Editorial / Con virtudes y defectos, Das Neves sigue superando sus propios límites

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Gestión. Das Neves entre dos intendentes durante un nuevo acto de Gobierno, motorizados por su gestión pese a un escenario difícil.
27 AGO 2016 - 22:29 | Actualizado

A media máquina y con las virtudes y defectos de siempre, igual sigue siendo el único que puede poner el pecho por el resto. La de Mario Das Neves es a esta altura una gesta política que será difícil de igualar. No tanto por los resultados, que en esta coyuntura van a ser muy difíciles de alcanzar, sino por la forma en que ha decidido ponerse al hombro todos los problemas de la provincia.

Podría caerse en la idea simplificadora que sugiere que en las malas, todos son más buenos. Pero la superación de sus propios límites que hace todos los días el gobernador de Chubut es un ejemplo que debería servir a las nuevas generaciones de dirigentes. No alcanza con la vocación, el apellido o la militancia: hay que dar la talla todo el tiempo porque los problemas de la gente necesitan soluciones o, al menos, la suficiente gestión para que todos sepan que se hizo lo necesario para llegar a una solución.

“No estoy para homenajes, estoy para trabajar”, les dijo con elegancia a los tres concejales de Chubut Somos Todos de Rawson, que presentaron un proyecto para denominar “Mario Das Neves” al puente de El Elsa que se va a inaugurar en pocas semanas.

El gobernador tiene lo que hay que tener para bancarse el duro desafío que le puso la vida en su camino. No es la obsecuencia ni la compasión exagerada lo que parece necesitar. Solo quiere levantarse todos los días y trabajar, superar límites y cambiar lo que él cree que está mal.

Por eso puso a su fiscal de Estado, Diego Martínez Zapata, a trabajar en un proyecto de fondo para modificar las inmunidades de los funcionarios del Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Gobernar es ir a fondo. Y Das Neves sigue yendo a fondo. Siempre.

Cambios

“Mario está muy enojado y con razón. Hay ministros, secretarios y subsecretarios que no vienen a la tarde a la Casa de Gobierno ni para rosquear”, le dijo a esta Columna uno de los colaboradores más estrechos del gobernador. “A la hora que hay que estar pensando en soluciones, algunos funcionarios salen a trotar o se sacan fotos de vacaciones. Esto no puede seguir así, sobre todo viendo el esfuerzo que hace el gobernador todos los días.”

Si hay algo que a Das Neves siempre lo enervó es llegar a la Casa de Gobierno y que no haya movimiento de funcionarios, o que los llame a las 7 de la mañana y no estén disponibles.

Por eso volvió al ruedo y a los pocos días les pidió la renuncia a todos sus funcionarios: del primero al último. Por ahora, la única que cayó en desgracia es la ministro de Turismo, Cecilia Torrejón, que debió dejar el cargo masticando bronca, no con el gobernador sino con su entorno más cercano, al que responsabiliza por haber sugerido a Das Neves su salida.

A Torrejón le endilgan no haber actuado bien durante la crisis de Puerto Pirámides, que se quedó sin servicios durante varios días con miles de reservas tomadas, que debieron cancelarse causando un enorme perjuicio a los operadores turísticos.

De cualquier modo, si la única que finalmente se va del Gabinete es ella quedará gusto a poco. Varias veces en esta Columna se señalaron las impericias e ineficiencias de varios funcionarios.

Este fin de semana, el gobernador se ocupó de cuatro temas que le preocupan y que no están funcionando como corresponde: la seguridad, el Instituto Provincial del Agua (IPA), La Trochita y La Hoya. Algunos creen que se vienen desafíos importantes para Pablo Durán, el secretario de Seguridad. Y otros sugieren que se le terminó el crédito a Martín Bortagaray, el titular de Corfo.

Para trabajar con Das Neves hay que estar a su altura. Si no, hay que irse solo. Y, por ahora, ninguno tuvo el gesto de grandeza que la hora necesita.

Regalías en picada

El frente económico es la gran espada de Damocles que pende sobre todos los argentinos y los chubutenses no son la excepción. Cada semana hay un nuevo dato que agrava la situación: ahora, el gobernador Das Neves admitió que la provincia va a percibir unos 700 millones de dólares menos en concepto de regalías hidrocarburíferas.

Y graficó el nivel de estrechez económica con la que se viene manejando el Gobierno provincial: “En masa salarial nosotros pagamos el mes pasado 1.400 millones de pesos sobre 1.200 millones de ingresos, es por eso que tenemos que ver de qué manera podemos incrementar los recursos, eso es lo importante y nosotros no tenemos problemas de tener paritarias y hablar con todos los sectores”, dijo el gobernador.

La noticia cayó como una bomba pero no hizo más que poner en situación a todos los sectores: lo peor está por venir.

Esta misma semana, un informe divulgado por la agencia de noticias ADNSUR señaló que los indicadores oficiales del Ministerio de Energía de la Nación muestran que las variables energéticas se conjugan para poner más en rojo las cuentas públicas: la producción de petróleo en Chubut cayó un 4,3% en el primer semestre de este año, mientras que las regalías acumularon una caída del 20% entre enero y abril, que equivalen a una pérdida de 26 millones de dólares.

A los cinturones cada vez le quedan menos agujeros para ajustarse.

Peronazo celeste y blanco

El fuerte acto político que organizó ayer en Trelew la Agrupación “Celeste y Blanca” parece haber sintetizado lo que parece venirse en el Partido Justicialista: un cambio necesario, no sólo generacional, que lleve al peronismo otra vez a los primeros planos y con chances de regresar al poder.

La heterogeneidad de los dirigentes y militantes que ayer mandaron un claro mensaje a la vieja dirigencia que llevó al Partido Justicialista a las últimas –y muy duras- derrotas electorales, le dan al partido la esperanza de recuperar algo de la mística del justicialismo.

Aunque el panorama interno aún no se resuelve, la sensación es que están dadas las chances para lograr una unidad que evite desgastes innecesarios porque el poderío demostrado por la “Celeste y Blanca” no parece dejar margen para que nadie juegue en contra de esta unidad.

Hay jugadores claves en este entuerto: el más importante es el intendente de Trelew, Adrián Maderna, que junto a colegas como Dante Bowen (Dolavon), Antonio Reato (Epuyén) y Oscar Currilén (El Maitén), estructuraron una red de jefes comunales peronistas que tienen votos y gestiones en marcha, a los que nadie se animaría a discutirle su representatividad.

La “Celeste y Blanca” agrupa a muchos otros dirigentes de peso como Jorge Aidar Bestene, los sindicalistas Héctor González (Luz y Fuerza) y Enrique “Quique” D’Astolfo (Judiciales), o Miguel “Coné” Díaz, todos parados puertas adentro del peronismo pero no necesariamente con un pensamiento único ni uniforme.

Ese ha sido el gran logro de la “Celeste y Blanca”, juntar la cabeza de muchos dirigentes que no tuvieron que ver con la debacle del peronismo y que han sabido en este tiempo escuchar a las bases, mimar a los militantes, escucharlos e invitarlos a participar.

En ese marco asoma la figura de Maderna como aglutinador y casi seguro presidente del PJ Chubut si los que tienen que dar un paso al costado lo dan y el resto se pone a trabajar para recuperar al partido.

Si la actual dirigencia del PJ insiste en seguir en los primeros, pues entonces habrá internas y será otro el cantar y también otro el candidato de la “Celeste y Blanca”.

Otro jugador importante por la decisión que tome será, sin dudas, el intendente de Comodoro Rivadavia, Carlos Linares, quien ya le adelantó a Maderna que él está dispuesto a jugar por la unidad y apoyarlo en la presidencia para el escenario interno del peronismo.

El peronismo se merece un cambio y, a la luz de lo que ocurrió ayer, hay gente que está dispuesta a protagonizarlo.

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Gestión. Das Neves entre dos intendentes durante un nuevo acto de Gobierno, motorizados por su gestión pese a un escenario difícil.
27 AGO 2016 - 22:29

A media máquina y con las virtudes y defectos de siempre, igual sigue siendo el único que puede poner el pecho por el resto. La de Mario Das Neves es a esta altura una gesta política que será difícil de igualar. No tanto por los resultados, que en esta coyuntura van a ser muy difíciles de alcanzar, sino por la forma en que ha decidido ponerse al hombro todos los problemas de la provincia.

Podría caerse en la idea simplificadora que sugiere que en las malas, todos son más buenos. Pero la superación de sus propios límites que hace todos los días el gobernador de Chubut es un ejemplo que debería servir a las nuevas generaciones de dirigentes. No alcanza con la vocación, el apellido o la militancia: hay que dar la talla todo el tiempo porque los problemas de la gente necesitan soluciones o, al menos, la suficiente gestión para que todos sepan que se hizo lo necesario para llegar a una solución.

“No estoy para homenajes, estoy para trabajar”, les dijo con elegancia a los tres concejales de Chubut Somos Todos de Rawson, que presentaron un proyecto para denominar “Mario Das Neves” al puente de El Elsa que se va a inaugurar en pocas semanas.

El gobernador tiene lo que hay que tener para bancarse el duro desafío que le puso la vida en su camino. No es la obsecuencia ni la compasión exagerada lo que parece necesitar. Solo quiere levantarse todos los días y trabajar, superar límites y cambiar lo que él cree que está mal.

Por eso puso a su fiscal de Estado, Diego Martínez Zapata, a trabajar en un proyecto de fondo para modificar las inmunidades de los funcionarios del Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Gobernar es ir a fondo. Y Das Neves sigue yendo a fondo. Siempre.

Cambios

“Mario está muy enojado y con razón. Hay ministros, secretarios y subsecretarios que no vienen a la tarde a la Casa de Gobierno ni para rosquear”, le dijo a esta Columna uno de los colaboradores más estrechos del gobernador. “A la hora que hay que estar pensando en soluciones, algunos funcionarios salen a trotar o se sacan fotos de vacaciones. Esto no puede seguir así, sobre todo viendo el esfuerzo que hace el gobernador todos los días.”

Si hay algo que a Das Neves siempre lo enervó es llegar a la Casa de Gobierno y que no haya movimiento de funcionarios, o que los llame a las 7 de la mañana y no estén disponibles.

Por eso volvió al ruedo y a los pocos días les pidió la renuncia a todos sus funcionarios: del primero al último. Por ahora, la única que cayó en desgracia es la ministro de Turismo, Cecilia Torrejón, que debió dejar el cargo masticando bronca, no con el gobernador sino con su entorno más cercano, al que responsabiliza por haber sugerido a Das Neves su salida.

A Torrejón le endilgan no haber actuado bien durante la crisis de Puerto Pirámides, que se quedó sin servicios durante varios días con miles de reservas tomadas, que debieron cancelarse causando un enorme perjuicio a los operadores turísticos.

De cualquier modo, si la única que finalmente se va del Gabinete es ella quedará gusto a poco. Varias veces en esta Columna se señalaron las impericias e ineficiencias de varios funcionarios.

Este fin de semana, el gobernador se ocupó de cuatro temas que le preocupan y que no están funcionando como corresponde: la seguridad, el Instituto Provincial del Agua (IPA), La Trochita y La Hoya. Algunos creen que se vienen desafíos importantes para Pablo Durán, el secretario de Seguridad. Y otros sugieren que se le terminó el crédito a Martín Bortagaray, el titular de Corfo.

Para trabajar con Das Neves hay que estar a su altura. Si no, hay que irse solo. Y, por ahora, ninguno tuvo el gesto de grandeza que la hora necesita.

Regalías en picada

El frente económico es la gran espada de Damocles que pende sobre todos los argentinos y los chubutenses no son la excepción. Cada semana hay un nuevo dato que agrava la situación: ahora, el gobernador Das Neves admitió que la provincia va a percibir unos 700 millones de dólares menos en concepto de regalías hidrocarburíferas.

Y graficó el nivel de estrechez económica con la que se viene manejando el Gobierno provincial: “En masa salarial nosotros pagamos el mes pasado 1.400 millones de pesos sobre 1.200 millones de ingresos, es por eso que tenemos que ver de qué manera podemos incrementar los recursos, eso es lo importante y nosotros no tenemos problemas de tener paritarias y hablar con todos los sectores”, dijo el gobernador.

La noticia cayó como una bomba pero no hizo más que poner en situación a todos los sectores: lo peor está por venir.

Esta misma semana, un informe divulgado por la agencia de noticias ADNSUR señaló que los indicadores oficiales del Ministerio de Energía de la Nación muestran que las variables energéticas se conjugan para poner más en rojo las cuentas públicas: la producción de petróleo en Chubut cayó un 4,3% en el primer semestre de este año, mientras que las regalías acumularon una caída del 20% entre enero y abril, que equivalen a una pérdida de 26 millones de dólares.

A los cinturones cada vez le quedan menos agujeros para ajustarse.

Peronazo celeste y blanco

El fuerte acto político que organizó ayer en Trelew la Agrupación “Celeste y Blanca” parece haber sintetizado lo que parece venirse en el Partido Justicialista: un cambio necesario, no sólo generacional, que lleve al peronismo otra vez a los primeros planos y con chances de regresar al poder.

La heterogeneidad de los dirigentes y militantes que ayer mandaron un claro mensaje a la vieja dirigencia que llevó al Partido Justicialista a las últimas –y muy duras- derrotas electorales, le dan al partido la esperanza de recuperar algo de la mística del justicialismo.

Aunque el panorama interno aún no se resuelve, la sensación es que están dadas las chances para lograr una unidad que evite desgastes innecesarios porque el poderío demostrado por la “Celeste y Blanca” no parece dejar margen para que nadie juegue en contra de esta unidad.

Hay jugadores claves en este entuerto: el más importante es el intendente de Trelew, Adrián Maderna, que junto a colegas como Dante Bowen (Dolavon), Antonio Reato (Epuyén) y Oscar Currilén (El Maitén), estructuraron una red de jefes comunales peronistas que tienen votos y gestiones en marcha, a los que nadie se animaría a discutirle su representatividad.

La “Celeste y Blanca” agrupa a muchos otros dirigentes de peso como Jorge Aidar Bestene, los sindicalistas Héctor González (Luz y Fuerza) y Enrique “Quique” D’Astolfo (Judiciales), o Miguel “Coné” Díaz, todos parados puertas adentro del peronismo pero no necesariamente con un pensamiento único ni uniforme.

Ese ha sido el gran logro de la “Celeste y Blanca”, juntar la cabeza de muchos dirigentes que no tuvieron que ver con la debacle del peronismo y que han sabido en este tiempo escuchar a las bases, mimar a los militantes, escucharlos e invitarlos a participar.

En ese marco asoma la figura de Maderna como aglutinador y casi seguro presidente del PJ Chubut si los que tienen que dar un paso al costado lo dan y el resto se pone a trabajar para recuperar al partido.

Si la actual dirigencia del PJ insiste en seguir en los primeros, pues entonces habrá internas y será otro el cantar y también otro el candidato de la “Celeste y Blanca”.

Otro jugador importante por la decisión que tome será, sin dudas, el intendente de Comodoro Rivadavia, Carlos Linares, quien ya le adelantó a Maderna que él está dispuesto a jugar por la unidad y apoyarlo en la presidencia para el escenario interno del peronismo.

El peronismo se merece un cambio y, a la luz de lo que ocurrió ayer, hay gente que está dispuesta a protagonizarlo.


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