Por un error médico le amputaron un pie y deberán pagarle más de $ 1 millón

El caso ocurrió en una clínica de Trelew en julio de 2007.

30 AGO 2016 - 21:07 | Actualizado

Por Rolando Tobárez / @rtobarez

Una conocida clínica de Trelew, un cirujano, una obra social y una aseguradora deberán indemnizar con más de un millón de pesos a un paciente que culpa de un mal diagnóstico, perdió su pierna izquierda por una amputación. 
El caso de daños y perjuicios data de julio de 2007 y lo decidieron los camaristas Sergio Lucero y Aldo De Cunto.
El hombre fue operado en julio de 2007 para extraerle un tumor plantar del pie izquierdo. Había ingresado al nosocomio en muy buen estado general. Esperó cuatro horas. Antes de su operación hubo otras tres intervenciones en la sala aunque la clínica no probó que el lugar se haya esterilizado. 
Tras la cirugía su cuadro se complicó por una infección bacteriana. Los primeros signos los detectó un estudio de laboratorio. Al paciente le dolía el pie, entre otros síntomas.
Según el fallo, con ese examen en mano su médico debió hacer cultivos de la zona afectada para saber el origen de la infección y tratarla. Pero las medidas terapéuticas tras la operación fueron deficientes, sumadas al error de diagnóstico. El galeno fue imprudente y negligente por no advertir o no diagnosticar la infección. 
“Atento el resultado del laboratorio con alteraciones de valores que indicaban la presencia de un cuadro infeccioso, se ameritaba la indicación de la práctica de cultivos para determinar y confirmar el cuadro”, dijeron los jueces. 
El perito que revisó el caso explicó que la gangrena que se produjo fue rápida, progresiva y devastadora, con un período de incubación de 1 a 4 días. Correspondía un tratamiento urgente, con extirpación de todos los tejidos afectados y antibióticos activos a altas dosis. En cambio, entre la operación y el análisis de laboratorio se “perdieron” cuatro días, equivalente al tiempo de incubación.
Tejido muerto

El vecino debió ser derivado al Instituto Franchin en Capital Federal. Ya era agosto. Con tejido muerto, el estado del pie era cada vez peor y los médicos porteños se decidieron por la amputación. El cultivo que ellos sí hicieron detectó la bacteria “Clostridium perfringes”. El alta fue el 11 de agosto.
“El error de diagnóstico se debió a un obrar con culpa médica”, confirmó el fallo. Se dedujo que la bacteria estaba en el sanatorio, “lo que se evidencia con el proceder en el quirófano y la ausencia de higiene entre una operación y otra”. 
La clínica también es responsable porque “aún cuando el médico no sea dependiente ni esté subordinado a ella, el establecimiento sanatorial responde ante los daños padecidos por el paciente durante su estadía”.
Sin evidencia

Si en el mismo quirófano se habían practicado tres operaciones antes de la del demandante, “las circunstancias del caso exigían que fuera la clínica la que demostrara el cumplimiento de las medidas exigibles para evitar la infección”. No se probaron las condiciones de asepsia de sus instalaciones.
El nosocomio es responsable. “Aún cuando se tomaran todas las medidas para evitar la infección, no puede eximirse por su obligación tácita de responsabilidad, lo que se refuerza ante la falta de prueba del cumplimiento efectivo o no de las pautas de asepsia”. La falta de tratamiento de la infección no detectada en el paciente “puso en verdadero peligro su vida”. 
El paciente es J.D.V. y demandó al médico R.P., al sanatorio I.M.S., a la obra social OSPECON y a TPC Compañía de Seguros.# 

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30 AGO 2016 - 21:07

Por Rolando Tobárez / @rtobarez

Una conocida clínica de Trelew, un cirujano, una obra social y una aseguradora deberán indemnizar con más de un millón de pesos a un paciente que culpa de un mal diagnóstico, perdió su pierna izquierda por una amputación. 
El caso de daños y perjuicios data de julio de 2007 y lo decidieron los camaristas Sergio Lucero y Aldo De Cunto.
El hombre fue operado en julio de 2007 para extraerle un tumor plantar del pie izquierdo. Había ingresado al nosocomio en muy buen estado general. Esperó cuatro horas. Antes de su operación hubo otras tres intervenciones en la sala aunque la clínica no probó que el lugar se haya esterilizado. 
Tras la cirugía su cuadro se complicó por una infección bacteriana. Los primeros signos los detectó un estudio de laboratorio. Al paciente le dolía el pie, entre otros síntomas.
Según el fallo, con ese examen en mano su médico debió hacer cultivos de la zona afectada para saber el origen de la infección y tratarla. Pero las medidas terapéuticas tras la operación fueron deficientes, sumadas al error de diagnóstico. El galeno fue imprudente y negligente por no advertir o no diagnosticar la infección. 
“Atento el resultado del laboratorio con alteraciones de valores que indicaban la presencia de un cuadro infeccioso, se ameritaba la indicación de la práctica de cultivos para determinar y confirmar el cuadro”, dijeron los jueces. 
El perito que revisó el caso explicó que la gangrena que se produjo fue rápida, progresiva y devastadora, con un período de incubación de 1 a 4 días. Correspondía un tratamiento urgente, con extirpación de todos los tejidos afectados y antibióticos activos a altas dosis. En cambio, entre la operación y el análisis de laboratorio se “perdieron” cuatro días, equivalente al tiempo de incubación.
Tejido muerto

El vecino debió ser derivado al Instituto Franchin en Capital Federal. Ya era agosto. Con tejido muerto, el estado del pie era cada vez peor y los médicos porteños se decidieron por la amputación. El cultivo que ellos sí hicieron detectó la bacteria “Clostridium perfringes”. El alta fue el 11 de agosto.
“El error de diagnóstico se debió a un obrar con culpa médica”, confirmó el fallo. Se dedujo que la bacteria estaba en el sanatorio, “lo que se evidencia con el proceder en el quirófano y la ausencia de higiene entre una operación y otra”. 
La clínica también es responsable porque “aún cuando el médico no sea dependiente ni esté subordinado a ella, el establecimiento sanatorial responde ante los daños padecidos por el paciente durante su estadía”.
Sin evidencia

Si en el mismo quirófano se habían practicado tres operaciones antes de la del demandante, “las circunstancias del caso exigían que fuera la clínica la que demostrara el cumplimiento de las medidas exigibles para evitar la infección”. No se probaron las condiciones de asepsia de sus instalaciones.
El nosocomio es responsable. “Aún cuando se tomaran todas las medidas para evitar la infección, no puede eximirse por su obligación tácita de responsabilidad, lo que se refuerza ante la falta de prueba del cumplimiento efectivo o no de las pautas de asepsia”. La falta de tratamiento de la infección no detectada en el paciente “puso en verdadero peligro su vida”. 
El paciente es J.D.V. y demandó al médico R.P., al sanatorio I.M.S., a la obra social OSPECON y a TPC Compañía de Seguros.# 


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