fotum Mapú” (Hijos de la Tierra) y tuvo lugar en la zona de Punta Cuevas, sitio natural que escogieron los galeses al llegar a estas tierras.

La rogativa es una de las expresiones máximas del sentir espiritual mapuche, ceremonia que da comienzo al amanecer, con los participantes formados en semicírculo, orientados al este de la tierra (puelmapu), donde nace el sol, generando la luz que mostrara al “padre grande” (Futachao) a un pueblo rindiéndole culto y expectante por su presencia, marcando así el comienzo de un nuevo día para toda criatura viviente que habita la “madre tierra” (ñuke mapu). En este “lugar sagrado” (rewe) se realiza todos los años la rogativa (Nguellipún) en memoria del pueblo tehuelche y colonos galeses, protagonistas del encuentro de dos culturas.

Pasado el momento de agradecimiento y recordatorios para la comunidad Mapuche – Tehuelche, se recordó aquella epopeya de 1865 y el encuentro entre los inmigrantes galeses junto a los dueños de la tierra, no sólo desde el momento del desembarco sino también protagonizando el tradicional “Encuentro de dos culturas”.

Rememorando alguno de los encuentros que se daban entre ambas culturas y cuando el cacique autorizaba el ingreso de un visitante galés para posteriormente sumar las familias de ambos. Allí se desarrolló el intercambio del pan y del cuarto de guanaco, para finalizar con expresiones de ambas culturas por parte de los aborígenes y danzas típicas por parte de los galeses. Tras el encuentro, representantes de ambas comunidades acompañaron a sus respectivos equipos para el inicio de la recreación de los juegos deportivos, típicos de aquella época.


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