Trump volvió a cambiar a su jefe de campaña

Determinado a hacer "lo que sea" para ganar las elecciones de noviembre en Estados Unidos, Donald Trump cambió hoy a su jefe de campaña por segunda vez en cuatro meses y eligió a alguien que comparte su discurso incendiario y se aleja de la moderación que reclama a gritos el Partido Republicano.

17 AGO 2016 - 19:35 | Actualizado

A sólo 82 días de los comicios, los principales medios estadounidenses reaccionaron al anuncio como "un golpe de timón" y "una sacudida"; sin embargo, en el campo demócrata rápidamente desestimaron que la nueva cúpula del equipo de Trump implique un cambio verdadero en la campaña del candidato republicano.

"No hay un nuevo Donald Trump", sentenció la candidata demócrata, Hillary Clinton, en un acto de campaña en Cleveland difundido por la cadena de noticias CNN, en momentos es que la ex funcionaria está arriba seis o siete puntos porcentuales, según las últimas encuestas publicadas por la página web Real Clear Politics.

"Trump puede contratar y despedir a quien quiera, pero sigue siendo el mismo hombre", agregó la ex secretaria de Estado, que ha concentrado sus esfuerzos en una campaña negativa contra su rival y su discurso racista, machista y políticamente incorrecto.

A partir de hoy el nuevo número uno de la campaña presidencial de Trump será Stephen Bannon, un ejecutivo de Breitbart News, una cadena conservadora y políticamente sensacionalista de medios pequeños, creada en 2007, al calor del crecimiento de un movimiento de base ultraderechista y xenófoba en el corazón del campo opositor republicano, cuyo referente más famoso fue la organización Tea Party.

Bannon es un acaudalado ex ejecutivo de Goldman Sachs que tomó las riendas de Breitbart y lideró varias controvertidas ofensivas mediáticas contra el presidente Barack Obama y sus funcionarios, que incluyeron videos maliciosamente editados y fotomontajes.

El nuevo director ejecutivo del equipo de Trump nunca trabajó en un campaña electoral y tampoco tiene una relación muy fluida con la cúpula del Partido Republicano, a la que criticó varias veces en los últimos años desde el portal online de Breitbart y su radio.

"Estoy comprometido a hacer lo que sea para ganar esta elección y, eventualmente, convertirme en presidente porque nuestro país no puede aguantar cuatro años más de las políticas fallidas de Obama-Clinton, que pusieron en peligro la seguridad física y financiera del país", explicó hoy Trump en el comunicado en el que anunció el nuevo cambio en su equipo de campaña, publicado en su página web.

Apenas 24 horas antes y en medio de crecientes críticas de sus compañeros republicanos por el tono incendiario y racista de su campaña, el magnate neoyorquino había prometido mantenerse fiel a su estilo controvertido en una entrevista con una televisión local de Wisconsin.

"Yo soy quien soy (...) No quiero cambiar. Es decir, tenés que ser vos. Si comenzás a cambiar, no estás siendo honesto con la gente", sentenció.

Desde que se lanzó como candidato presidencial, Trump tildó de "violadores" a los inmigrantes mexicanos que intentan entrar al país, asimiló a los musulmanes con "terroristas" al pedir que se les prohíba el ingreso al territorio y, recientemente, acusó al presidente Obama y a Clinton de ser los fundadores de la milicia Estado Islámico.

Pero fue recién hace unas semanas cuando terminó de hacer enojar a algunos de los principales líderes de su partido, al atacar frontal y públicamente a los padres de un soldado estadounidense musulmán fallecido en la guerra en Irak, dos inmigrantes paquistaníes que dieron un sentido discurso durante la Convención Nacional Demócrata en Filadelfia el mes pasado.

La crisis interna de los republicanos y la caída de Trump en las últimas encuestas pareció tocar fondo esta semana cuando el diario The New York Times reveló que el hasta hoy jefe de campaña del magnate, Paul Manafort, recibió durante seis años casi 13 millones de dólares de un partido pro ruso en Ucrania y que habría facilitado pagos millonarios a empresas lobistas en Estados Unidos para influir en la escena política de Washington.

El vínculo con personajes cercanos al Kremlin de Vladimir Putin encendió las alarmas de muchos a sólo horas de que Trump reciba hoy su primer informe de inteligencia sobre seguridad nacional en el Pentágono, un requisito que deben cumplir los candidatos presidenciales de los principales partidos, luego de que son nominados en las convenciones nacionales.

Trump no despidió a Manafort, pero creó dos puestos por encima de él para limitar su protagonismo y frenar las críticas de que un hombre con fuertes vínculos con el Kremlin acceda a información secreta de seguridad nacional.

Nombró a Bannon como director ejecutivo y a Kellyanne Conway como la encargada de la estrategia político electoral.

Mientras Bannon parece reforzar el estilo incontrolable e incendiario del magnate, Conway se perfila como una concesión al Partido Republicano, ya que se trata de una experimentada encuestadora y analista que trabajó para otros dirigentes de la fuerza, como el senador y ex presidenciable, Ted Cruz, el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich y el actual candidato a vice presidente y gobernador de Indiana, Mike Pence.

El nuevo equipo de campaña del magnate, que también incluye al ex jefe de la Agencia de Inteligencia de Defensa, el general Michael Flynn, ya comenzó a trabajar. Esta tarde se reunió en la Trump Tower, el edificio emblema del empresario en Nueva York, para discutir sus "estrategias para derrotar al terrorismo islamista", según filtraron fuentes a CNN.

Una vez más, Trump no dudó en atacar a la comunidad de inteligencia.

Acusó a los servicios de inteligencia estadounidenses de haber "tomado malas decisiones (...) a lo largo de los últimos 10 años". "Ha sido catastrófico", sentenció el candidato opositor a poco de reunirse con los encargados de la Seguridad Nacional del país.

17 AGO 2016 - 19:35

A sólo 82 días de los comicios, los principales medios estadounidenses reaccionaron al anuncio como "un golpe de timón" y "una sacudida"; sin embargo, en el campo demócrata rápidamente desestimaron que la nueva cúpula del equipo de Trump implique un cambio verdadero en la campaña del candidato republicano.

"No hay un nuevo Donald Trump", sentenció la candidata demócrata, Hillary Clinton, en un acto de campaña en Cleveland difundido por la cadena de noticias CNN, en momentos es que la ex funcionaria está arriba seis o siete puntos porcentuales, según las últimas encuestas publicadas por la página web Real Clear Politics.

"Trump puede contratar y despedir a quien quiera, pero sigue siendo el mismo hombre", agregó la ex secretaria de Estado, que ha concentrado sus esfuerzos en una campaña negativa contra su rival y su discurso racista, machista y políticamente incorrecto.

A partir de hoy el nuevo número uno de la campaña presidencial de Trump será Stephen Bannon, un ejecutivo de Breitbart News, una cadena conservadora y políticamente sensacionalista de medios pequeños, creada en 2007, al calor del crecimiento de un movimiento de base ultraderechista y xenófoba en el corazón del campo opositor republicano, cuyo referente más famoso fue la organización Tea Party.

Bannon es un acaudalado ex ejecutivo de Goldman Sachs que tomó las riendas de Breitbart y lideró varias controvertidas ofensivas mediáticas contra el presidente Barack Obama y sus funcionarios, que incluyeron videos maliciosamente editados y fotomontajes.

El nuevo director ejecutivo del equipo de Trump nunca trabajó en un campaña electoral y tampoco tiene una relación muy fluida con la cúpula del Partido Republicano, a la que criticó varias veces en los últimos años desde el portal online de Breitbart y su radio.

"Estoy comprometido a hacer lo que sea para ganar esta elección y, eventualmente, convertirme en presidente porque nuestro país no puede aguantar cuatro años más de las políticas fallidas de Obama-Clinton, que pusieron en peligro la seguridad física y financiera del país", explicó hoy Trump en el comunicado en el que anunció el nuevo cambio en su equipo de campaña, publicado en su página web.

Apenas 24 horas antes y en medio de crecientes críticas de sus compañeros republicanos por el tono incendiario y racista de su campaña, el magnate neoyorquino había prometido mantenerse fiel a su estilo controvertido en una entrevista con una televisión local de Wisconsin.

"Yo soy quien soy (...) No quiero cambiar. Es decir, tenés que ser vos. Si comenzás a cambiar, no estás siendo honesto con la gente", sentenció.

Desde que se lanzó como candidato presidencial, Trump tildó de "violadores" a los inmigrantes mexicanos que intentan entrar al país, asimiló a los musulmanes con "terroristas" al pedir que se les prohíba el ingreso al territorio y, recientemente, acusó al presidente Obama y a Clinton de ser los fundadores de la milicia Estado Islámico.

Pero fue recién hace unas semanas cuando terminó de hacer enojar a algunos de los principales líderes de su partido, al atacar frontal y públicamente a los padres de un soldado estadounidense musulmán fallecido en la guerra en Irak, dos inmigrantes paquistaníes que dieron un sentido discurso durante la Convención Nacional Demócrata en Filadelfia el mes pasado.

La crisis interna de los republicanos y la caída de Trump en las últimas encuestas pareció tocar fondo esta semana cuando el diario The New York Times reveló que el hasta hoy jefe de campaña del magnate, Paul Manafort, recibió durante seis años casi 13 millones de dólares de un partido pro ruso en Ucrania y que habría facilitado pagos millonarios a empresas lobistas en Estados Unidos para influir en la escena política de Washington.

El vínculo con personajes cercanos al Kremlin de Vladimir Putin encendió las alarmas de muchos a sólo horas de que Trump reciba hoy su primer informe de inteligencia sobre seguridad nacional en el Pentágono, un requisito que deben cumplir los candidatos presidenciales de los principales partidos, luego de que son nominados en las convenciones nacionales.

Trump no despidió a Manafort, pero creó dos puestos por encima de él para limitar su protagonismo y frenar las críticas de que un hombre con fuertes vínculos con el Kremlin acceda a información secreta de seguridad nacional.

Nombró a Bannon como director ejecutivo y a Kellyanne Conway como la encargada de la estrategia político electoral.

Mientras Bannon parece reforzar el estilo incontrolable e incendiario del magnate, Conway se perfila como una concesión al Partido Republicano, ya que se trata de una experimentada encuestadora y analista que trabajó para otros dirigentes de la fuerza, como el senador y ex presidenciable, Ted Cruz, el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich y el actual candidato a vice presidente y gobernador de Indiana, Mike Pence.

El nuevo equipo de campaña del magnate, que también incluye al ex jefe de la Agencia de Inteligencia de Defensa, el general Michael Flynn, ya comenzó a trabajar. Esta tarde se reunió en la Trump Tower, el edificio emblema del empresario en Nueva York, para discutir sus "estrategias para derrotar al terrorismo islamista", según filtraron fuentes a CNN.

Una vez más, Trump no dudó en atacar a la comunidad de inteligencia.

Acusó a los servicios de inteligencia estadounidenses de haber "tomado malas decisiones (...) a lo largo de los últimos 10 años". "Ha sido catastrófico", sentenció el candidato opositor a poco de reunirse con los encargados de la Seguridad Nacional del país.


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